María Padilha del Cabaret

María Padilha del Cabaret Pgmar1

Nombre que significa reina del fuego, María Padilha ya tuvo varias encarnaciones en la Tierra, y la última de ellas fue en Ilhéus en Bahia. En esta su última encarnación, ella era una española que vino para Brasil a vivir en Ilhéus, en Bahia y murió en la puerta de un cabaret. Todos los hombres que ella tuvo, en cada una de las encarnaciones, en un total de siete, están con ella en la espiritualidad. Entre mitos más variantes que revelan alguna cualidad la característica especial de esta mujer, lo que servirá en los Terreiros como apodo es el segundo nombre que acompañará al primero. Recibe otros apodos que algunos pueden pensar que se trata de otra Pombagira, pero en realidad es ella: Rainha dos Infernos, Rainha do Candomblé, Rainha das Marias, Rainas das Facas, Mulher de Lucifer, Rainha da Malandragem, Rainha dos Ciganos, etc. En cada lugar le dan diferentes sobrenombres, que en realidad busca elogiar la entidad y transmitir una mayor intimidad. Pomba Gira María Padilha es conocida por su eficiencia y rapidez, y está entre las más populares de las Pombagiras. A veces ella es llamada de reina sin corona, y eso ciertamente se refiere a la María histórica, que era la reina del corazón de D. Pedro, pero negó sus propuestas repetidas para el matrimonio, prefiriendo su independencia durante su entrada en la corte. Este también describe un cierto tipo de mujer, aquel que exige respeto y cuyo comportamiento es real, incluso si ella es pobre o de la clase trabajadora. María también es un ejemplo perfecto de como espíritus nuevos nacen: leyendas crecieron entorno de la mujer real, que tenía una reputación de hechicera, y dentro de cien años, las brujas en España y Portugal estaban usando su nombre y llamando su espíritu para ayudarlos en sus magias. Tiene predilección – igual a su principal marido, Rey de las 7 Liras[/i] ([i]Lucifer) – por las navajas y armas blancas en general, especialmente aquellas que son afiladas y pequeñas, donde se debe tener mucha agilidad para no ser cortado. Como toda Pomba Gira, posee numerosos amantes o parejas, con los cuales puede adjuntarse o trabajar, siendo esa pareja la que protegerá a determinada persona. Cabe esclarecer que no siempre se forman las mismas parejas, pues los mismos dependerán de la morada donde trabaje la Pomba Gira y lo que indique el punto riscado o firma espiritual. Se presenta bajo la apariencia de una hermosa mujer de largos cabellos negros, piel morena (a veces más clara y a veces más oscura), su edad y físico varían también de acuerdo con el tipo de camino o pasaje de esta Pomba Gira, pues existen pasajes jóvenes y viejas, siendo igualmente atractivas en cualquiera de sus pasajes, esto ocurre con todos los Exus de Kimbanda, no importando la edad que presenten, pues tienen el don de la seducción. Ella gusta del lujo, de los hombres, del dinero, de las joyas, de la buena vida, de los juegos de azar, de baile y de la música. Es una gran bailarina, cuyos movimientos pueden incluir pasos de las gitanas en algunos momentos, moviendo sensualmente sus brazos, como quien disfruta plenamente de seducir con el cuerpo en movimiento. Su porte es altivo, orgulloso, majestuoso, posee características de las mujeres que no tienen miedo de nada. Es muy requerida para atraer amantes, abrir los caminos, atraer parejas pero principalmente es muy temida por su frialdad y su implacable poder en la cuestión de demandas.

¡Laroyê María Padilha del cabaret, mi reina, sé que estoy protegida por su fuerza! ¡Salve sus fuerzas!

_________________
«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal? 
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.