Me adelanto a predecir que a muchos no les va a satisfacer el contenido a mostrar a continuación pero desafortunadamente la obsesión espiritual denominada de muchas formas es un hecho y ha sido el autentico motivo de que los hombres a lo largo de la historia se ha aferrado a los recursos de la magia y la religión para protegerse del asedio del mundo invisible. Éste tema lo juzgo relevante ya que en el foro he notado que hay usuarios que no comprenden el origen de los golpes, olores, objetos que se mueven, toques, caricias, empujones, visajes, materializaciones, incluso la naturaleza del coito entre lo espiritual y lo carnal, es decir, la comunión sexual entre un espíritu y un ser vivo. La información que a continuación vengo a mostrarles es de carácter educativo para que de ahora en adelante cuando los acaricien, los empujen, cuando vean materializado algún espíritu, escuchen sonidos y voces que los llaman por sus nombres sepan asociar inicialmente al fenómeno dentro de la clasificación de "Efectos Físicos" un tipo de manifestaciones donde el espíritu utiliza el fluido vital del médium para ejercer influencia sobre los entornos físicos siendo está una cualidad de los espíritus inteligentes pero que poseen entre sus característica la humanidad suficiente como para utilizar ese mecanismo a modo de poder agredir a los presentes, sea que lo tomen de un pie y lo arrastren por toda la casa o salga volando por los aires impactando contra alguna pared como relatos de algunos Santos indican... incluso la levitación exhibida en el filme "el exorcista" está clasificado como un fenómeno de efectos físicos que aunque muy desconocido no es poco abundante entre los médiums especialmente entre aquellos que no han desarrollado sus recursos facultativos, si un médium posee 6 facultades debería de desarrollar aunque fuese una de ellas mostrando dominio absoluto sobre la facultad, de lo contrario será testigo de ello por mucho tiempo.
A continuación un extracto del libro de los médiums (lo lamento por aquellos que no gustan de leer largos temas pero éste tema es indispensable ya que responde no solo a las inquietudes de muchos usuarios sino que forma parte de un conjunto de fenómenos sin explicar que son frecuentes entre los devotos de la Diosa cuyos dominios se concentran en la montaña de Sorte)
A continuación un extracto del libro de los médiums (lo lamento por aquellos que no gustan de leer largos temas pero éste tema es indispensable ya que responde no solo a las inquietudes de muchos usuarios sino que forma parte de un conjunto de fenómenos sin explicar que son frecuentes entre los devotos de la Diosa cuyos dominios se concentran en la montaña de Sorte)
Médiums de efectos físicos
160. Los médiums de efectos físicos son más especialmente aptos para producir fenómenos materiales, tales como los movimientos de los cuerpos inertes, los ruidos, etc... Se pueden dividir en médiums facultativos y médiums involuntarios. (Véase en la Segunda Parte, los capítulos II y IV). Los médiums facultativos son aquellos que tienen la conciencia de su poder y que producen los fenómenos espíritas por un acto de su voluntad. Esta facultad, aunque es inherente a la especie humana, como ya lo hemos dicho, está lejos de existir en todos en el mismo grado; pero si hay pocas personas en que es absolutamente nula las que son aptas para producir los grandes efectos, tales como la suspensión de los cuerpos graves en el espacio, la traslación aérea y sobre todo las apariciones, son más raras aún. Los efectos más sencillos son los de la rotación de un objeto, los golpes que da levantándose este objeto, o en su misma sustancia. Sin dar más importancia capital a estos fenómenos, aconsejamos que no se desprecien, pueden dar lugar a observaciones interesantes y ayudar a la convicción. Pero es de notar que la facultad de producir efectos materiales existe rara vez entre aquellos que tienen medios más perfectos de comunicación como la escritura o la palabra. Generalmente la facultad disminuye en un sentido a medida que se desenvuelve en otro.
161. Los médiums involuntarios o naturales son aquellos cuya influencia se ejerce sin saberlo ellos mismos. No tienen ninguna conciencia de su poder, y muchas veces lo anómalo que pasa a su alrededor no les parece de ningún modo extraordinario; esto forma parte de sí mismos, absolutamente como las personas que están dotadas de la doble vista y ellas mismas no lo saben. Estos sujetos son muy dignos de observación y deben recogerse y estudiarse los hechos de este género que vengan a nuestra noticia; éstos se manifiestan en cualquier edad y a menudo en niños muy jóvenes. (Véase el capítulo V, “Manifestaciones espontáneas”). Esta facultad no es por sí misma el indicio de un estado patológico, porque no es incompatible con una salud perfecta. Si el que la posee sufre, es por razón de una causa extraña; así los medios terapéuticos son impotentes para hacerla cesar. Puede, en algunos casos, ser consecuencia de cierta debilidad orgánica, pero nunca es causa eficiente. No se podría, pues, razonablemente, concebir ninguna inquietud al punto de vista higiénico; no podrá tener ningún inconveniente, a no ser que si el sujeto que ha llegado a ser médium facultativo, abuse de la facultad, porque entonces habría en él emisión demasiado abundante de fluido vital, y a consecuencia debilidad de los órganos.
