Ejercer la mediumnidad
¿Estás cumpliendo el acuerdo hecho en el Astral?
Síndrome de pánico, vida bloqueada, inquietud, angustia, llanto fácil (sin motivo aparente), fobia, es decir, malestar en sitios públicos (cines, centros comerciales, metro, espectáculos), inestabilidad en el humor (pasar de un extremo a otro), suelen ser los síntomas clásicos de un médium en desequilibrio. Pero ¿por qué?
Según mi experiencia clínica en el consultorio, dos son los factores que causan esos trastornos:
1) Acoso espiritual: al tener los canales mediúmnicos abiertos, esos médiums son constantemente atacados por seres de las tinieblas – ya sean obsesores espirituales (desafectos del paciente, perjudicados por éste en el pasado, que buscan así hacerle daño y que, movidos por el odio y la venganza, quieren ajustarle cuentas) – o espíritus oportunistas, que quieren un auxilio, un amparo espiritual.
2) Incumplimiento del acuerdo hecho en el Astral: por haber perjudicado y ocasionado mucho sufrimiento a otras personas en existencias pasadas, y para reparar ese error, en el Astral firmaron juntamente con sus mentores espirituales un acuerdo, un compromiso de trabajo espiritual como médiums al reencarnarse en esta vida terrena – pudiendo ser a través de incorporación, o incluso en cura, mediante la imposición de las manos – ayudando a los necesitados.
Pese a ello, por indulgencia, rebeldía, terquedad, inmadurez espiritual, falta de esclarecimiento, prejuicios, temor a asumir la responsabilidad como médiums, pasan por alto, niegan o escapan a los trabajos mediúmnicos en los centros espíritas Kardecistas, Umbandistas, etc.
Prefieren, por lo tanto, el camino del dolor, del sufrimiento, en vez de seguir el camino del amor, de la buena voluntad, ejerciendo la mediumnidad en auxilio del prójimo.
Freud, el padre del psicoanálisis, decía: cuando el dolor de no estar viviendo sea más fuerte que el miedo a los cambios, el ser humano tiende a cambiar.
Desgraciadamente, en esa condición es como vienen a mi consulta la mayoría de mis pacientes médiums.
Recuerdo una paciente que acudió a mí porque estaba perdiendo el oído (tenía un 70% de agudeza auditiva en el lado derecho y un 40% en el izquierdo).
Clínicamente, los exámenes hechos por los médicos no acusaron ninguna lesión o trastorno orgánico en su aparato auditivo.
Al pasar por la TRE (Terapia Regresiva Evolutiva) – La Terapia del Mentor Espiritual, abordaje psicológico y espiritual breve, creado por mí – su mentor espiritual le mostró una escena de una vida pasada, en la cual trabajaba como médium en un centro Kardecista, pero auxiliaba a los necesitados escuchándolos de mala gana. Por fin, acabó abandonando la casa espírita, dando preferencia a las veladas, a las fiestas, y acabó por fallecer de una sobredosis de cocaína en aquella existencia pasada.
Una vez mostrada esa escena de la vida pretérita, su mentor le dijo que hoy su cura auditiva dependía de la cura de los necesitados, en caso de que fuese a trabajar al centro espírita. O sea, tenía nuevamente la oportunidad de ejercer su mediumnidad escuchando, ayudando a los más necesitados, esta vez con genuino interés en escucharlos y ayudarles.
Véase, a continuación, el caso de una paciente que padecía Síndrome de pánico, angustia, inquietud, llantos constantes sin motivo aparente, todo ello por no estar ejerciendo su mediumnidad, compromiso firmado con su mentor espiritual en el Astral.
Caso Clínico:
Compromiso espiritual con la mediumnidad
Mujer de 48 años, divorciada, dos hijos
La paciente acudió a mi consultorio tratando de saber cuál era su verdadero camino espiritual, ya que aún no se había encontrado espiritualmente, pese a haber frecuentado Iglesia Católica, Seicho-No-Ie, Kardecismo, Umbanda, y a haber buscado la Apometría y el Santo Daime.
Padecía Síndrome de Pánico; su primera crisis de pánico se manifestó a los 18 años (en aquella ocasión estaba encinta). No era capaz de entrar en un ascensor o frecuentar locales de mucha aglomeración (metro, centros comerciales, cines).
Cuando se enteró de que su padre tenía cáncer, le sobrevino una segunda crisis de pánico (padecía insomnio, no dormía por la noche, pues sentía que se iba a morir, con falta de aire, sofocos, taquicardia, hiperhidrosis, angustia, inquietud).
