como puedo vencer a un palero

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Yo he visto caso tras caso que contradice ese hecho, incluso, he visto a gente que ni sabe lo que es el palo monte darle bien duro.

Hola Ṛṣikulyā ¡bonito avatar y firma! bien definido respecto a tu orientación espiritual.

Estoy de acuerdo en ese asunto porque es la realidad, yo solo he visto enfrentar una guerra con sumisión a los mártires y básicamente todos murieron consecuencia de su manera de responder ante una agresión. No debe confundirse estar sumiso ante una agresión lo que es contrariar la Ley de Conservación que nos habla de que dejarse dañar o matar equivale a suicidio al no proteger la propia integridad con defenderse que es hacer cumplimiento a los mecanismos de defensa para proteger la propia integridad en todos los sentidos ni confundir ésto con el acto de atacar que ya implica violentar otras Leyes Divinas. Según se habla, la Ley de Conservación nos asegura que Dios ha colocado dentro del hombre el instinto de supervivencia con miras a proteger la vida física que es necesaria para consolidar las experiencias y realizaciones en lo que dura su prueba física, siendo así, el hombre dispone de recursos para sobrevivir a toda circunstancia quedando a él decidir hacer uso o no de éste recurso, siendo que si sucumbe habiendo manera a su alcance de resguardarse éste es un suicida por haberse negado a luchar por preservar su integridad física y aquellos que lo hacen pensando que ganan grandes méritos al dejarse destruir por otro e incluso dejarse matar están tan equivocados que dejan de contemplar que mientras más tiempo duren con vida tendrán más oportunidad de recopilar aprendizajes, experiencias y sobretodo de hacer bien con lo que sí, suma mucho mérito con relación al ascenso espiritual, por lo que se considera que el sujeto tanto cuando no se protege debidamente como cuando actúa de sobremanera agrediendo violentando a los demás éste sujeto se encuentra en pleno desequilibrio interno como con las Leyes que rigen todo lo que ha sido creado. En éste aspecto creo que la imposición de la pacificación por parte del cristianismo ha tenido un gran papel que de paso es un elemento solicitado por un régimen político y militar que quiso desde el inicio tener una sociedad más sumisa y menos propensa a matarse entre ellos, de ahí el famoso poner la otra mejilla que reemplaza al ojo por ojo se convierte en un acto desmedido de sumisión a toda clase de agresión cuando entre sus interpretaciones se insta a no caer en conflictos innecesarios dejando pasar los problemas que no valgan un conflicto, no obstante, eso no aplica cuando toca el momento de defenderse donde el efecto tiene su justificación en la causa, y vemos que el pacifico Jesús entra en el Templo y le entra a galleta corrida a los mercaderes y se nos olvida ese hecho, se nos olvida que él era carpintero de profesión que era una profesión ejercida por hombres fuertes y que que él estaba en la edad cumbre por lo que no era ningún desnutrido sumiso se vale todo cuando ocurre ese incidente; se ha mantenido ese concepto tergiverso a propósito, omitiendo todos los hechos que sugieren interpretaciones diferentes porque de hecho los mismos apóstoles vivieron en guerra entre sí una vez que Jesús muere, y vemos a los apóstoles enfrentando, censurando, enjuiciando y hasta debatiendo en guerras contra los magos y endemoniados. Veamos 2 cuestiones del Libro de los Espíritus en apoyo a la respuesta:

731. ¿Por qué, junto a los medios de conservación, ha puesto la Naturaleza al mismo tiempo los agentes destructores?
- El remedio al lado de la enfermedad. Lo hemos dicho: es para mantener el equilibrio y servir de contrapeso.

En respuesta ello, considero clave fundamental en una guerra que si no se está dispuesto a atacar [cosa indeseada por los pacifistas] por lo menos hay que mantenerse firmes en la defensa procurando agotar los recursos del enemigo en la medida que se alterna el trabajo con suplicas de auxilio para procurar acortar la duración de la contienda, sea que se consiga apaciguar al enemigo o se agote su paciencia. En las religiones que yo conozco parte de la disciplina exige estar siempre sumergidos en esos trabajos a tiempo completo incluso por el asedio espiritual que nos llama a estar preparados todo el tiempo para responder ante un ataque y que éste no nos sorprenda desarmados. Hay un pasaje del evangelio que los Espíritus citan respecto a ésto y dice:

Efesios 6:11-13
11 Revestíos con toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las insidias del diablo. 12 Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales. 13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes.

Y cabe analizar, ¿acaso es lo correcto dejarse destruir en circunstancias donde el recurso para resistir y defendernos [lo que no debe confundirse con atacar] está al alcance y representa la prorroga que Dios nos otorga para extender nuestra supervivencia? en mi particular caso yo abogo a favor de ese caso expresado por el usuario ya que creo fue lo correcto, bajar las defensas espirituales es algo que no debería de hacerse nunca, pero dado que el hombre descuidado de lo espiritual y enfocado en lo material siempre baja la guardia, por lo menos bajo asedio habría que ver quién es más obstinado al final de cuentas ya que aunque la guerra no se desea una vez que se está adentro hay que sobrevivir de alguna manera y si la manera de eliminar al enemigo es descartada [cosa que siempre se procura que así sea] se debe por lo menos resistir en lo que a su vez se llama a los refuerzos, esta vez sí, constituidos de Espíritus que sí van a luchar a paso firme como verdadera maquinaria de asedio procurando favorecerte en la guerra espiritual en que te encuentras.

En sí estoy de acuerdo. Los Espíritus son los que toman decisiones sobre justicia y generalmente son la mano que la ejecutan. En el caso de los hechizos y maleficios hay justicia en desembarazarse del maleficio y clamar justicia. En lo que yo he visto sin necesidad de aniquilar a nadie, tan pronto tumban el trabajo el brujo que lo lanzó cae si no dentro de los próximos minutos, en horas, máximo unos días. Es bien típico que según la gravedad del maleficio apenas se tumba eso estalla una bombona en la casa del culpable, le da un ataque cardíaco o algo pasa de grave.