160. Los médiums de efectos físicos son más especialmente aptos para producir fenómenos materiales, tales como los movimientos de los cuerpos inertes, los ruidos, etc... Se pueden dividir en médiums facultativos y médiums involuntarios. (Véase en la Segunda Parte, los capítulos II y IV). Los médiums facultativos son aquellos que tienen la conciencia de su poder y que producen los fenómenos espíritas por un acto de su voluntad. Esta facultad, aunque es inherente a la especie humana, como ya lo hemos dicho, está lejos de existir en todos en el mismo grado; pero si hay pocas personas en que es absolutamente nula las que son aptas para producir los grandes efectos, tales como la suspensión de los cuerpos graves en el espacio, la traslación aérea y sobre todo las apariciones, son más raras aún. Los efectos más sencillos son los de la rotación de un objeto, los golpes que da levantándose este objeto, o en su misma sustancia. Sin dar más importancia capital a estos fenómenos, aconsejamos que no se desprecien, pueden dar lugar a observaciones interesantes y ayudar a la convicción. Pero es de notar que la facultad de producir efectos materiales existe rara vez entre aquellos que tienen medios más perfectos de comunicación como la escritura o la palabra. Generalmente la facultad disminuye en un sentido a medida que se desenvuelve en otro.
161. Los médiums involuntarios o naturales son aquellos cuya influencia se ejerce sin saberlo ellos mismos. No tienen ninguna conciencia de su poder, y muchas veces lo anómalo que pasa a su alrededor no les parece de ningún modo extraordinario; esto forma parte de sí mismos, absolutamente como las personas que están dotadas de la doble vista y ellas mismas no lo saben. Estos sujetos son muy dignos de observación y deben recogerse y estudiarse los hechos de este género que vengan a nuestra noticia; éstos se manifiestan en cualquier edad y a menudo en niños muy jóvenes. (Véase el capítulo V, “Manifestaciones espontáneas”). Esta facultad no es por sí misma el indicio de un estado patológico, porque no es incompatible con una salud perfecta. Si el que la posee sufre, es por razón de una causa extraña; así los medios terapéuticos son impotentes para hacerla cesar. Puede, en algunos casos, ser consecuencia de cierta debilidad orgánica, pero nunca es causa eficiente. No se podría, pues, razonablemente, concebir ninguna inquietud al punto de vista higiénico; no podrá tener ningún inconveniente, a no ser que si el sujeto que ha llegado a ser médium facultativo, abuse de la facultad, porque entonces habría en él emisión demasiado abundante de fluido vital, y a consecuencia debilidad de los órganos.
Nota: Existe una fragilidad y tendencia entre estos médiums a sufrir debilidades orgánicas, esto hace menester entre los guías detectar la mediumnidad entre los aspirantes a ejercer como médium a la hora de educarlo debido a que los trabajos realizados si bien resultarán van a demandar un exceso de flujo vital en estas personas consiguiendo que rápidamente decline su estado físico. El grado de rapidez con que se deteriora físicamente es relativo a la ostensibilidad en la persona.
162. La razón se subleva a la idea de torturas morales y corporales, a las que la ciencia ha sometido algunas veces a seres débiles y delicados con el fin de asegurarse si por su parte había superchería; estos experimentos, hechos muchas veces con malevolencia, son siempre nocivos a las organizaciones sensitivas; de esto podrían resultar graves desórdenes en la salud; hacer tales pruebas es jugar con la vida. El observador de buena fe no tiene necesidad del empleo de estos medios; aquel que está familiarizado con esta especie de fenómenos sabe que pertenecen más bien al orden moral que al orden físico, y que en vano se buscaría la solución en nuestras ciencias exactas. Por lo mismo que estos fenómenos corresponden al orden moral, se debe evitar con un cuidado no menos escrupuloso todo lo que pueda sobreexcitar la imaginación. Se saben los accidentes que puede ocasionar el miedo, y se sería menos imprudente si se conocía todos los casos de locura y de epilepsia que tienen son origen en los cuentos de hechiceros y brujerías. ¿Qué sería, pues, si se persuadía que es el diablo? Los que difunden tales ideas no saben la responsabilidad que contraen: pueden matar. Pues el peligro no es sólo para el sujeto, es también para los que le rodean, que pueden asustarse pensando que su casa es una guarida de demonios. Esta funesta creencia es la que ha causado tantos actos atroces en los tiempos de ignorancia. Con un poco más de discernimiento, sin embargo, se hubiera podido pensar que quemando el cuerpo poseído por el diablo, no se quemaba al diablo. Puesto que querían deshacerse del diablo, a él era a quien se debía matar; la Doctrina Espírita ilustrándonos sobre la verdadera causa de estos fenómenos, les da el golpe de gracia. Lejos, pues, de avivar este pensamiento, es un deber de moralidad y de humanidad combatirle si existe.
