Mensaje de María Mulanbo del Cabaret

Pensaron que yo no evolucionaría.
Pensaron que mi existencia era en la oscuridad.
Exigían que yo aceptase ofrendas.
Decían a mí: si tiene fuerzas, demuestre.
Hablaban de mí: si trabajas, diga palabras groseras.
No cedes, exu mujer; sí, era lo que me decían.
Pero ¿para qué, por qué?
¿Para qué debería decir palabras groseras?
¿Para qué recibiría sacrificios y ofrendas?
¿Para que me portaría como una cualquiera?
¿Será que a mí no me era reservado el amor de Zambi?
¿Será que para mí no era reservado el derecho de trabajar como guardián?
¿Por qué dicen que influencio materias masculinas?
¿Saben por qué?
Porque nunca entendieron de hecho lo que hace una pomba gira.
Porque nunca, realmente, conversaron con una pomba gira.
De hecho, ya estuve en las sombras, pero las gracias del trabajo reparador, me trajeron para la luz.
Me traje amigo y me traje afectos.
Estoy en un médium, médium en el cual me siento honrada y feliz, de amigos y hermanos.

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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal? 
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.