UMBANDA Y KIMBANDA...
El umbanda es un concepto equivocado. En general, este ritual contiene rasgos de la liturgia católica y otros propios del continente americano, dentro de los cuales es preciso distinguir la umbanda propiamente dicha de la "kimbanda" y del africanismo más puro y del sincretismo de Cabinda, nagó y otras procedencias que reciben hoy día el nombre de nación o batuque.
Umbanda es el culto espiritista rítmico y ritual-espiritista cantado, con fines adivinatorios.
Es un nuevo culto brasileño consolidado a partir de 1907, resultante del sincretismo de creencias africanas y ritos mágicos de origen africano, con los añadidos de la raigambre indigenista; Formas de culto, imágenes y símbolos católicos, ideas espiritistas, donde se afirma la reencarnación y la ley del "karma", producto de la filosofía oriental.
Su característica propia es la adivinación y el ejercicio de la magia blanca, con la finalidad de curar; tanto la parte física como la espiritual. Sus sacerdotes reciben el nombre de "país", pueden bautizar, casar, consagrar, o sea, tienen la facultad de ejercer su liturgia a partir de las bases de su religión, y siempre van vestidos de blanco. El nombre de Umbanda proviene de la lengua
Quimbundo, que es de origen angoleño, el congo que es la actual Kenya y Guinea, dentro del área idiomática Bantú. Umbanda es el arte de orar por medios mágicos, mientras que kimbanda es el curandero y maestro de magia.
El nombre de Kumbanda proviene del verbo curar, prescribir y de el derivan el nombre de quimbanda que es la forma concreta y en su forma abstracta es el Umbanda. En las creencias africanas el espíritu que evoca el curandero sube y evoluciona desde abajo a la cima de su plenitud y fuerza, por el influjo de los ritos de la invocación.
En África es posible seguir la ruta de la penetración y expansión de la lengua y de los ritos bantúes desde el Sudas hasta Angola. El origen de los términos y conceptos de la Umbanda hay que rastrearlos en el antiguo Egipto a partir del libro de los muertos y la idea de una divinidad unitaria y pluralista al mismo tiempo. Es importante señalar la ideal de la inmortalidad del alma como factor de equilibrio universal. Del nombre del Dios Sol- Horus, se llega a Olorum y de Osiris a Oxala.
La religión animista angoleña cree en espíritus que presiden el desenvolvimiento de la vida y de la muerte, así como en otros más generales de un clan o de una familia. Hay tres categorías de almas transmigrantes: el "Muculo", que es el alma de una persona recién fallecida que se inmiscuye en la vida de los demás para revelar secretos, el "Quilulo", es una alma en pena y el "Zumbi" que es el espíritu de alguien muerto hace mucho tiempo.
La Umbanda como actividad religiosa es el puente necesario para la comunicación de los espíritus.
Los Orixás, son espíritus divinos, tienen relación con los santos del catolicismo, pueden ser evocaciones de grandes fuerzas morales y de la naturaleza, ejercen de fuerza equilibradora del universo, encabezan falanges de otros espíritus menos perfectos encargados de comunicarse con los hombres durante las sesiones de culto. En Umbanda los orixás no tienen incorporación mediúmica; orixá quiere decir espíritu jefe o cabeza espiritual.
El panteón de los orixás se integra de las siguientes entidades intermedias entre Dios Olorum y el hombre:
El Umbanda es una religión sin dogmas, no constituye un sistema conceptual cerrado en el que no se admiten dudas o discusión. La guía de un sacerdote no indica su inefabilidad, ya que su carácter humano es indicio de imperfección. El Umbanda es un plano intermedio en la evolución del espíritu.
Cualquier tipo de dogmatismo sería contrario a la esencia doctrinal de su pensamiento. Los conceptos son dinámicos en la evolución y no pueden estancarse con la rigidez propia de un fósil, ya que esta postura invalidaría su desarrollo progresivo hacia la verdad.
