Pregunta: ¿En qué se fundamentan las prácticas del hechizamiento, a través del sacrificio de los gallos negros, cabritos y otros animalitos en los "candomblés", o dejar trozos de carne sangrientas "en las puertas de los cementerios?
Ramatís: Aunque esas prácticas sangrientas y primitivas sólo predominen en los "candomblés" africanos, esparcidos por toda Europa, América latina y principalmente en el Norte de Brasil, la influencia de la civilización y el avance científico tiende a disminuir o a sublimarse en un futuro próximo. Respecto a los sacrificios de aves y animales en tales trabajos, conservando las tradiciones de la magia africana, ni siquiera es necesario recordaros de la importancia de la sangre vertida allí, puesto que es el fundamento principal, para alcanzar el intercambio con los espíritus subvertidos.
La sangre es la linfa de la vida y el elemento imprescindible en el ser vivo, pues, además de su función física, capta y absorbe las fuerzas vitalizadoras del sol, como son el "prana", el magnetismo lunar y ciertos fluidos del mundo astral. Su rapidísima circulación es imantada por la electricidad animal y abastecida por el éter físico que emana de los intersticios de la tierra y fluye a través del doble etérico. Es la corriente portadora de la salud o de la enfermedad, pues recorre las zonas neurálgicas y alcanza los puntos vitales del cuerpo humano. Transporta las diversas hormonas endocrinas por todo el organismo, abastece y rehace las células desechando los residuos indeseables por las vías emuntorias. La sangre interviene en todos los procesos defensivos del organismo y conduce, como elementos de combate, a los gérmenes y toxinas. Aun después de coagulada y bajo el aspecto gelatinoso, exuda un líquido amarillento muy útil, conocido por suero sanguíneo y aprovechable para las transfusiones. El hombre actual tiene de cinco a seis litros de sangre, cuya reproducción es constante en la intimidad de la médula ósea.
Pregunta: Esos derramamientos deliberados de sangre a través de los sacrificios paganos y macabros, ¿son necesarios para el proceso del hechizamiento?
Ramatís: En verdad, es un proceso bastante detestable, que se vincula a intereses y subversiones abominables, activado y controlado por la dirección de ese mundo pervertido. La vertencia de sangre y los ritos para su dinamización fluídica atiende las execrables tareas de los "comandos de las tinieblas". Alrededor de la tierra se mueven grandes cantidades de espíritus, agotados por las pasiones y vicios de la carne, los cuales, están hambrientos de vitalidad y afligidos para obtener el "tonus vital" que perdieron. Esos seres aceptan cualquier tarea humillante en el Más Allá, siempre que puedan conseguir la sangre para alimentarse mórbidamente. Su grado es tan desesperante como aquellos viciados por la cocaína," morfina, alcohol y tabaco, y acompañan a los encarnados constantemente con la esperanza de vampirizarlos en su fuente de vitalidad, que es la sangre.
Además, los espíritus astutos, malévolos y veteranos del astral inferior acostumbran a vampirizar a los infelices recién llegados y desprotegidos, extrayéndoles cualquier residuo vital que todavía pudiera quedarles en su contextura periespiritual. Cuando los recién fallecidos tienen amigos o parientes desencarnados que los protegen, los hambrientos de las sombras permanecen a distancia de la sepultura. Entonces, les queda el recurso de contentarse con la precaria nutrición del fluido vital obtenida en la simbiosis con las criaturas vejadas y esclavas a los impuros placeres. Así como los parásitos extraen la savia vital de los arbustos, los vampiros del Más Allá succionan a sus víctimas imprudentes, en el proceso de parasitismo de baja espiritualidad.
(...)Inteligencias avanzadas de las sombras justifican ese estado de vampirismo execrable, alegando, que los vivos también matan los animales y aves, mintiendo en lo que respecta a la necesidad de conseguir proteínas y vitaminas, que por otra parte son tan abundantes en las frutas y vegetales.(...)
