¿Cómo ocurre la psicografía?


La psicografía es la mediumnidad por la cual los espíritus influencian la persona, llevándola a escribir. Los que la poseen son denominados médiums escribientes o psicografos.

Una de las ventajas de la psicografía es ser el más simple, cómodo y, sobretodo completo de todos los medios de comunicación. Otra ventaja es que no puede ser alterada y no termina en la dependencia de la memoria o de la interpretación de los participantes de la reunión (como en el caso del mensaje oral). Más allá de eso, el análisis y la crítica a los mensajes se vuelve más fácil, permitiendo un estudio preciso del mensaje como el estilo, al contenido y a las ideas. Puede todavía ser comparada con otras dictadas anteriormente por el mismo espíritu.

Fluido vital.

El fluido vital o electricidad biológica, como es clasificada por la medicina académica, fluye fácilmente por el cuerpo humano a través de la red nerviosa, principalmente por las puntas de los dedos y cabellos en la forma de energía dinámica en dispersión o “fuga” por las puntas.

Los plexos nerviosos son fuentes de fluido vital almacenado, constituyéndose de reservas energéticas que, a cualquier momento, se transforman en energía dinámica, haciendo la conexión de los órganos físicos y sus respectivas contrapartes o matices situadas en el periespíritu, que son extremadamente sensibles a la actuación de espíritus desencarnados. Cuando el médium conserva mayor potencial de carga magnética entorno de los plexos nerviosos, él también ofrece mejor oportunidad para los desencarnados accionar sus nervios motores y, así, identificarse más fácilmente por sus características individuales.

El médium mecánico es más apropiado para identificación de los desencarnados, pues la savia magnética que acumula en los plexos nerviosos se transforman en alabanza eficiente para los desencarnados comandar los nervios motores de los brazos y, de esta manera, exponer fielmente sus ideas y escribir de forma idéntica a la que usaban en su vida física.

Pero el médium semi-mecánico se ve obligado a llenar intuitivamente todos los truncamientos o vacíos de sus comunicaciones, motivo por el cual él tiene consciencia perfecta de casi todo lo que escribe, aunque lo haga de modo semi-mecánico.

Cuando le desaparecen los impulsos de la mano en la escritura mecánica, él prosigue el comunicado pasando a “oír” intuitivamente a sus comunicantes, que ahora escriben directamente, ahora lo hacen por el ajuste periespiritual.

Clasificación de la psicografía.

Conforme la mecánica del proceso mediumnico, los médiums psicografos pueden ser clasificados en tres tipos: intuitivo, semi-mecánico y mecánico.

Intuitivo.

Representando 70% de los médiums psicografos, el médium intuitivo no abandona el cuerpo físico en el momento en que escribe los mensajes de los espíritus. En este caso, el espíritu no actúa sobre la mano para moverla, actúa sobre el alma del médium, identificándose con ella y transmitiéndole sus ideas y voluntades. El médium las capta y, voluntariamente, escribe.

Por tanto, tiene conocimiento anticipado, pero lo que escribe no es suyo. Actúa como un intérprete que, para transmitir el pensamiento, precisa comprenderlo, apropiarse de él y traducirlo. El pensamiento no es suyo, apenas le atraviesa el cerebro. En el inicio el médium lo confunde con su propio pensamiento y los mensajes, a veces extrapolan el conocimiento del médium.

Semi-mecánico.

Los médiums semi-mecánicos, que representan 28% de los médiums psicografos tampoco abandonan el cuerpo físico al escribir los mensajes. El espíritu actúa sobre la mano del médium, que no pierde el control de esta, pero si recibe una especie de impulso.

El médium participa tanto de la mediumnidad mecánica, como de la intuitiva, pues escribe recibiendo parte del pensamiento de los espíritus por la comunicación y contacto periespiritual, al mismo tiempo en que otra parte es articulada por los comunicantes, independientemente de su voluntad.

Los semi-mecánicos tienen consciencia de lo que escriben a la medida que las palabras van siendo escritas. El médium tiene un conocimiento parcial de aquello que le atraviesa el cerebro periespiritual, pero pasa a ignorar los extractos que le son escritos mecánicamente, sin influir por el cerebro físico.

Mecánico.