El Umbanda es una fe esclarecedora y racional. Fe, vista como fuerza para creer en la verdad y la capacidad mental para la recepción provechosa de las ideas más generales. No tiene misterio, ni tampoco esclaviza la conciencia. Su doctrina es la del libre examen, como religión importa sobre todo la experiencia íntima con Dios llevada al plano vivencial y al mismo tiempo popular por su liturgia y ritual.
En esta época de crisis y de constantes ajustes ideológicos en todos los ámbitos, hay una línea ininterrumpida de convergencia unificadora de todas las creencias hacia una fe globalizadora y total.
Hay principios y preceptos fundamentales de todas las religiones que se ajustan a una nueva concepción de la fe, como expresión universal y unificadora; la Umbanda es una respuesta a este sincretismo secular desde razas y culturas y abre una opción real, de integrar estos sentimientos místicos universales de cara al futuro.
QUIMBANDA
La Quimbanda, por su parte, contiene una marcada tendencia hacia los rituales mágicos que se practican en sesiones reservadas para trabajos que procuran hacer o deshacer el mal. Se caracteriza por el sacrificio de animales, principalmente comestibles como cabritos, gallinas y palomas, estos son las ofrendas que sirven para las invocaciones litúrgicas a través, ellos sirven de emisarios sacramentales.
Para todos los trabajos vinculados al mal se recurre a Exú, el concepto de esta deidad es por sí problemático, es el equivalente al demonio del cristianismo. En los cultos africanos, como el Candomblé, Exú esta considerado como un orixá desobediente, capaz de perturbar las ceremonias, por lo que debe de ser apartado, y no sólo en los trabajos, sino en la localización de los cuartos de santo, o sea fuera del predio ritual.
En estos cultos de origen africano, su presencia resulta indispensable para dar seguridad a los trabajos.
Exú es un enviado de los Orixá, pero sin voluntad propia, es una fuerza que debe ser movilizada, ya que sin ella no se podrían iniciar los trabajos, es a ella a quien corresponde abrir los caminos, limpiar el ambiente y dar seguridad en las tareas. Es el centinela a quien uno debe de complacer y agradecer. En la Umbanda, existen ciertas estructuras que nos remiten a los reinos de Exú, y a ciertas líneas de Quimbanda. En función de su pasado en otras vidas, la evolución del alma delinea las actitudes del presente, en los trabajos la intención del agente se combina con ello, a escalas que van desde la magia negra hasta las orientadas al bien.
Todo esto significa y nos remite a campos vibratorios más o menos densos, por lo que se requiere una fuerza casi material para trabajos es las áreas poderosas donde se ubican las potencias maléficas, lo cual exige guardianes que por su vibración tengan afinidad con esos medios.
Bajo la denominación de Exú actúan varias entidades; cada hombre y cada lugar tiene su Exú, que debe ser convocado para actuar en aquel campo de densas vibraciones, pues todo existe y actúa conforme a las afinidades de cada medio y de acuerdo con la mente de los participantes, sea para bien o sea para el mal. Esto es la representación de complejos peldaños o de grados de evolución o pruebas con una intención determinada que va mostrándonos una serie de secuencias de comportamientos.
Exú en lengua nigeriana, significa divinidad del mal, es traviesa y ruidosa. El Exú es distinto a los quiúmbas, gombeteiros y otros espíritus perturbadores y obsesos que pueden mistificar en los trabajos. Exú pagao es marginal a la espiritualidad, y en Quimbanda trabaja en la magia del mal y para el mal. Exú Batizado o Já, es el alma humana sensibilizada para el bien en su camino de evolución. Existen cuatro sentidos generales distintos de para considerar a Exú: como Orixá, desobediente o ángel caído, como alma ligada a la naturaleza material, como espíritu maléfico estacionario de la evolución, o como espíritu en una etapa muy elemental de esa misma evolución.
