Mensaje de Doña María Mulambo
(Recibido por la médium Claudia Baibich el 09 de Noviembre del 2008)
Hoy hablo a ustedes que tienen necesidad de definir, rotular y catalogar a todo y a todos, como si eso les diese alguna garantía de credibilidad y les amputasen las dudas que insisten en robarles la vida.
Primero: Nosotros, espíritus trabajadores del bien, aunque seamos organizados naturalmente en patrones vibratorios que nos sirven de moradas temporarias, no somos seres automatizados, creados en serie, en código de barras.
Segundo: No somos serviciales particulares ni de Cavalos nuestros, ni de consultante alguno, ni nuestra jerarquía nos obliga a hacer algo que no queramos. Tenemos personalidades individuales, afinidades. Estamos en evolución y con un largo camino por el frente. Ayudando a ustedes, nos ayudamos nosotros mismos, pero no siempre es viable o apropiada la ayuda que nos piden, muchos de ustedes no hacen nada, o hacen muy poco para mejorar a sí mismos, a su relacionamiento y a su prójimo. Quieren soluciones mágicas, sin esfuerzos o daños, hacen elecciones absurdas, se meten en todo tipo de confusiones, procuran el camino más difícil, se lanzan en abismos, atraen obsesores, hacen todo mal y después terminan bravos cuando no transformamos sus vidas en un paraíso de la noche para el día. Francamente, no somos santos y paciencia tiene límites, hasta del lado de acá; si digo esto es porque sé lo que es vivir duramente, muchos son los que nacieron comprometidos con duras pruebas a rescatar, son estos los que más necesitan de nosotros, y tienen nuestra cobertura, dentro de lo que nos es permitido ayudar.
Tercero: O ustedes creen en nosotros, o nos dejan en paz, porque no tenemos ni intereses ni tiempo a perder con ingenuos que nos cobran, o peor todavía, cobran de nuestros Cavalos, informaciones que nosotros no pasamos para ellos. Nuestros Cavalos (médiums) saben apenas lo que queremos o permitimos, hasta sobre sus propias vidas, no tenemos autorización para pasarles todas las informaciones que gustarían; que les interesa saber cuántas encarnaciones yo tuve, o como viví en cada una de ellas, crean las más absurdas leyendas a nuestro respecto, esto hasta nos divierte un poco ¡cuánta ingenuidad!
Entiendan definitivamente que nuestra misión no es satisfacer curiosidades de quien quiera que sea, no somos bobos de la corte, para entretenimiento de quien no tiene ni fe ni vida verdadera. Aprovechen sus vidas de modo constructivo. Sé que por mucho tiempo todavía la mayoría de las personas irá a creer que somos espíritus malignos, no temerosos de Dios. ¡Ah Mis queridos, si ustedes supiesen cuantos misterios, cuantos mundos y cuantas realidades flotan sobre sus cabezas…!
Primero: Nosotros, espíritus trabajadores del bien, aunque seamos organizados naturalmente en patrones vibratorios que nos sirven de moradas temporarias, no somos seres automatizados, creados en serie, en código de barras.
Segundo: No somos serviciales particulares ni de Cavalos nuestros, ni de consultante alguno, ni nuestra jerarquía nos obliga a hacer algo que no queramos. Tenemos personalidades individuales, afinidades. Estamos en evolución y con un largo camino por el frente. Ayudando a ustedes, nos ayudamos nosotros mismos, pero no siempre es viable o apropiada la ayuda que nos piden, muchos de ustedes no hacen nada, o hacen muy poco para mejorar a sí mismos, a su relacionamiento y a su prójimo. Quieren soluciones mágicas, sin esfuerzos o daños, hacen elecciones absurdas, se meten en todo tipo de confusiones, procuran el camino más difícil, se lanzan en abismos, atraen obsesores, hacen todo mal y después terminan bravos cuando no transformamos sus vidas en un paraíso de la noche para el día. Francamente, no somos santos y paciencia tiene límites, hasta del lado de acá; si digo esto es porque sé lo que es vivir duramente, muchos son los que nacieron comprometidos con duras pruebas a rescatar, son estos los que más necesitan de nosotros, y tienen nuestra cobertura, dentro de lo que nos es permitido ayudar.
Tercero: O ustedes creen en nosotros, o nos dejan en paz, porque no tenemos ni intereses ni tiempo a perder con ingenuos que nos cobran, o peor todavía, cobran de nuestros Cavalos, informaciones que nosotros no pasamos para ellos. Nuestros Cavalos (médiums) saben apenas lo que queremos o permitimos, hasta sobre sus propias vidas, no tenemos autorización para pasarles todas las informaciones que gustarían; que les interesa saber cuántas encarnaciones yo tuve, o como viví en cada una de ellas, crean las más absurdas leyendas a nuestro respecto, esto hasta nos divierte un poco ¡cuánta ingenuidad!
Entiendan definitivamente que nuestra misión no es satisfacer curiosidades de quien quiera que sea, no somos bobos de la corte, para entretenimiento de quien no tiene ni fe ni vida verdadera. Aprovechen sus vidas de modo constructivo. Sé que por mucho tiempo todavía la mayoría de las personas irá a creer que somos espíritus malignos, no temerosos de Dios. ¡Ah Mis queridos, si ustedes supiesen cuantos misterios, cuantos mundos y cuantas realidades flotan sobre sus cabezas…!
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.