Antes no era capaz de viajar en avión o en autobús, pues tenía miedo a quedarse encerrada. Hoy ya podía salir de casa, si bien, cuando vino a São Paulo en avión, tuvo miedo a que se le presentase una nueva crisis de pánico. Solía sentir en su cotidiano mucha angustia, inquietud y deseos de llorar sin motivo aparente.
Quería comprender también por qué solo se envolvía con hombres que le causaban sufrimiento y desarmonía, y siempre en una situación financiera precaria, hasta el punto de tener que ayudarles económicamente.
Por último, deseaba comprender su relación con su madre, que la trataba duramente, con imposiciones y reproches, de manera posesiva (si pasaba dos o tres días seguidos sin llamarla por teléfono, su madre se lo reprochaba). Ya no era capaz de ser firme e incisiva con ella, por temor a lastimarla. Siendo así, se sentía culpable cuando la contrariaba.
Tras haber pasado por dos sesiones de regresión, la paciente llegó a la tercera y última llorando, angustiada, padeciendo nuevamente los síntomas del pánico.
Después de orar juntos, más tranquila, al hacer regresión, ella me relató:
Mi semblante se cierra... parece que no quiero mirar... algo me incomoda. (Pausa).
- ¿Qué es lo que te incomoda? - Pregunté a la paciente.
No consigo comprender... es como si no quisiese ver. Es algo malo, pero me gustaría verlo.
- Pide a tu mentor espiritual que te lo muestre – ruego a la paciente.
“Él dice que en realidad yo no quiero entrar en contacto con mi situación de vida”.
- ¿A qué situación de vida se refiere?
“Se refiere a lo que me hace sufrir, al hecho de padecer esta angustia, inquietud y crisis de pánico. Dice que estoy siendo rebelde con el compromiso que necesito asumir”. (Pausa).
- ¿Qué compromiso? - Pregunto nuevamente a la paciente.
“Se refiere a mi trabajo mediúmnico. Afirma que yo me comprometí en el Astral, antes de reencarnarme, a hacer un trabajo espiritual – con mi mediumnidad – de ayudar a las personas, pero dice que estoy dudando, no tengo confianza en el Poder de Dios. Estoy procediendo con terquedad, dice que no creo en la importancia de llevar a cabo ese trabajo para realmente ayudar a los demás y también a mí misma. En vez de eso, prefiero ocultarme, huir de esa responsabilidad”.
- Pregúntale por qué asumiste en el Astral el compromiso de ayudar a los demás con tu mediumnidad.
“Dice que he perjudicado a mucha gente en otras vidas. Entonces, ejercer la mediumnidad es una forma de reparar todo el mal, todo el sufrimiento que causé a otras personas. También aclara que mi alma me lo exige. Pero dice que he dejado de cumplir, que no estoy tomando en serio ese compromiso”.
- Pregunta a tu mentor espiritual por qué no estás tomando en serio tu compromiso.
“Dice que es una cuestión de vanidad, de rebeldía, de duda, de no considerar que eso sea importante. Dice que, en el fondo, mi alma conoce la necesidad de hacer ese trabajo espiritual, pero que me dejo llevar por mi egoísmo, y solo quiero recibir. Además dice que por tener esa conciencia espiritual, estoy en condiciones de ejercer mi mediumnidad en beneficio del prójimo. Reafirma que reúno condiciones, así como madurez espiritual y moral para el trabajo mediúmnico, sin embargo soy indolente, abandonada.
Por mi terquedad estoy dando preferencia al camino del dolor. Dice que todavía estoy apegada a la duda de mi ego, del “ver para creer”, y que ya no tengo necesidad de eso, ya que he alcanzado madurez suficiente para comprender mi parte espiritual.
Mi mentor espiritual reconoce que he buscado bastante la fe – a través de la plegaria y de las lecturas espirituales – pero aclara que si realmente quiero demostrar la fe en Dios, he de poner en práctica mi mediumnidad”.
- Pregúntale qué tipo de mediumnidad has de desarrollar.
“Dice que la mediumnidad de cura, que tanto puedo trabajar en incorporación, como sin incorporar, o bien servirme de la imposición de manos para la cura, bajo la orientación de mis guías espirituales".
- ¿Dónde puedes desarrollar ese trabajo mediúmnico? - pregunto a la paciente.
“Afirma que en la Umbanda”.
- ¿Por qué en la Umbanda? - pregunto nuevamente a la paciente.
