Buenas noches hermanos y hermanas, traigo este tema a colación porque me parece muy importante que nos vayamos preparando para realizar el homenaje de agradecimiento a nuestros hermanos.
Se acerca la Navidad, época de reconciliación, de paz y de amor, en la cual no solo compartimos con nuestros amigos y familiares, sino también que pedimos por la humanidad, por nuestro planeta, para que Dios en su infinita misericordia extienda su manto de luz protectora y nos bañe de abundancia y de paz espiritual. Le damos gracias a nuestro Padre Eterno por todo lo que le debemos: la vida, lo que somos, lo que hemos construido, lo que tenemos, por nuestros hijos, la salud, por el pan nuestro de cada día, por nuestra familia y por todo lo que nos ha regalado. También es época de agradecer a nuestros hermanos espíritus que junto a la Reina María Lionza, han estado con nosotros durante todo el año, ayudándonos y socorriéndonos en nuestras necesidades, dándonos luz y sabiduría para ayudar a nuestro prójimo y orientándonos para transitar con éxito el camino espiritual. Nosotros acostumbramos a hacer una actividad especial de agradecimiento que denominamos “La Entrega”, siempre la hacemos unos días antes del nacimiento del Redentor, adornamos el altar o el espacio donde tenemos las imágenes con cadenetas de papel seda, ponemos bombas de colores, serpentinas, etc. Les hacemos una ofrenda de frutas y flores, es decir les preparamos una fiesta; ellos escogen el día. Allí vamos a celebrar, se les obsequia la bebida o comida de su preferencia y van bajando uno por uno a recibir su ofrenda y a bendecir. Los invitados son todas aquellas personas que han recibido la atención espiritual en el transcurso del año, y la fiesta se hace con la contribución de todos y cada uno de los participantes, se hace una lista en la que cada quien dice con qué va a colaborar de acuerdo a lo que se haya planeado, así entre todos les agradecemos su protección y su ayuda, además de que compartimos un día especial. Cuan alegres estarán nuestros hermanos si en cada altar se les realiza una entrega. Luces y bendiciones para todos
Se acerca la Navidad, época de reconciliación, de paz y de amor, en la cual no solo compartimos con nuestros amigos y familiares, sino también que pedimos por la humanidad, por nuestro planeta, para que Dios en su infinita misericordia extienda su manto de luz protectora y nos bañe de abundancia y de paz espiritual. Le damos gracias a nuestro Padre Eterno por todo lo que le debemos: la vida, lo que somos, lo que hemos construido, lo que tenemos, por nuestros hijos, la salud, por el pan nuestro de cada día, por nuestra familia y por todo lo que nos ha regalado. También es época de agradecer a nuestros hermanos espíritus que junto a la Reina María Lionza, han estado con nosotros durante todo el año, ayudándonos y socorriéndonos en nuestras necesidades, dándonos luz y sabiduría para ayudar a nuestro prójimo y orientándonos para transitar con éxito el camino espiritual. Nosotros acostumbramos a hacer una actividad especial de agradecimiento que denominamos “La Entrega”, siempre la hacemos unos días antes del nacimiento del Redentor, adornamos el altar o el espacio donde tenemos las imágenes con cadenetas de papel seda, ponemos bombas de colores, serpentinas, etc. Les hacemos una ofrenda de frutas y flores, es decir les preparamos una fiesta; ellos escogen el día. Allí vamos a celebrar, se les obsequia la bebida o comida de su preferencia y van bajando uno por uno a recibir su ofrenda y a bendecir. Los invitados son todas aquellas personas que han recibido la atención espiritual en el transcurso del año, y la fiesta se hace con la contribución de todos y cada uno de los participantes, se hace una lista en la que cada quien dice con qué va a colaborar de acuerdo a lo que se haya planeado, así entre todos les agradecemos su protección y su ayuda, además de que compartimos un día especial. Cuan alegres estarán nuestros hermanos si en cada altar se les realiza una entrega. Luces y bendiciones para todos