Entendiendo la Umbanda

Por increíble que pueda parecer, a los ojos de los no iniciados en el culto de la Umbanda, no existe un consenso de cuales son los siete Orixás básicos o las siete líneas, o hasta incluso sobre cuales son los Orixás de la Umbanda. Pero para aquellos que ya están en la Umbanda hace algún tiempo queda más fácil comprender que la Umbanda no tiene un codificador, no tiene una Biblia, no tiene un “Director de Culto” Supremo. La Umbanda sufrió y sufre increíble influencias regionales y hasta incluso, en una misma región, de terreiro para terreiro.
Las diferencias de culto, ritualistica y de maneras de comprender la Umbanda deben ser encaradas como riqueza de nuestra religión y no como falta de organización. Por lo tanto, no hay intención de determinar o decodificar la Umbanda. Sin embargo, existen algunas premisas que, de cierta forma, son consenso dentro de la Umbanda. Habiendo pequeñas variaciones que deben ser respetadas.

Esta es la manera como la comprendo y profeso (según el criterio del autor del articulo)

Características Principales de la Umbanda

La Umbanda es un sistema religiosos fundamentalmente naturista, es decir, se manifiesta a través de las fuerzas de la naturaleza, así como con espíritus contemporáneos, o no, ponderando expresivamente en su ejercicio las vibraciones de las Almas.

La Umbanda posee muchas co-hermanas y las personas muchas veces la confunden con otras religiones que poseen nomenclaturas semejantes a las utilizadas en la Umbanda, sin embargo, la semejanza es meramente aparente y termina ahí.

El hecho de la Umbanda tener como una de sus raíces la fuerte influencia africanista y adorar a los Orixás genera mucha confusión y sobresale la necesidad de señalar limites bien claros.

1-Trabajamos exclusivamente visualizando el bien, la caridad y la evolución espiritual de todos.

2-No tenemos “hechuras de cabeza”, Boris, raspados, camarinhas, roncós, cuerpo cerrado, ebbós, orunkô, hechura de santo, vascos, firma de nación, etc.

3-Las sesiones obedecen a horarios pre-establecidos. No vemos ningún sentido en sesiones madrugadas adentro. ¿Por qué no? Simplemente por ser contraproducente, nadie consigue mantener la “gira firmada” por tanto tiempo, las personas trabajan, quedan cansadas, y la falta de concentración, el nivel energético de los médiums tiende a caer drásticamente tras las 3 horas consecutivas de culto. Más allá de eso la propia asistencia comienza a quedar desacomodada, desconfortable, generando vibraciones de impaciencia y falta de interés. Todo eso genera un desacuerdo energético que acaba por influenciar el buen andar de la gira. Es claro que estamos refiriéndonos a las giras ordinarias y no a las festivas.

4-La matanza de animales (sacrificio) no hace parte, en ningún momento, de cualquier rito de la Umbanda (abierto o cerrado).

5-En lo que dice respecto a ofrendas a los Orixás, Guías, o entidades menores, resalto que estoy contra el uso excesivo de este recurso como elemento de religación. La ofrenda tiene su función específica y determinada. La banalización de la misma influencia negativamente en el desenvolvimiento del médium y en la evolución del espíritu (guía o protector) que la está recibiendo. Aquí usted puede estar preguntando como y porque el uso excesivo de ofrenda puede perturbar la evolución de un espíritu y/o de un médium.

La respuesta es simple y como un todo hay siempre dos lados a ser observados:

En realidad desestimulamos todo lo que sea excesivo. En el caso de las ofrendas, existen consecuencias de ambos lados, material y espiritual.

Del lado material:

a-El costo de los elementos de la ofrenda (muchas personas llegan a dejar de comer, o hasta incluso, permiten que falte alguna cosa dentro de su casa para comprar los elementos de la ofrenda).

b-Estimulo el negocio espiritual, o sea, el ofertante cree que ofrendando alguna cosa podrá obtener privilegios junto a la espiritualidad.

c-Estimulo al perjuicio espiritual en el sentido de la evolución, o sea, el ofertante comienza a creer que la ofrenda substituye su empeño en mejorar mientras la persona generalmente con la famosa frase: “yo cuido de mi santo, ya arrié mis cositas”.