(...)Nos referimos al prana o fluido vital, que se exuda por el doble etérico en el proceso de absorción o exhalación para equilibrar las formes físicas y sustentar al periespíritu durante la encarnación. Ese tonus vital es sutil o grosero, tenue o espeso, radiactivo u oscuro, vigoroso o débil, conforme sea el tempera¬mento y la graduación espiritual del ser humano. El prana es el soplo vital, el que sustenta la vida, la energía que da resistencia, actividad y reacciones de los seres vivos, el potencial vivificante en los encarnados, pero deja residual ,así como quedan las cenizas después de la combustión. Durante la desencarnación se acumula a la altura de los chakras o centros de fuerzas del doble etérico, como una sustancia densa, que tiene vida.(...)
Párrafos extraídos de la obra Obreros de la Vicia Eterna por el espíritu de André Luiz, capítulo "Aprendiendo Siempre", dice así: "En los cementerios acostumbran a reunirse una compacta hilera de malhechores, que se arrojan sobre las vísceras cadavéricas para succionarle los residuos vitales." "Jerónimo se inclinó piadosamente sobre el cadáver, momentos antes de la inhumación y a través de pases magnéticos longitudinales, extrajo los residuos de vitalidad, dispersándolos rápidamente en la atmósfera, a través de un proceso indescriptible, para el lenguaje humano..."
Pregunta: ¿Qué fundamento existe al afirmar que los espíritus conocidos por "exus" lleguen a absorber la sangre de los gallos, cabritos, carneros y aves sacrificados en las "candomblés" o terreiros africanistas? ¿Es una leyenda o fantasía?
(...)El vampirismo, hechizo y fetichismo religioso no encuentran solución satisfactoria, porque los espiritualistas que debían esclarecer a los encarnados y a los espíritus desencarnados, evitan tratar el asunto neurálgico, por encontrarlo primitivo, repulsivo y anticientífico. Sin lugar a dudas, que las prácticas de los "candomblés" tienden a desaparecer bajo el inevitable progreso científico, pues los ritos sangrientos, oriundos del folklore africano, pierden su aspecto de magia y pasan a ser admitidos como liturgia y devoción religiosa.(...)
(...)Mientras tanto, los exus, espíritus elementales, cuando se incorporan en los caballos (médiums) sonambúlicos, rompen con los dientes el pescuezo de las aves, chupándoles inmediatamente la sangre, todo ello, en una fracción de minuto, dejándolos totalmente agotados del tonus vital. Es un proceso práctico y eficiente por ese tipo de entidad, aún esclava a lo grosero del mundo físico, a los fines de obtener el ambicionado residuo vital que existe en la sangre de las aves y animales. Guando los médiums de los terreiros son intuitivos y se resisten a las intenciones de los "exus" o entidades primarias, las mismas se contentan con las emanaciones del eterismo vital físico, que se exuda del doble etérico del animal o ave sacrificada, algo potencializadas por el ritmo cadencioso de los ritos extraños.(...)
(...)La cantidad de animales y aves sacrificados en los "candomblés" africanos del mundo entero, ofrecen una diminuta cuota de sangre y alimento vital para satisfacer a los espíritus vampiros. Sin embargo, la humanidad se encarga de suplir esa deficiencia de sangre y tonus vital para los vampiros del mundo oculto, pues los hombres, a pesar de su avanzado cientificismo, aún ignoran que están bajo la dirección incondicional de los obsesores y malhechores de las sombras y son efectivos abastecedores de la sustancia vital por medio del horripilante y macabra tarea de descuartizar cantidades inmensas de bueyes, carneros, cabritos, conejos, gallinas, lechones y gansos de hígado hipertrofiado, cuya sangre inocente corre profusamente por los pisos de los mataderos y frigoríficos. Los vampiros del Más Allá, entonces, aprovechan esas matanzas en masa para chupar la sangre de los animales y aves sacrificadas para obtener la cuota que tanto necesitan para su nutrición subvertida, y además, exceptuada de agotadores ritos y magias de ninguna especie. Por lo tanto, los encarnados proveen la materia sangrienta para sustentar el vampirismo, y después funcionan estúpidamente como médiums "dopados", por el torras -vital vampirizado, satisfaciendo la glotonería, perversión sexual, alcoholismo y otros vicios sustentados por esos seres inferiores.(...)