Exú como personificación voluntarista del mal, depende en su figura espiritual del concepto que se tenga del mal, como fuerza activa en la realidad o como mera ausencia de bien, carencia o pecado en el sentido de falta. El pecado es una falla en la voluntad, movida por ideales orales hacia el bien y retenida en la materia y sus leyes por la propia naturaleza; si esto fuera así, Exú podría ser considerado como la fuerza de la naturaleza que ata al hombre a lo terrenal, impidiéndole y dificultándole los movimientos, sino del mal, al menos de la némesis del hombre en su prueba terrenal.
DESDE ÁFRICA
Las principales líneas africanistas, en sincretismo recíproco bajo el nombre común de nación son Cabinda, Nacó, Tambór, Yeye y Yeya entre otras. Estas líneas, como lo revela nuestro folclore, existieron en el Buenos Aires antiguo como generaciones adjuntas a varias iglesias centrales de la ciudad. Envueltas por el culto católico y su imaginería plateresca de la época, encubrían una reminiscencia oculta de los rituales africanos en el mayor de los secretos, ejercían magia negra para trabajos de protección frente a los abusos de sus amos y de la prepotencia de la iglesia colonial. Aún quedan reminiscencias en el barrio del Tambor, enclave de los negros lobres, y el mandinga gauchesco como personificación del demonio. También en Brasil los africanos que llegaron como esclavos fueron presionados para que aceptaran la religión católica, con severos tratos para aquellos que osaron enfrentarse al poder de la iglesia.
Así, las esencias religiosas de aquellos negros herederos de viejas tradiciones se vieron sometidas por el catolicismo, que ponía especial hincapié en su interés al culto externo de las imágenes. Los esclavos negros y los indios veneraban en aquellas imágenes blancas a sus antiguos dioses transfigurados. Los esclavos fugitivos se refugiaban en la selva junto a tribus indígenas y aventureros blancos descastados, en esos reductos o quilombos se fue apareando el conjunto de todas las creencias de todos esos pueblos oprimidos, derivando en formas cada vez más depuradas y que hoy conocemos por el hombre de Umbanda.
Por otra parte los negros se defendían de los blancos y de su poder buscando fuerzas en su propia religión y persiguiendo a sus enemigos con trabajos de Bará. Los Egum - espíritus de los muertos - ayudaban a sus descendientes que veían en las imágenes católicas figuras representativas de las grandes fuerzas naturales.
El culto Nación es universal y naturalista. La tradición antigua se mantiene con vigor y pureza en los pueblos primitivos, que han seguido fieles a las prácticas más universales más antiguas estas tradiciones veneran determinados elementos simbólicos y a las fuerzas de la naturaleza, este conocimiento permite al hombre un uso útil, a condición de no comprometer el equilibrio cósmico.
Se puede decir que las tradiciones de los pueblos negros de África esta viva en la sabiduría que contuviera la célebre biblioteca de Alejandría, también se puede afirmar que la actual crisis; Tanto de la cultura como de la civilización, esta sirviendo para volver a los principios y rescatar desde los orígenes las antiguas tradiciones.
Para la Quimbanda, los Exú son apenas hombres que murieron en la impureza, son espíritus de muertos encadenados al mal, por haber sido humanos tienen mejor penetración para comprender los deseos humanos. Ni los Exú ni las Pomga-giras son demonios. Son entidades que trabajan desde la muerte a favor de las cosas terrenales de los vivos, hacen o ayudan a que resulte lo que la gente pide o invoca, es abrir caminos, puertas, desbrozar malezas, con el fin de ayudar a los hombres en sus propósitos e intereses.
El ritual de la Quimbanda toca tambores y maracas, invoca a Exú preparando la mesa que los trae. La invocación se hace mediante el simbolismo de puntos cantados y otros escritos, cuando van llegando los espíritus al cuerpo de los asistentes a la sección, que lucen sus vestimentas rojas y negras con el fin de propiciar la vibración necesaria para hacer el ritual. El jefe de la seción puede no ser un babalorixa, o sea un pái de santo que tiene asentados a sus orixás en su casa de religión.
