Caso Clínico:
Compromiso espiritual con la mediumnidad
Mujer de 48 años, divorciada, dos hijos
La paciente acudió a mi consultorio tratando de saber cuál era su verdadero camino espiritual, ya que aún no se había encontrado espiritualmente, pese a haber frecuentado Iglesia Católica, Seicho-No-Ie, Kardecismo, Umbanda, y a haber buscado la Apometría y el Santo Daime.
Padecía Síndrome de Pánico; su primera crisis de pánico se manifestó a los 18 años (en aquella ocasión estaba encinta). No era capaz de entrar en un ascensor o frecuentar locales de mucha aglomeración (metro, centros comerciales, cines).
Cuando se enteró de que su padre tenía cáncer, le sobrevino una segunda crisis de pánico (padecía insomnio, no dormía por la noche, pues sentía que se iba a morir, con falta de aire, sofocos, taquicardia, hiperhidrosis, angustia, inquietud).
Antes no era capaz de viajar en avión o en autobús, pues tenía miedo a quedarse encerrada. Hoy ya podía salir de casa, si bien, cuando vino a São Paulo en avión, tuvo miedo a que se le presentase una nueva crisis de pánico. Solía sentir en su cotidiano mucha angustia, inquietud y deseos de llorar sin motivo aparente.
Quería comprender también por qué solo se envolvía con hombres que le causaban sufrimiento y desarmonía, y siempre en una situación financiera precaria, hasta el punto de tener que ayudarles económicamente.
Por último, deseaba comprender su relación con su madre, que la trataba duramente, con imposiciones y reproches, de manera posesiva (si pasaba dos o tres días seguidos sin llamarla por teléfono, su madre se lo reprochaba). Ya no era capaz de ser firme e incisiva con ella, por temor a lastimarla. Siendo así, se sentía culpable cuando la contrariaba.
Tras haber pasado por dos sesiones de regresión, la paciente llegó a la tercera y última llorando, angustiada, padeciendo nuevamente los síntomas del pánico.
Después de orar juntos, más tranquila, al hacer regresión, ella me relató:
Mi semblante se cierra... parece que no quiero mirar... algo me incomoda. (Pausa).
- ¿Qué es lo que te incomoda? - Pregunté a la paciente.
No consigo comprender... es como si no quisiese ver. Es algo malo, pero me gustaría verlo.
- Pide a tu mentor espiritual que te lo muestre – ruego a la paciente.
“Él dice que en realidad yo no quiero entrar en contacto con mi situación de vida”.
- ¿A qué situación de vida se refiere?
“Se refiere a lo que me hace sufrir, al hecho de padecer esta angustia, inquietud y crisis de pánico. Dice que estoy siendo rebelde con el compromiso que necesito asumir”. (Pausa).
- ¿Qué compromiso? - Pregunto nuevamente a la paciente.
“Se refiere a mi trabajo mediúmnico. Afirma que yo me comprometí en el Astral, antes de reencarnarme, a hacer un trabajo espiritual – con mi mediumnidad – de ayudar a las personas, pero dice que estoy dudando, no tengo confianza en el Poder de Dios. Estoy procediendo con terquedad, dice que no creo en la importancia de llevar a cabo ese trabajo para realmente ayudar a los demás y también a mí misma. En vez de eso, prefiero ocultarme, huir de esa responsabilidad”.
- Pregúntale por qué asumiste en el Astral el compromiso de ayudar a los demás con tu mediumnidad.
“Dice que he perjudicado a mucha gente en otras vidas. Entonces, ejercer la mediumnidad es una forma de reparar todo el mal, todo el sufrimiento que causé a otras personas. También aclara que mi alma me lo exige. Pero dice que he dejado de cumplir, que no estoy tomando en serio ese compromiso”.
- Pregunta a tu mentor espiritual por qué no estás tomando en serio tu compromiso.