“Aclara que es por mis guías espirituales, es decir, los cholos que me acompañan. Dice asimismo que en la Umbanda mi trabajo mediúmnico va a fluir mejor... recuerdo haberme sentido muy bien cuando he participado en los rituales de Umbanda, me identificaba con mucha facilidad con los trabajos de la casa. Él me dice que se trata de una identificación de alma. Realmente me sentía muy bien.
Cuando era adolescente me gustaban mucho las canciones de la cantante Clara Nunes (ya fallecida). Ella cantaba una canción llamada “Guerrera”, en la cual daba una 'salva', que es un saludo de los cholos. Ella cantaba saludando desde los orixas hasta Jesús y Nuestra Señora de la Concepción.
Yo me estremecía al escuchar esa canción, sentía una alegría intensa. Ya me ha ocurrido ver un indio mientras oraba en mi cuarto. Era guapo, fuerte, alto, y llevaba un penacho. Por cierto, desciendo de indígenas.
También me identifico con el sonido de los timbales utilizados en los rituales del Santo Daime. He tomado Ayahuasca (infusión vegetal psicoactiva de la Amazonía que tiene la finalidad de catalizar procesos interiores y espirituales, siempre con el objetivo de cura y bienestar del individuo, así como de auto-conocimiento e interiorización, medios eficaces para obtener sabiduría).
Mi mentor espiritual me pide que me afirme cada vez más en Dios, que siga orando y que de una vez por todas empiece lo más pronto posible en la Umbanda, porque ya voy con retraso. Dice que el tiempo urge, que no siga aplazándolo todo, como he venido haciendo.
También dice que muchos de mis trastornos, las cuestiones emocionales, o sea, las crisis de pánico, llanto, angustia, inquietud, incluso las relaciones afectivas mal avenidas, se resolverán a través de mis trabajos mediúmnicos. Revela asimismo que cuando empiece a cumplir mi misión Dios me dará muchas respuestas y bendiciones. Dice que debo poner mi mediumnidad al servicio de la espiritualidad y que lo demás vendrá como consecuencia. (Pausa).
Le digo que siempre he pensado que bastaba con ser buena persona, cumplir mis deberes como hija, madre y ciudadana, pero él me contesta que para mí eso no basta. Aclara que la cura que voy a proporcionar – a través de mi mediumnidad – será mi propia cura.
Hace una analogía y explica que mi situación es como la de un vaso que contiene agua sucia, y cuyas paredes están llenas de lodo. Entonces, para que el agua se limpie, debo ejercer la bondad y el amor al prójimo, que representan el agua limpia que voy a verter dentro del vaso”.
Caso Clínico:
Poco éxito en el amor.
Mujer de 30 años, soltera
Acudió a mi consultorio intentando averiguar el por qué de no tener fortuna en el campo afectivo. Las relaciones comenzaban bien, los compañeros se mostraban enamorados, después simplemente se esfumaban de su vida sin dar una explicación. Otros alegaban que no querían una relación más seria, pero sí continuar como amigos.
En la primera sesión de regresión la paciente me relató:
"Estoy toda atada - aquí en el consultorio; alguien me ha atado (en verdad era su cuerpo espiritual el que estaba atado y no su cuerpo físico). Es un hombre".
- ¿Consigues verlo? - Pregunto a la paciente.
"Es un espíritu desencarnado. Sólo se ríe - risas de burla".
- Pregunta qué siente él por ti - Pido a la paciente.
"Está ofendido, siente deseos de venganza, ira, tristeza" (La paciente lo intuye).
- Pregunta qué le has hecho tú en el pasado.
"Dice que en una vida pasada le he abandonado, que le he traicionado, ya que había prometido estar siempre a su lado. Siento que alberga mucha rabia contra mí.
También dice que jamás me dejará en paz, que nunca tendré a nadie, ni un hombre que me ame. Comenta que todo cuanto ha pasado hasta ahora es poco en comparación a lo que ha pasado él. Dice que me acompaña (en obsesión) desde hace siglos, que siempre está a mi lado, a todo momento.
Dice además que le pertenezco, por eso me ata."
Él comenta: 'Yo siempre te he amado, siempre has sido deseada, amada, joyas, perfumes, siempre has sido tan mimada por mí. ¡Pero me has traicionado! ¡He matado, robado, mentido; todo por ti!"
- Pregúntale de qué modo le has traicionado - pido a la paciente.
"Él se ríe y me pregunta: '¿No te acuerdas?' (Pausa)... Tengo la impresión de que lo he matado y ha sido por dinero. Quería quedarme con cosas que eran suyas. Él confirma que lo he matado durante una cena.