Los orixá o santos africanos se asientan sobre piedras, el Exú en un plato de barro con algunos elementos que le corresponden sé potencializan por medio de los sacrificios, el jefe del ritual de Exú puede ser cacique de Umbanda, y a la vez Babalaorixa.
La fuerza del Exú esta contenida en su asentamiento potenciado por el ritual de los sacrificios. Los Orixás se asientan igual pero llevan unos acentos particulares que sirven para que el sacerdote ayude a través suyo a los demás. Cada ser humano tiene vinculación con un orixá propio, que influye permanentemente en su vida. El sentido de la vida terrenal es la superación de las deficiencias espirituales del hombre. Los Orixás son vocaciones del espíritu universal, leídas en la naturaleza por el hombre como particulares y veneradas como figuras de santos que se incorporan al individuo y condicionan su vida. Los Orixás también están en evolución y necesitan de la materia para su propia perfección. La naturaleza espiritual del hombre importa la presencia en él de un atavismo de santidad, que debe primero limpiarse y luego engrandecerse para cumplir el destino superior de la evolución espiritual humana.
Las claves morales de ese perfeccionamiento son la caridad, el amor y la integración con la naturaleza. El fin de Dios es que se vuelvan a jerarquizar las fuerzas de la naturaleza presentes en el hombre y que lo transitan. Cada individuo tiene vinculación con un Orixá que influye en su vida, cada entidad maneja algo de la naturaleza como fuerza independiente en equilibrio con las demás fuerzas naturales.
con esos entes espirituales que informan de sus actos. Todos tenemos un santo de cabeza y una madre de cuerpo, también la madre puede ser de cabeza y el padre de cuerpo. El Karma de una persona puede tener espíritu de hombre o de mujer y la materia actúa dentro de ese espíritu por su influjo. El Orixá de cada cual marca su vida en una tendencia general y constante. La identidad de los espíritus de cada individuo se averigua mediante el juego de buzios, de esta manera es posible hacer una tabla caracterológica, que según los orixá integran la personalidad de cada caso.
El umbanda es un concepto equivocado. En general, este ritual contiene rasgos de la liturgia católica y otros propios del continente americano, dentro de los cuales es preciso distinguir la umbanda propiamente dicha de la "kimbanda" y del africanismo más puro y del sincretismo de Cabinda, nagó y otras procedencias que reciben hoy día el nombre de nación o batuque.
Umbanda es el culto espiritista rítmico y ritual-espiritista cantado, con fines adivinatorios.
Es un nuevo culto brasileño consolidado a partir de 1907, resultante del sincretismo de creencias africanas y ritos mágicos de origen africano, con los añadidos de la raigambre indigenista; Formas de culto, imágenes y símbolos católicos, ideas espiritistas, donde se afirma la reencarnación y la ley del "karma", producto de la filosofía oriental.
Su característica propia es la adivinación y el ejercicio de la magia blanca, con la finalidad de curar; tanto la parte física como la espiritual. Sus sacerdotes reciben el nombre de "país", pueden bautizar, casar, consagrar, o sea, tienen la facultad de ejercer su liturgia a partir de las bases de su religión, y siempre van vestidos de blanco. El nombre de Umbanda proviene de la lengua
Quimbundo, que es de origen angoleño, el congo que es la actual Kenya y Guinea, dentro del área idiomática Bantú. Umbanda es el arte de orar por medios mágicos, mientras que kimbanda es el curandero y maestro de magia.
El nombre de Kumbanda proviene del verbo curar, prescribir y de el derivan el nombre de quimbanda que es la forma concreta y en su forma abstracta es el Umbanda. En las creencias africanas el espíritu que evoca el curandero sube y evoluciona desde abajo a la cima de su plenitud y fuerza, por el influjo de los ritos de la invocación.