Del lado espiritual:

a-Por la persona, solamente se interliga con la espiritualidad a través de la ofrenda, las entidades receptoras comienzan a pedir cada vez más ofrendas con el objetivo de estar siempre próximas de la persona, pues sabemos que para que haya aproximación de la entidad es necesario que haya sintonía de pensamientos y sentimiento. Cuando hacemos una ofrenda, generalmente elevamos nuestra faja vibracional y nos armonizamos con la entidad. Eso hace con que comience a haber una especie de “vicio” o “ciclo vicioso” donde la entidad y persona comienzan a precisar de la ofrenda para comunicarse.

b-De eso surgen pedidos cada vez más frecuentes impidiendo la evolución de la persona y de la entidad que comienza a ver en la ofrenda la única forma de contacto con la persona ofertante. Cuanto menos evolucionada la entidad y más apegada a la materia, fuera el médium o ambos “precisarán” de ofrendas.

Generalmente hago eso por ocasión del día del Orixá o entidad en forma de homenaje, pues como dice nuestro mentor, Pai Pery: “Amor, fe, estudio doctrinario y el deseo de hacer caridad desinteresadamente en retribución, ofertadas con resignación y humildad”, así nos disponemos a ser médiums. Y si nos disponemos a ser médium no hay significado apenas entrar para la corriente de un terreiro y dar incorporación. Pero si se coloca a disposición, a servicio de la caridad. Y sabemos muy bien que no hay necesidad de la incorporación para que eso ocurra, así como sabemos también que arriar ofrenda no es “cuidar del santo”.

Con todo eso expuesto, esclarezco que el uso de la ofrenda como elemento de atracción, religación o punto de fijación dependerá de la orientación de cada dirigente umbandista.

Habiendo la real necesidad, la ofrenda debe ser hecha en locales determinados, normalmente junto a la naturaleza o reinos apropiados. Recordando siempre de dejar el local limpio como fue encontrado. Estoy absolutamente en contra, por ejemplo, encender velas cerca de arboles (riesgo de incendio) o en una piedra (suciedad de la cera).

Nosotros umbandistas amamos la naturaleza y sus energías, ¿cómo podemos ensuciar los locales sagrados para nosotros? Es en lo mínimo incoherente. Es una cosa que el umbandista no puede hacer, es incoherente.

La situación ideal es que todas las ofrendas sean hechas dentro del propio terreiro en alguna parte destinada para ese fin.

6-La vestimenta blanca del trabajador de Umbanda es toda blanca.

7-No hay, bajo hipótesis algunas, retribuciones financieras por trabajos ejecutados, consultas, o lo que quiera que sea, y nada, absolutamente nada, justifica el cobro de consulta, incluso que sea un valor insignificante o irrisorio. Algunos llegan a decir que es para ayudar en la manutención del templo, pero afirmo que esta es una responsabilidad del Dirigente y su cuerpo mediúmnico.

Existen innumerables maneras de sustentarse un terreiro sin que haya necesidad de cobrarse por nada que envuelva lo sagrado.

8-La ascensión al sacerdocio en la Umbanda se haca a través del tiempo, de la propiedad individual, de la constancia y seriedad con que el médium se propone a la caridad. Objetivando auxiliar al médium en esta tarea, son realizados determinados preceptos y obligaciones, pruebas y revisiones. Pero fundamentalmente el trabajo, el tiempo, la dedicación y el estudio son la firmeza del médium, pues no adelanta hacer una serie de recogimientos y preceptos si el médium no se entrega a la función sacerdotal dentro y fuera del terreiro, con responsabilidad y consciencia de su papel.

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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal? 
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.