Se dice que esta es la planta mágica que Hermes le mostró a Odiseo para preservarlo de los encantamientos de la maga Circe.
En el papiro mágico egipcio, conservado en el museo de Berlín, aparece la siguiente fórmula mágica que debe realizar la madre para alejar a la muerte que ronda a un niño enfermo: “¡Yo he hecho para él una protección mágica contra ti, empleando el ajo, que tanto mal te hace, empleando la miel, dulce para los hombres más tan amarga para los difuntos!”, una tradición muy parecida a la de emplear ajos contra los vampiros o muertos vivientes.
Asimismo, colgar ajos en las ventanas la víspera de Todos los Santos, evita la intrusión de los espíritus de los muertos y preserva la casa de fantasmas durante todo el año.
Contra las malas vibraciones, se han de pelar tres dientes de ajo y después marcarles una cruz con la uña del dedo pulgar; a continuación se envuelven en una servilleta de papel y se guardan en la cartera o bolso hasta que se marchiten y entonces se tiran y se sustituyen por otros.
Para las enfermedades de los huesos son buenas las tisanas con tres dientes de ajo en infusión.
Contra las brujerías que se han tomado bebidas, hay que picar finalmente un diente de ajo, ponerlo en una cucharilla con leche y tomarlo.
Contra las maldiciones y tristezas herviremos cortezas u hojas de naranja con siete dientes de ajo machacados, le añadiremos tres cucharadas de sal y se hacen vaporizaciones de modo que suba el vapor, luego envolver los pies y acostarse (esta operación hay que hacerla tres días seguidos).
Para que no falte dinero al ama de casa, hay que quemar las pieles del ajo en la cocina.
Antiguamente, las mujeres estériles conseguían tener descendencia a base de utilizar prendas interiores de lana que hubieran sido remojadas previamente en agua de rosas en la cual se había hervido un ajo.
Si vamos de excursión y tenemos que acampar al raso, untaremos con ajo unas piedras y las colocaremos en círculo y eso impedirá el paso de las víboras y otros animales malignos.
Para que no se metan con nosotros Hay que meter en un saquito de tela blanca una cabeza de ajos entera, un pellizco de perejil, un poco de hierbabuena y un pellizco de incienso. Antes de cerrar la bolsita se dice “Líbrame, Señor, de mis enemigos que me quieren mal”. Luego se cierra el saquito con un cordón blanco también y se guarda en la mesita de noche.
Soñar con ajos es una advertencia de que no todo nos saldrá tal como habíamos planeado y hay que prevenirse, pues presagia riñas.
En el papiro mágico egipcio, conservado en el museo de Berlín, aparece la siguiente fórmula mágica que debe realizar la madre para alejar a la muerte que ronda a un niño enfermo: “¡Yo he hecho para él una protección mágica contra ti, empleando el ajo, que tanto mal te hace, empleando la miel, dulce para los hombres más tan amarga para los difuntos!”, una tradición muy parecida a la de emplear ajos contra los vampiros o muertos vivientes.
Asimismo, colgar ajos en las ventanas la víspera de Todos los Santos, evita la intrusión de los espíritus de los muertos y preserva la casa de fantasmas durante todo el año.
Contra las malas vibraciones, se han de pelar tres dientes de ajo y después marcarles una cruz con la uña del dedo pulgar; a continuación se envuelven en una servilleta de papel y se guardan en la cartera o bolso hasta que se marchiten y entonces se tiran y se sustituyen por otros.
Para las enfermedades de los huesos son buenas las tisanas con tres dientes de ajo en infusión.
Contra las brujerías que se han tomado bebidas, hay que picar finalmente un diente de ajo, ponerlo en una cucharilla con leche y tomarlo.
Contra las maldiciones y tristezas herviremos cortezas u hojas de naranja con siete dientes de ajo machacados, le añadiremos tres cucharadas de sal y se hacen vaporizaciones de modo que suba el vapor, luego envolver los pies y acostarse (esta operación hay que hacerla tres días seguidos).
Para que no falte dinero al ama de casa, hay que quemar las pieles del ajo en la cocina.
Antiguamente, las mujeres estériles conseguían tener descendencia a base de utilizar prendas interiores de lana que hubieran sido remojadas previamente en agua de rosas en la cual se había hervido un ajo.
Si vamos de excursión y tenemos que acampar al raso, untaremos con ajo unas piedras y las colocaremos en círculo y eso impedirá el paso de las víboras y otros animales malignos.
Para que no se metan con nosotros Hay que meter en un saquito de tela blanca una cabeza de ajos entera, un pellizco de perejil, un poco de hierbabuena y un pellizco de incienso. Antes de cerrar la bolsita se dice “Líbrame, Señor, de mis enemigos que me quieren mal”. Luego se cierra el saquito con un cordón blanco también y se guarda en la mesita de noche.
Soñar con ajos es una advertencia de que no todo nos saldrá tal como habíamos planeado y hay que prevenirse, pues presagia riñas.