Caso raro entre los médiums psicografos (2%), los médiums mecánicos, a ejemplo de los otros dos tipos, no abandonan el cuerpo físico en el momento de escribir los mensajes. El espíritu desencarnado actúa sobre los plexos nerviosos a la altura del omoplato y, de esa forma, actúa directamente sobre la mano del médium, impulsándolo. Ese impulso no depende de la voluntad del médium, o sea, mientras el espíritu tiene alguna cosa a escribir, mueve la mano del médium sin interrupción.

Ciertos médiums mecánicos llegan a trabajar con ambas manos al mismo tiempo y bajo la acción simultánea de dos entidades.  Y en condiciones excepcionales, el médium todavía puede hablar con los presentes sobre asunto completamente diferente de lo que psicografía. En ese caso, el espíritu comunicante consigue escribir en la forma que era peculiar en la vida física.

El médium mecánico no sabe lo que su mano escribe. Solamente después, al leer, es que él va a tomar conocimiento del mensaje. La escritura mecánica acostumbra ser rápida, muy rápida.

Mecanismo mediumnico de la psicografía.

El mentor espiritual responsable por la preparación del fenómeno de la psicografía se aproxima al médium y le aplica fuerzas magnéticas sobre su chacra coronario, que sensibiliza y activa la glándula pineal, haciéndola producir una hormona llamada melatonina. La melatonina interactúa con las neuronas, teniendo un efecto sedativo. En seguida, la melatonina es dirigida para la parte del córtex cerebral responsable por la coordinación motora, que va a quedar bajo su efecto, o sea, sedada. Así, el médium pierde el comando sobre los órganos de la coordinación motora, permitiendo que otro espíritu se ligue a este sistema sensitivo y lo utilice.

Después los espíritus auxiliares aproximan al espíritu que irá a manifestarse por la psicografía y hacen la ligación periespiritual a los órganos sensoriales del movimiento de los brazos del médium, a través del chacra humeral. El espíritu comunicante temporalmente se apodera de los plexos nerviosos a la altura del omoplato del médium, apropiándose de su mundo sensitivo y consiguiéndose expresar por la escritura.

Médiums polígrafos.

Se incluyen en esta forma de mediumnidad los casos de poligrafía, que es el llamado don de cambiar la escritura conforme el espíritu que se comunica o la reproducción de la escritura que el espíritu tenía en vida. El primer tipo de fenómeno es más común, mientras que el segundo, la identidad de la escritura, es más rara.

Médiums analfabetos.

Se incluye en esta forma de mediumnidad los médiums que escriben sin saber leer ni escribir en el estado normal, pero que escriben fluidamente cuando en trance mediumnico. Este tipo de médium es más raro que los demás, porque hay mayor dificultad material a vencer.

Médium poliglotas.

En esta forma de mediumnidad se incluyen los casos de xenoglosia, el llamado don de las lenguas (xeno = extraña; glota/glosia = lengua), tan interesantes y convincentes para los incrédulos.

Los médiums poliglotas o xenoglotas son los que tienen la facultad de hablar o escribir en lenguas que le son desconocidas o hasta incluso en dialectos ya extintos en el mundo. También son casos muy raros de existir.

Directrices de seguridad.

Los médiums tienen el deber de cohibir el exceso de disturbios de la entidad comunicante. Deben controlar al espíritu que se comunica para que este le respete la instrumentalidad, incluso porque el espíritu no entra en el médium. La comunicación es siempre a través del periespíritu, que va a ceder campo al desencarnado. Todavía, la directriz es del encarnado.

El médium deberá ajustarse al esfuerzo de vivenciar las lecciones evangélicas y atenerse al estudio, al trabajo y a la abnegación al semejante.

Incluso médiums inconscientes tienen co-participación en el fenómeno mediumnico. Al mismo tiempo, ejercen la fiscalización y el control, cohibiendo, cuando debidamente educado, cualquier abuso.

Para que un médium se torne seguro, un instrumento confiable, es necesario que evolucione moral e intelectualmente, en la razón que ejercita su facultad. Neófitos atraídos para la práctica mediumnica ansiosos por los fenómenos y los médiums invigilantes responden por los desequilibrios de las manifestaciones mediumnicas.

Con el pasar del tiempo, los investigadores percibieron que las libretas y los tabúes usados en el inicio de los experimentos con la psicografía eran superfluas. Bastaba apenas el médium y la pluma.

El artículo y la imagen fueron publicados en la Revista Cristiana de Espiritismo, edición especial 01.

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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal? 
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.