(...)La Divinidad no autoriza el uso diabólico de la sangre para fines tan degradados, pero si, es la propia humanidad terrena la que favorece ese acontecimiento condenable, a pesar de las serias y severas advertencias provenientes de los Planos Superiores, ¿Cuántas tragedias, angustias y sufrimientos, que hace siglos sufre la humanidad, son rescates kármicos por causa de las culpas de orden espiritual por verter la sangre del hermano inferior, al servicio del vampirismo de la tierra y del Espacio?(...)
(...)La sangre de los animales y aves, cuyo residuo vital es de baja vibración, únicamente pueden absorberla los espíritus primitivos, de vitalidad inferior. Sin embargo, los veteranos del Más Allá o magos negros de experiencia milenaria para esas mórbidas tareas prefieren la sangre humana debido a su excelente tonus vital. Son espíritus procedentes de las falanges diabólicas, que en el pasado exigían cruentos sacrificios a los devotos paganos, que se doblegaban al maquiavelismo de los sacerdotes, inmolando al hijo primogénito o a la joven virgen ante los ídolos de bronce.(...)
Párrafos extraídos del capitulo "Intercesión" de la obra Misioneros de la Luz, dictada por el espíritu de André Luis a Chico Xavier: "Delante del local donde se efectuaba la matanza de los bovinos, percibí un cuadro aterrador. Un gran numero de desencarnados, en lastimosas condiciones, se arrojaban sobre los borbotones de sangre, como si trataran de beber el liquido con una sed devoradora..." "Esos infelices hermanos, que no nos pueden ver, por la deplorable situación de embrutecimiento e inferioridad que se encuentran, están chupando las fuerzas del plasma sanguíneo de los animales. Son hambrientos que causan piedad."
(...)Promueven todo aquello que les pueda proporcionar la vertencia de la sangre, sea por la mortandad de los animales en los mataderos, como así también, provocan conflictos homicidas y bestiales entre los hombres, o en los campos de batalla ensangrentados por las guerras fraticidas. Examinando la historia de vuestro mundo, comprobamos que la sangre vertida sobre la tierra, parece competir con los caudalosos ríos.(...)
Los habitantes de Canaan y otros pueblos vecinos, como los amonitas, moabitas, fenicios y cartagineses, veneraban a Moloc, la divinidad pagana, cuyo culto consistía generalmente en el sacrificio del primogénito, el cual, era arrojado vivo en el brasero que ardía en las entrañas de la estatua de bronce. Había otros sacrificios, como el degüello de las vírgenes Y niños a orilla de los ríos sagrados, en una especie de culto doméstico, incentivados por los sacerdotes de Moloc en cumplimiento de otros ritos bárbaros.
Pregunta: El pueblo judío, considerado como elegido de Dios, también sacrificaba aves y animales en los templos religiosos, ¿Eso se debía a la intervención de los espíritus perversos de las tinieblas?
Ramatis-.El sacrificio habitual de los toros, cabritos, carneros y aves entre los judíos, también ocultaba la sed de sangre de los monstruosos espíritus del Más Allá, los cuales, incentivaban esas prácticas a fin de compensar la reducción de las masacres humanas de los antiguos ritos paganos. Esos seres vampirizaban las carnes tiernas de las criaturas sacrificadas a los ídolos, así como los civilizados de hoy exigen, epicurísticamente, la carne en sus sabrosos platos para satisfacer su canibalismo insaciable. Los sacerdotes, que por veces percibían en su "visión astralina" la presencia de detestables vampiros succionando ávidamente el tonus vital de la sangre derramada, fingían ignorar el aconteci-miento, porque vivían nababescamente de la "industria de la muerte", tal cual hoy se vive de la masacre, en los mataderos y frigoríficos.
Los templos paganos, quemaban y degollaban niños y jóvenes, los templos judíos, con la mortandad de animales y aves, eran verdaderas filiales de abastecimiento del precioso alimento vital, codiciado por los espíritus subvertidos de las sombras y que todavía hoy se hace en los candomblés africanos y demás ritos primitivos. Pero, la sangre vertida inútilmente se vuelve por Ley Kármica contra sus responsables, marcándolos como futuras víctimas del vampirismo, hechicerías u obsesiones.
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.