En África es posible seguir la ruta de la penetración y expansión de la lengua y de los ritos bantúes desde el Sudas hasta Angola. El origen de los términos y conceptos de la Umbanda hay que rastrearlos en el antiguo Egipto a partir del libro de los muertos y la idea de una divinidad unitaria y pluralista al mismo tiempo. Es importante señalar la ideal de la inmortalidad del alma como factor de equilibrio universal. Del nombre del Dios Sol- Horus, se llega a Olorum y de Osiris a Oxala.
La religión animista angoleña cree en espíritus que presiden el desenvolvimiento de la vida y de la muerte, así como en otros más generales de un clan o de una familia. Hay tres categorías de almas transmigrantes: el "Muculo", que es el alma de una persona recién fallecida que se inmiscuye en la vida de los demás para revelar secretos, el "Quilulo", es una alma en pena y el "Zumbi" que es el espíritu de alguien muerto hace mucho tiempo.
La Umbanda como actividad religiosa es el puente necesario para la comunicación de los espíritus.
Los Orixás, son espíritus divinos, tienen relación con los santos del catolicismo, pueden ser evocaciones de grandes fuerzas morales y de la naturaleza, ejercen de fuerza equilibradora del universo, encabezan falanges de otros espíritus menos perfectos encargados de comunicarse con los hombres durante las sesiones de culto. En Umbanda los orixás no tienen incorporación mediúmica; orixá quiere decir espíritu jefe o cabeza espiritual.
El panteón de los orixás se integra de las siguientes entidades intermedias entre Dios Olorum y el hombre:
El Umbanda es una religión sin dogmas, no constituye un sistema conceptual cerrado en el que no se admiten dudas o discusión. La guía de un sacerdote no indica su inefabilidad, ya que su carácter humano es indicio de imperfección. El Umbanda es un plano intermedio en la evolución del espíritu.
Cualquier tipo de dogmatismo sería contrario a la esencia doctrinal de su pensamiento. Los conceptos son dinámicos en la evolución y no pueden estancarse con la rigidez propia de un fósil, ya que esta postura invalidaría su desarrollo progresivo hacia la verdad.
El Umbanda es una fe esclarecedora y racional. Fe, vista como fuerza para creer en la verdad y la capacidad mental para la recepción provechosa de las ideas más generales. No tiene misterio, ni tampoco esclaviza la conciencia. Su doctrina es la del libre examen, como religión importa sobre todo la experiencia íntima con Dios llevada al plano vivencial y al mismo tiempo popular por su liturgia y ritual.
En esta época de crisis y de constantes ajustes ideológicos en todos los ámbitos, hay una línea ininterrumpida de convergencia unificadora de todas las creencias hacia una fe globalizadora y total.
Hay principios y preceptos fundamentales de todas las religiones que se ajustan a una nueva concepción de la fe, como expresión universal y unificadora; la Umbanda es una respuesta a este sincretismo secular desde razas y culturas y abre una opción real, de integrar estos sentimientos místicos universales de cara al futuro.
QUIMBANDA
La Quimbanda, por su parte, contiene una marcada tendencia hacia los rituales mágicos que se practican en sesiones reservadas para trabajos que procuran hacer o deshacer el mal. Se caracteriza por el sacrificio de animales, principalmente comestibles como cabritos, gallinas y palomas, estos son las ofrendas que sirven para las invocaciones litúrgicas a través, ellos sirven de emisarios sacramentales.
Para todos los trabajos vinculados al mal se recurre a Exú, el concepto de esta deidad es por sí problemático, es el equivalente al demonio del cristianismo. En los cultos africanos, como el Candomblé, Exú esta considerado como un orixá desobediente, capaz de perturbar las ceremonias, por lo que debe de ser apartado, y no sólo en los trabajos, sino en la localización de los cuartos de santo, o sea fuera del predio ritual.
En estos cultos de origen africano, su presencia resulta indispensable para dar seguridad a los trabajos.