“Dice que es una cuestión de vanidad, de rebeldía, de duda, de no considerar que eso sea importante. Dice que, en el fondo, mi alma conoce la necesidad de hacer ese trabajo espiritual, pero que me dejo llevar por mi egoísmo, y solo quiero recibir. Además dice que por tener esa conciencia espiritual, estoy en condiciones de ejercer mi mediumnidad en beneficio del prójimo. Reafirma que reúno condiciones, así como madurez espiritual y moral para el trabajo mediúmnico, sin embargo soy indolente, abandonada.
Por mi terquedad estoy dando preferencia al camino del dolor. Dice que todavía estoy apegada a la duda de mi ego, del “ver para creer”, y que ya no tengo necesidad de eso, ya que he alcanzado madurez suficiente para comprender mi parte espiritual.
Mi mentor espiritual reconoce que he buscado bastante la fe – a través de la plegaria y de las lecturas espirituales – pero aclara que si realmente quiero demostrar la fe en Dios, he de poner en práctica mi mediumnidad”.
- Pregúntale qué tipo de mediumnidad has de desarrollar.
“Dice que la mediumnidad de cura, que tanto puedo trabajar en incorporación, como sin incorporar, o bien servirme de la imposición de manos para la cura, bajo la orientación de mis guías espirituales".
- ¿Dónde puedes desarrollar ese trabajo mediúmnico? - pregunto a la paciente.
“Afirma que en la Umbanda”.
- ¿Por qué en la Umbanda? - pregunto nuevamente a la paciente.
“Aclara que es por mis guías espirituales, es decir, los cholos que me acompañan. Dice asimismo que en la Umbanda mi trabajo mediúmnico va a fluir mejor... recuerdo haberme sentido muy bien cuando he participado en los rituales de Umbanda, me identificaba con mucha facilidad con los trabajos de la casa. Él me dice que se trata de una identificación de alma. Realmente me sentía muy bien.
Cuando era adolescente me gustaban mucho las canciones de la cantante Clara Nunes (ya fallecida). Ella cantaba una canción llamada “Guerrera”, en la cual daba una 'salva', que es un saludo de los cholos. Ella cantaba saludando desde los orixas hasta Jesús y Nuestra Señora de la Concepción.
Yo me estremecía al escuchar esa canción, sentía una alegría intensa. Ya me ha ocurrido ver un indio mientras oraba en mi cuarto. Era guapo, fuerte, alto, y llevaba un penacho. Por cierto, desciendo de indígenas.
También me identifico con el sonido de los timbales utilizados en los rituales del Santo Daime. He tomado Ayahuasca (infusión vegetal psicoactiva de la Amazonía que tiene la finalidad de catalizar procesos interiores y espirituales, siempre con el objetivo de cura y bienestar del individuo, así como de auto-conocimiento e interiorización, medios eficaces para obtener sabiduría).
Mi mentor espiritual me pide que me afirme cada vez más en Dios, que siga orando y que de una vez por todas empiece lo más pronto posible en la Umbanda, porque ya voy con retraso. Dice que el tiempo urge, que no siga aplazándolo todo, como he venido haciendo.
También dice que muchos de mis trastornos, las cuestiones emocionales, o sea, las crisis de pánico, llanto, angustia, inquietud, incluso las relaciones afectivas mal venidas, se resolverán a través de mis trabajos mediúmnicos. Revela asimismo que cuando empiece a cumplir mi misión Dios me dará muchas respuestas y bendiciones. Dice que debo poner mi mediumnidad al servicio de la espiritualidad y que lo demás vendrá como consecuencia. (Pausa).
Le digo que siempre he pensado que bastaba con ser buena persona, cumplir mis deberes como hija, madre y ciudadana, pero él me contesta que para mí eso no basta. Aclara que la cura que voy a proporcionar – a través de mi mediumnidad – será mi propia cura.
Hace una analogía y explica que mi situación es como la de un vaso que contiene agua sucia, y cuyas paredes están llenas de lodo. Entonces, para que el agua se limpie, debo ejercer la bondad y el amor al prójimo, que representan el agua limpia que voy a verter dentro del vaso”