Nota: Individuos con estas características (que no son raros) suelen ser la fuerte de toda clase de perturbaciones y molestias en sus propios hogares. El descontrol facultativo especialmente promovido por la ignorancia permite entonces la reproducción malévolas de sus creencias y temores generando situaciones como los aruños, envestidas, golpes, tirones y otras agresiones en un hogar perfectamente libre de influencias malignas pero que cuya influencia está sometida a la imaginación de una sola persona que puede a la perfección reproducir el ambiente de una casa poseída por algún mal espíritu.
Lo que es preciso hacer cuando una facultad semejante se desenvuelve espontáneamente en un individuo, es dejar al fenómeno seguir su curso natural: la Naturaleza es más prudente que los hombres; la Providencia, por otra parte, tiene sus miras, y el más pequeño puede ser instrumento de los más grandes designios. Pero es menester convenir en que este fenómeno adquiere algunas veces proporciones fatigosas e importunas para todos; (1) pero he aquí en todos los casos lo que deberá hacerse. En el cap. V., de las Manifestaciones físicas espontáneas hemos dado ya algunos consejos con este objeto, diciendo que es necesario procurar ponerse en relación con el Espíritu para saber de él lo que quiere. El siguiente medio está igualmente fundado sobre la observación. Los seres invisibles que revelan su presencia por efectos sensibles son, generalmente, Espíritus de un orden inferior, y que se pueden dominar por el ascendiente moral; este ascendiente es el que es preciso tratar de adquirir. Para obtener este ascendiente es menester hacer pasar al sujeto del estado de médium natural al de médium facultativo. Entonces se produce un efecto análogo al que tiene lugar en el sonambulismo. Se sabe que el sonambulismo natural cesa generalmente cuando se reemplaza por el sonambulismo magnético. No se detiene la facultad emancipadora del alma, se le da otro curso. Lo mismo es en cuanto a la facultad mediúmnica. A este efecto, en lugar de poner trabas a los fenómenos, lo que no se consigue fácilmente, y siempre sin peligro, es preciso excitar al médium a producirlos por su voluntad, imponiéndose al Espíritu; por este medio llega a dominarle, y de un dominador algunas veces tiránico hace un ser subordinado y a menudo muy dócil. Un hecho digno de observación y justificado por la experiencia es que en semejante caso un niño tiene tanta y muchas veces más autoridad que un adulto; nueva prueba en apoyo de este punto capital de la doctrina, que el Espíritu solo es niño por el cuerpo y que tiene por sí mismo un desenvolvimiento necesariamente anterior a su encarnación actual, desenvolvimiento que puede darle ascendiente sobre Espíritus que le son inferiores. La moralización del Espíritu por los consejos de una tercera persona influyente y experimentada, si el médium no está en estado de hacerlo, es a menudo un medio muy eficaz; más adelante volveremos a esto mismo.
Nota: Normalmente a los espíritus inferiores como lo son aquellos que se utilizan con fines perversos y que pueden generar problemas a nuestro alrededor, incluso aquellos que vienen sin invitación alguna se les puede dominar mediante el verbo, es decir, con palabra firme en pleno conocimiento de cómo lidiar con él al decirle "te quedas tranquilo" el espíritu debe de obedecer, es un método empleado por algunos pastores mediante el conjuro de espíritus pero que a fin de cuenta se apoyan en la firmeza y la energía generada por el locutor que da la orden al espíritu. Si un espíritu común y corriente no te obedece es sencillamente porque no tiene motivo alguno para respetarte. Les voy a poner un vídeo para que vean a un pastor muy polémico en Brasil lidiar con un trabajo realizado con un Exu Omolú:
Hemos tenido experiencia con fenómenos físicos - justo aquí donde me encuentro ahora - donde hemos conseguido ordenar a los espíritus cesar y comportarse, de inmediato los mismos han cesado puesto que no se les dio cabida en el entorno para manifestar su presencia.