Exú es un enviado de los Orixá, pero sin voluntad propia, es una fuerza que debe ser movilizada, ya que sin ella no se podrían iniciar los trabajos, es a ella a quien corresponde abrir los caminos, limpiar el ambiente y dar seguridad en las tareas. Es el centinela a quien uno debe de complacer y agradecer. En la Umbanda, existen ciertas estructuras que nos remiten a los reinos de Exú, y a ciertas líneas de Quimbanda. En función de su pasado en otras vidas, la evolución del alma delinea las actitudes del presente, en los trabajos la intención del agente se combina con ello, a escalas que van desde la magia negra hasta las orientadas al bien.
Todo esto significa y nos remite a campos vibratorios más o menos densos, por lo que se requiere una fuerza casi material para trabajos es las áreas poderosas donde se ubican las potencias maléficas, lo cual exige guardianes que por su vibración tengan afinidad con esos medios.
Bajo la denominación de Exú actúan varias entidades; cada hombre y cada lugar tiene su Exú, que debe ser convocado para actuar en aquel campo de densas vibraciones, pues todo existe y actúa conforme a las afinidades de cada medio y de acuerdo con la mente de los participantes, sea para bien o sea para el mal. Esto es la representación de complejos peldaños o de grados de evolución o pruebas con una intención determinada que va mostrándonos una serie de secuencias de comportamientos.
Exú en lengua nigeriana, significa divinidad del mal, es traviesa y ruidosa. El Exú es distinto a los quiúmbas, gombeteiros y otros espíritus perturbadores y obsesos que pueden mistificar en los trabajos. Exú pagao es marginal a la espiritualidad, y en Quimbanda trabaja en la magia del mal y para el mal. Exú Batizado o Já, es el alma humana sensibilizada para el bien en su camino de evolución. Existen cuatro sentidos generales distintos de para considerar a Exú: como Orixá, desobediente o ángel caído, como alma ligada a la naturaleza material, como espíritu maléfico estacionario de la evolución, o como espíritu en una etapa muy elemental de esa misma evolución.
Exú como personificación voluntarista del mal, depende en su figura espiritual del concepto que se tenga del mal, como fuerza activa en la realidad o como mera ausencia de bien, carencia o pecado en el sentido de falta. El pecado es una falla en la voluntad, movida por ideales orales hacia el bien y retenida en la materia y sus leyes por la propia naturaleza; si esto fuera así, Exú podría ser considerado como la fuerza de la naturaleza que ata al hombre a lo terrenal, impidiéndole y dificultándole los movimientos, sino del mal, al menos de la némesis del hombre en su prueba terrenal.
DESDE ÁFRICA
Las principales líneas africanistas, en sincretismo recíproco bajo el nombre común de nación son Cabinda, Nacó, Tambór, Yeye y Yeya entre otras. Estas líneas, como lo revela nuestro folclore, existieron en el Buenos Aires antiguo como generaciones adjuntas a varias iglesias centrales de la ciudad. Envueltas por el culto católico y su imaginería plateresca de la época, encubrían una reminiscencia oculta de los rituales africanos en el mayor de los secretos, ejercían magia negra para trabajos de protección frente a los abusos de sus amos y de la prepotencia de la iglesia colonial. Aún quedan reminiscencias en el barrio del Tambor, enclave de los negros lobres, y el mandinga gauchesco como personificación del demonio. También en Brasil los africanos que llegaron como esclavos fueron presionados para que aceptaran la religión católica, con severos tratos para aquellos que osaron enfrentarse al poder de la iglesia.
Así, las esencias religiosas de aquellos negros herederos de viejas tradiciones se vieron sometidas por el catolicismo, que ponía especial hincapié en su interés al culto externo de las imágenes. Los esclavos negros y los indios veneraban en aquellas imágenes blancas a sus antiguos dioses transfigurados. Los esclavos fugitivos se refugiaban en la selva junto a tribus indígenas y aventureros blancos descastados, en esos reductos o quilombos se fue apareando el conjunto de todas las creencias de todos esos pueblos oprimidos, derivando en formas cada vez más depuradas y que hoy conocemos por el hombre de Umbanda.
