Mensaje de María Padilha
Dentro de la Umbanda y fuera de ella, oigo muchas cosas absurdas que hablan al respecto de nosotros las señoras Pombagiras.
Oigo decir por la boca que está habituada a escarnecer que somos destructoras de hogares, de familias, que somos ex prostitutas, que alimentamos el hambre enfermiza de sexo creada por el desequilibrio humano y muchas veces en medio a todo esto aquellos que gustan de “dar la palabra a los muertos” crean este anatema de ilusiones que viven en la realidad en lo íntimo de su ser.
Es muy simple acusar a su semejante esté él encarnado y si no lo estuviera todavía es más fácil por la irresponsabilidad y falta de madurez espiritual que nosotros mismos generamos, así queda más fácil “yo quito la carga de mi espalda” y lo coloco en la espalda de mi semejante.
Antes de abordar lo que hacemos, vale acordarnos de algunas cosas:
Critican las prostitutas como si ellas no fuesen hijas del Creador. Dicen que son mujeres vanas, destructoras de hogares y matrimonios, pero se olvidan de encuadrar al hombre que las procura y que en la mayoría de las veces es más irresponsable por la actitud de abandonar su lugar como padre de familia para procurar un placer que hasta él mismo desconoce, constatando su irresponsabilidad e inmadurez con las leyes del Creador. Nos cuenta la historia que “aquel que no tuviera errores que tire la primera piedra”, la protagonista de esta historia tenida como “mujer del pueblo”, fue una de las grandes seguidoras del Cristo, mostrándonos que al darnos una “oportunidad” podemos con este gesto cambiar una vida.
Destructoras de hogares y familias: mis hijos, no se destruye lo que ya está destruido hace tiempo, la mente humana enferma aprendió a no reconocer sus errores, pues los aplica siempre y solamente a su semejante, por esto todavía en los días de hoy, nos encontramos con seres depresivos, desequilibrados e infeliz, pues los mismos no comprendieron todavía, que el causante de sus caídas son ellos mismos.
Fácil es “pagar para resolver nuestros problemas, difícil es encararlos de frente con los ojos de la responsabilidad”, somos antes de más nada “espíritus trabajando en nombre de lo más alto” que quedan en un campo negativo creado por aquellos que viven huyendo de sus responsabilidades luchando para traerles el equilibrio. Somos vitalizadoras, del ser caído, descontento que se arrepintió y desea ayudarse antes que cualquier otra cosa. Trabajamos para reequilibrar sus espíritus, su corazón y sus sentimientos. No precisamos ligarnos a amarres, trabajitos o mandingas de este o aquel problema.
No nos vendemos, no necesitamos de mimos infantiles para demostrar nuestra fuerza de trabajo, pero quien así lo prefiere hacer, sepa que se está ligando a seres vampirizadores, infelices y sombríos que atienden de la “forma con que son alimentados”.
El mundo no es hecho solamente de prostitutas hijos, existen otro tipo de mujeres que también se ligan a nuestra falange conocida como “Moças” para trabajar en pro de nuestro semejante.
Cada uno se liga a la fuerza que desea, pero generalizar todo deduciendo que esto hace parte de un desequilibrio es algo inaceptable, por esto estoy aquí hoy mandando mi recado y mostrando el “otro lado de la moneda”.
El mundo precisa de más amor, pero no este amor ligado al sexo, amor de perdón, de alegría y de renovación.
Nosotras Pombagiras, trabajamos para devolver la alegría y el amor en lo íntimo de cada ser, vitalizándolo y reequilibrándolo.
Como pueden ver tenemos mucho que hacer que quedarnos recibiendo ofrendas para amarrar esta o aquella persona o todavía para cuidar de problemas sexuales ligados al desarreglo del ser.
¡Espero haber sido clara!
Sra. María Padilha
Mensaje recibido por Géro Maita.
Oigo decir por la boca que está habituada a escarnecer que somos destructoras de hogares, de familias, que somos ex prostitutas, que alimentamos el hambre enfermiza de sexo creada por el desequilibrio humano y muchas veces en medio a todo esto aquellos que gustan de “dar la palabra a los muertos” crean este anatema de ilusiones que viven en la realidad en lo íntimo de su ser.
Es muy simple acusar a su semejante esté él encarnado y si no lo estuviera todavía es más fácil por la irresponsabilidad y falta de madurez espiritual que nosotros mismos generamos, así queda más fácil “yo quito la carga de mi espalda” y lo coloco en la espalda de mi semejante.
Antes de abordar lo que hacemos, vale acordarnos de algunas cosas:
Critican las prostitutas como si ellas no fuesen hijas del Creador. Dicen que son mujeres vanas, destructoras de hogares y matrimonios, pero se olvidan de encuadrar al hombre que las procura y que en la mayoría de las veces es más irresponsable por la actitud de abandonar su lugar como padre de familia para procurar un placer que hasta él mismo desconoce, constatando su irresponsabilidad e inmadurez con las leyes del Creador. Nos cuenta la historia que “aquel que no tuviera errores que tire la primera piedra”, la protagonista de esta historia tenida como “mujer del pueblo”, fue una de las grandes seguidoras del Cristo, mostrándonos que al darnos una “oportunidad” podemos con este gesto cambiar una vida.
Destructoras de hogares y familias: mis hijos, no se destruye lo que ya está destruido hace tiempo, la mente humana enferma aprendió a no reconocer sus errores, pues los aplica siempre y solamente a su semejante, por esto todavía en los días de hoy, nos encontramos con seres depresivos, desequilibrados e infeliz, pues los mismos no comprendieron todavía, que el causante de sus caídas son ellos mismos.
Fácil es “pagar para resolver nuestros problemas, difícil es encararlos de frente con los ojos de la responsabilidad”, somos antes de más nada “espíritus trabajando en nombre de lo más alto” que quedan en un campo negativo creado por aquellos que viven huyendo de sus responsabilidades luchando para traerles el equilibrio. Somos vitalizadoras, del ser caído, descontento que se arrepintió y desea ayudarse antes que cualquier otra cosa. Trabajamos para reequilibrar sus espíritus, su corazón y sus sentimientos. No precisamos ligarnos a amarres, trabajitos o mandingas de este o aquel problema.
No nos vendemos, no necesitamos de mimos infantiles para demostrar nuestra fuerza de trabajo, pero quien así lo prefiere hacer, sepa que se está ligando a seres vampirizadores, infelices y sombríos que atienden de la “forma con que son alimentados”.
El mundo no es hecho solamente de prostitutas hijos, existen otro tipo de mujeres que también se ligan a nuestra falange conocida como “Moças” para trabajar en pro de nuestro semejante.
Cada uno se liga a la fuerza que desea, pero generalizar todo deduciendo que esto hace parte de un desequilibrio es algo inaceptable, por esto estoy aquí hoy mandando mi recado y mostrando el “otro lado de la moneda”.
El mundo precisa de más amor, pero no este amor ligado al sexo, amor de perdón, de alegría y de renovación.
Nosotras Pombagiras, trabajamos para devolver la alegría y el amor en lo íntimo de cada ser, vitalizándolo y reequilibrándolo.
Como pueden ver tenemos mucho que hacer que quedarnos recibiendo ofrendas para amarrar esta o aquella persona o todavía para cuidar de problemas sexuales ligados al desarreglo del ser.
¡Espero haber sido clara!
Sra. María Padilha
Mensaje recibido por Géro Maita.
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.