Me dice: '¡No puedo creer cómo has podido hacerme tal cosa! ¡Eras una mujer tan amada, deseada! Lo has hecho por dinero.'
Él guarda mucho resentimiento contra mí.
Dice además que no me deja progresar, no sólo en el campo amoroso, como también en el profesional y asimismo espiritualmente. Él me ata cada vez más. Dice que continuará atándome, pues no quiere ver mi progreso. Pero confiesa que para atarme necesita de mucha ayuda, de otros desencarnados. Dice también que yo siempre he sido más fuerte.
Comenta: 'En verdad, cuando yo gobernaba no era yo, eras tú quien gobernaba. ¡Qué tonto he sido al creer que era yo!
¿Tienes idea de las cosas que he hecho por ti?
Y tú ¿qué has hecho por mí?
¡Ingrata! ¡Desagradecida! Yo cumplía todos tus caprichos, todos tus deseos.
Sabes que he sido un hombre muy poderoso, y ¡mira dónde estoy! Cuando estabas conmigo tenías mucha riqueza. ¡Pero todavía te gusta, tus ojos brillan! Tenías muchas joyas, collares. ¿Y qué has hecho? ¡Me has matado!
¡Cuántas mujeres sentían envidia de ti, querrían estar en tu lugar! Pero en ningún momento me has dado valor. Lo que me has hecho sufrir no es nada de lo que sufres tú hoy. No sirve de nada, todos los hombres que se acerquen a ti, los alejaré. ¡Todos son muy débiles! ¡Ese último es tan inseguro!
He sido yo quien le habló al oído: '¡Márchate, esa mujer estima el lujo, chaval! ¿Te parece que realmente vas a propiciar su felicidad? Lárgate, no sirve de nada engañarse.' Él era un flojo, tanto que se ha esfumado, ha desaparecido, ¡como todos los demás! ¡Yo sin embargo soy fuerte! ¡Yo soy el rey! Y ellos ¿quiénes se creen que son? No llegan siquiera a súbditos míos."
Al final de esa sesión la paciente ha tenido la impresión (lo intuyó) de que el obsesor espiritual vestía una falda de metal (o estaño). Le vino a la mente haberlo envenenado, y que esa vida pasada había sido en Escocia, en 1492.
Le pedí que hiciese la Limpieza Espiritual de los 21 días del Arcángel Miguel y la Oración del Perdón (link al final del texto) para que ambos, obsesor y obsedida se reconciliasen y, con ello, rompiesen el cordón energético que les unía.
En la segunda sesión de regresión, la paciente me relató:
"Mi mentor espiritual me está diciendo: 'El hermano (obsesor espiritual) que te acompaña, pronto retornará a la fase de evolución necesaria a su desarrollo. Gracias a tu perdón sincero, a tu amor por él, se ha alejado momentáneamente, pero todavía vacila en dejar el plano terreno. Pero el tiempo cura todas las heridas.
Tu regreso a la Tierra ha sido para ayudarle. En el plano espiritual, después del desencarne en aquella vida pasada, tú realmente te has arrepentido de todo el daño que le habías causado.
Hay una esperanza de que él retorne pronto a tu vida para permanecer a tu lado encarnado. Tienes que ayudarle a progresar. En realidad tú te has encarnado a causa de él. Varias tentativas se habían llevado a cabo para rescatarlo de las tinieblas durante tu estancia en el plano astral; sin embargo no hemos obtenido resultado.
El resquemor, el resentimiento, eran muy fuertes. Tu venida al plano físico ha sido para recibirlo en el momento de su reencarne. Un grupo espiritual grande intentará ayudarlo para que haya tiempo hábil a fin de que eso suceda (la paciente me dijo que había tenido la impresión de que él vendrá como hijo suyo en la vida actual).
Momentáneamente se ha producido su alejamiento, porque se ha encendido una breve luz de consciencia en nuestro hermano.
Clamamos y oramos para que tal consciencia se expanda y él acepte la verdad divina para que el camino de luz pueda seguirse, para que el amor prevalezca, y que el plan trazado pueda cumplirse. ¡No tengas miedo, no te eches atrás, confía! Todos nosotros estamos empeñados en la luz, en el amor divino. ¡Queda con Dios!
En la tercera sesión de regresión, la paciente me relató:
"Veo un equipo espiritual aquí en el consultorio. Están todos vestidos de blanco. Sonríen diciendo que el rescate del hermano (obsesor) de las tinieblas ha sido realizado.