Por otra parte los negros se defendían de los blancos y de su poder buscando fuerzas en su propia religión y persiguiendo a sus enemigos con trabajos de Bará. Los Egum - espíritus de los muertos - ayudaban a sus descendientes que veían en las imágenes católicas figuras representativas de las grandes fuerzas naturales.
El culto Nación es universal y naturalista. La tradición antigua se mantiene con vigor y pureza en los pueblos primitivos, que han seguido fieles a las prácticas más universales más antiguas estas tradiciones veneran determinados elementos simbólicos y a las fuerzas de la naturaleza, este conocimiento permite al hombre un uso útil, a condición de no comprometer el equilibrio cósmico.
Se puede decir que las tradiciones de los pueblos negros de África esta viva en la sabiduría que contuviera la célebre biblioteca de Alejandría, también se puede afirmar que la actual crisis; Tanto de la cultura como de la civilización, esta sirviendo para volver a los principios y rescatar desde los orígenes las antiguas tradiciones.
Para la Quimbanda, los Exú son apenas hombres que murieron en la impureza, son espíritus de muertos encadenados al mal, por haber sido humanos tienen mejor penetración para comprender los deseos humanos. Ni los Exú ni las Pomga-giras son demonios. Son entidades que trabajan desde la muerte a favor de las cosas terrenales de los vivos, hacen o ayudan a que resulte lo que la gente pide o invoca, es abrir caminos, puertas, desbrozar malezas, con el fin de ayudar a los hombres en sus propósitos e intereses.
El ritual de la Quimbanda toca tambores y maracas, invoca a Exú preparando la mesa que los trae. La invocación se hace mediante el simbolismo de puntos cantados y otros escritos, cuando van llegando los espíritus al cuerpo de los asistentes a la sección, que lucen sus vestimentas rojas y negras con el fin de propiciar la vibración necesaria para hacer el ritual. El jefe de la seción puede no ser un babalorixa, o sea un pái de santo que tiene asentados a sus orixás en su casa de religión.
Los orixá o santos africanos se asientan sobre piedras, el Exú en un plato de barro con algunos elementos que le corresponden sé potencializan por medio de los sacrificios, el jefe del ritual de Exú puede ser cacique de Umbanda, y a la vez Babalaorixa.
La fuerza del Exú esta contenida en su asentamiento potenciado por el ritual de los sacrificios. Los Orixás se asientan igual pero llevan unos acentos particulares que sirven para que el sacerdote ayude a través suyo a los demás. Cada ser humano tiene vinculación con un orixá propio, que influye permanentemente en su vida. El sentido de la vida terrenal es la superación de las deficiencias espirituales del hombre. Los Orixás son vocaciones del espíritu universal, leídas en la naturaleza por el hombre como particulares y veneradas como figuras de santos que se incorporan al individuo y condicionan su vida. Los Orixás también están en evolución y necesitan de la materia para su propia perfección. La naturaleza espiritual del hombre importa la presencia en él de un atavismo de santidad, que debe primero limpiarse y luego engrandecerse para cumplir el destino superior de la evolución espiritual humana.
Las claves morales de ese perfeccionamiento son la caridad, el amor y la integración con la naturaleza. El fin de Dios es que se vuelvan a jerarquizar las fuerzas de la naturaleza presentes en el hombre y que lo transitan. Cada individuo tiene vinculación con un Orixá que influye en su vida, cada entidad maneja algo de la naturaleza como fuerza independiente en equilibrio con las demás fuerzas naturales.
con esos entes espirituales que informan de sus actos. Todos tenemos un santo de cabeza y una madre de cuerpo, también la madre puede ser de cabeza y el padre de cuerpo. El Karma de una persona puede tener espíritu de hombre o de mujer y la materia actúa dentro de ese espíritu por su influjo. El Orixá de cada cual marca su vida en una tendencia general y constante. La identidad de los espíritus de cada individuo se averigua mediante el juego de buzios, de esta manera es posible hacer una tabla caracterológica, que según los orixá integran la personalidad de cada caso.