163. A esta categoría de médiums parecen pertenecer las personas dotadas de una cierta dosis de electricidad natural, verdaderos torpedos humanos, produciendo por el simple contacto todos los efectos de atracción y de repulsión. Se haría mal, sin embargo, al considerarles como médiums, porque la verdadera mediumnidad supone la intervención directa de un Espíritus; pues, en el caso de que hablamos, experimentos concluyentes han probado que la electricidad es el único agente de estos fenómenos. Esta rara facultad que casi podría llamarse una dolencia, puede algunas veces ligarse con la mediumnidad, como se puede ver en la historia del “Espíritu golpeador de Bergzabern”; pero frecuentemente es del todo independiente. Así como lo hemos dicho, la sola prueba de la intervención de los Espíritus, es el carácter inteligente de las manifestaciones; cuantas veces no existe este carácter, se las puede atribuir con fundamento a una causa puramente física. La cuestión es el saber si las personas eléctricas tendrán una aptitud más grande para llegar a ser médiums de efectos físicos; nosotros los creemos, pero esto sería un resultado de experiencia.
(1) Uno de los hechos más extraordinarios de esta naturaleza, por la variedad y rareza de los fenómenos, es, sin contradicción, el que tuvo lugar en 1852, en el Palatinado (Baviera rhenana) en Bergzabern cerca de Wissemburgo. Es tanto más notable como que casi reunía en el mismo sujeto, todos los géneros de manifestaciones espontáneas; barahúnda hasta quebrantar la casa, trastorno de los muebles, objetos lanzados lejos por una mano invisible, visiones y apariciones, sonambulismo, éxtasis, catalepsia, atracción eléctrica, gritos y sonidos aéreos, instrumentos tocando sin contacto, comunicaciones inteligentes, etc., y no es de menos importancia, la prueba de estos hechos, durante cerca de dos años, por innumerables testigos oculares dignos de fe por su saber y su posición social. La relación auténtica de esto se publicó, en aquella época, en muchos diarios alemanes y notablemente en una obrita hoy día agotada y muy rara. Se encontrará la traducción completa de esta obrita en la Revista Espírita de 1858, con los comentarios y explicaciones necesarias. Según nuestro conocimiento es la sola publicación francesa que se ha hecho de dicha obrita. Además del interés admirable que se desprende de estos fenómenos, son eminentemente instructivos al punto de vista del estudio práctico del Espiritismo.
(1) Uno de los hechos más extraordinarios de esta naturaleza, por la variedad y rareza de los fenómenos, es, sin contradicción, el que tuvo lugar en 1852, en el Palatinado (Baviera rhenana) en Bergzabern cerca de Wissemburgo. Es tanto más notable como que casi reunía en el mismo sujeto, todos los géneros de manifestaciones espontáneas; barahúnda hasta quebrantar la casa, trastorno de los muebles, objetos lanzados lejos por una mano invisible, visiones y apariciones, sonambulismo, éxtasis, catalepsia, atracción eléctrica, gritos y sonidos aéreos, instrumentos tocando sin contacto, comunicaciones inteligentes, etc., y no es de menos importancia, la prueba de estos hechos, durante cerca de dos años, por innumerables testigos oculares dignos de fe por su saber y su posición social. La relación auténtica de esto se publicó, en aquella época, en muchos diarios alemanes y notablemente en una obrita hoy día agotada y muy rara. Se encontrará la traducción completa de esta obrita en la Revista Espírita de 1858, con los comentarios y explicaciones necesarias. Según nuestro conocimiento es la sola publicación francesa que se ha hecho de dicha obrita. Además del interés admirable que se desprende de estos fenómenos, son eminentemente instructivos al punto de vista del estudio práctico del Espiritismo.
Nota: La mente de personas con éste tipo de facultad es de suma importancia especialmente a la hora de interceder por otros o socializar ya que del pensamiento fluye el magnetismo positivo o negativo, uno sanando y beneficiando y el otro siendo aún peor que muchos de los embrujos más elaborados que personas sin facultades que les proporcionen un potencial magnético elevado puede llegar a conseguir, es decir, éste médium si es muy ostensivo puede matar por voluntad del pensamiento a otra persona.