¡Todos están felices! Tienen rosas, flores en las manos. Son hombres y mujeres. Dicen que una etapa está conclusa, pero que la misión todavía ha de ser trabajada, y Dios está siempre guiándonos, orientándonos.
Comentan que ese rescate ha sido muy duro. Hubo mucho sufrimiento de todos los implicados (pausa).
Ahora habla solamente un ser de blanco: 'Todos los implicados han sido esclarecidos uno por uno. Tan sólo faltaba este hermano'.
- ¿Cuántos eran los obsesores? - Pregunta la paciente a esa entidad espiritual de luz.
'Cuatro. El último era el que más se resistía. El odio que alimentaba contra ti era grande, pero la divinidad ha resplandecido sobre la oscuridad. El amor ha destruido las barreras invisibles. El amor es la fuerza universal, que impulsa a todo el cosmos. Tarde o temprano todos serán tocados por el amor divino. La resistencia es tan sólo pasajera. Apenas Dios es eterno. Dios es la evolución. Dios está dentro de cada uno de nosotros. Por eso es nuestro deber perdonar, dar calor, estimular y, principalmente amar.
El amor divino cura heridas grandiosas. Y por ese amor ha sido rescatado nuestro hermano. Por tu amor, por nuestro amor y por el amor de Dios.
Sólo Dios es el verdadero Rey de todo el Universo. ¡Mucha paciencia, hermana! Nuevos caminos habrán de ser transitados. El cambio en tu vida será muy grande, pero la fe, el amor y la protección estarán siempre a tu lado. Recuerda: Nunca estás sola, aun en los momentos en que te sientes en soledad. ¡Queda con Dios!"
En la cuarta y última sesión, la paciente me relató:
"Veo una luz plateada, fuerte, brillante. Mi mentor espiritual me pide que entre en esa luz. Él me tiende los brazos, me da las manos. Es joven, moreno, viste bata y un pantalón blanco. Es blanco, tendrá 1,70m. Quiere que entre en esa luz. He entrado...
Parece un hospital, hay varias camas. Todo es blanco, el suelo, las paredes, las camas... Él dice que me he propuesto ayudar a estos enfermos. Ese hospital está en el Astral. Dice que me ha traído aquí para que me vaya familiarizando. Revela que ya he sido médico en una vida pasada.
Dice además que tengo que trabajar en curaciones."
- ¿Y tu empleo actual en el área de la ciencia contable? ¿Qué pasa con eso? - Pido a la paciente que pregunte a su mentor espiritual.
"Él explica que necesitaba también el conocimiento burocrático para ejercer la actividad que me he propuesto antes de reencarnar en la vida actual. Es preciso unir la burocracia y la salud. Aclara que si tengo el conocimiento de una sola de esas cosas no tendré éxito.
Esclarece que era necesario que conociese las reglas burocráticas. Por eso el ejercicio de las actividades que hoy desempeño. Explica que han sido los espíritus superiores los que me han intuido para que tuviese deseos de cursar fisioterapia (pausa).
Ahora estoy notando que mis manos se han vuelto muy grandes. Él dice que eso es energía, que consigo captar con mucha facilidad la energía del Universo. En función de esto, debo utilizarla en pro de las personas que carecen de salud.
Con relación a mi vida sentimental, me ruega que no me preocupe, que muy pronto habré de conocer a un hombre que ya ha vivido conmigo en varias encarnaciones.
Hoy él es médico y ambos trabajaremos juntos, desarrollando actividades en pro de los necesitados.
No tardaré mucho en encontrarlo. Dice que ahora estoy preparada para el encuentro, pues antes existía la influencia negativa de nuestro hermano (obsesor), y eso podría perjudicar el enlace.
Ahora la situación ha cambiado y el encuentro tendrá lugar muy pronto.
Dice que esta terapia (la Terapia Regresiva Evolutiva) ha sido realizada con éxito.
Me ruega que le dé las gracias a usted, que ha sabido conducir nuestra comunicación (mi papel en cuanto terapeuta es abrir el cauce de comunicación para que el mentor espiritual de cada paciente pueda orientarlo mejor acerca de sus problemas, y sobre si está cumpliendo su verdadero propósito de vida).
Me pide asimismo que tenga fe y, cuando encuentre a ese hombre, que no lo mire con ojos tan críticos como siempre hago, porque tal vez me parezca que él no es la persona adecuada. Que me conceda la oportunidad de conocerle mejor. Se despide, se está marchando".