Una vez tocado el concepto del médium de efecto físico que posee una clasificación entre los cuales se encuentran los médiums de curación, aquellos que por la simple imposición de manos sin oración ni evocación espiritual consigue sanar a otras personas, vamos a tocar el tema de interés ¿cómo yo sé de qué manera debo clasificar una posible obsesión espiritual física?
Obsesión Espiritual Física
“Pueden incluirse en esta categoría los casos de obsesión física, quiere decir, que consiste en las manifestaciones ruidosas y obstinadas de ciertos espíritus que hacen oír espontáneamente golpes y otros ruidos.” (Segunda Parte, cap. XXIII, ítem 238)
La obsesión puede manifestarse de diversos modos, dependiendo de la condición y de la intención del espíritu obsesor junto a quien desee perjudicar. Muchas personas portan de manera inconsciente la facultad mediúmnica de efectos físicos, o sea, la
posibilidad de la producción de fenómenos físicos por su intermedio a través de la liberación, más o menos abundante de ectoplasma.
En cuanto esto ocurre, el espíritu obsesor, sirviéndose del referido fluido material, produce las más extrañas manifestaciones materiales al derredor e, inclusive, en el cuerpo del propio médium. Aprendiendo a lidiar con el ectoplasma, como
alguien que aprende a lidiar con la energía electromagnética, el verdugo espiritual comienza a perturbar el sueño de su víctima con golpes en la pared, ruidos en el techo, pasos dentro del cuarto, semi-materializándose frente a la cama, encendiendo y apagando la luz de forma intermitente, quitándole las sábanas, tocándole el cuerpo, inclusive, llega a relacionarse con ella sexualmente, llamándola por el nombre, despertándola con sobresaltos… Recordamos un caso de obsesión que nos fue narrado por un antiguo trabajador de la Doctrina en Uberaba. Una joven de una familia bien situada, extremadamente educada y de carácter elevado pasaba por la constante humillación que, siempre que estaba junto a otras personas, indiscretamente liberaba gases intestinales que le llevaban a la vejación…
Atendemos personalmente, en nuestras lecturas en la “Casa de las Cenizas”, a personas que no tenían control, por ejemplo, sobre la mano… Recordamos de
alguien que, cierta vez, cuando fue a bajarse del autocar, no consiguió hacer que la diestra se soltase del pasamano en que se apoyaba para descender; el autobús arrancó y él comenzó a ser arrastrado, casi cayendo bajo las ruedas del pesado vehículo… Kardec, en “El Libro de los Médiums”, narra casos semejantes, y la “Revista Espírita”, escrita y compilada por el insigne Codificador, está repleta de ejemplos de obsesión física.
A veces, la interacción espíritu obsesor y obsesado es tan grande, que ambos pasan a tener mutua dependencia psíquica. Cuando eso ocurre, la naturalidad con que obra el obsesado puede hacer dudar de la presencia del obsesor, llevándonos a creer en la existencia de un simple proceso de naturaleza anímica, porque puede ser de interés del obsesor ocultarse, a fin de que no sea desenmascarado.
Muchos casos que la Medicina cataloga como esquizofrenia no pasan de ser manifestaciones obsesivas en que el obsesor actúa de forma sutil y ostensiva al mismo tiempo – ostensiva en sus efectos y sutil en sus causas…
La obsesión sutil es obra del espíritu más intelectualizado y es más difícil el tratamiento, por la impermeabilización del obsesor a las exhortaciones que le son hechas.
La obsesión ostensiva, normalmente de carácter físico, casi siempre es promovida por un espíritu que no consigue camuflar su propia agresividad, a semejanza de quien se habituó a hablar sin pensar y obrar sin contenerse.
En los casos de obsesión física, los médiums deben ser tratados como en los demás casos de obsesión, a no ser que, volviéndose demasiado violentos, al punto de poner en riesgo su vida y de los que con él conviven, haya necesidad de controlarlos con expedientes de inmovilización física, entre los cuales destacaríamos la internación en algún lugar especializado.
La oración dentro de casa, el recurso terapéutico del pase, la dedicación a la caridad, el esfuerzo de renovación íntima, la lectura evangélica, la confianza en Dios y en sus Mensajeros de la Vida Más Alta son expedientes espirituales insustituibles que, aunque no consigan sanear del todo el problema de la obsesión, erradicándole la causa, la ablandan en sus efectos, anulándole las consecuencias que ella misma continuaría alimentándose y, así, permitiendo, con el tiempo, que se agote su cáliz de aflicciones.
“Pueden incluirse en esta categoría los casos de obsesión física, quiere decir, que consiste en las manifestaciones ruidosas y obstinadas de ciertos espíritus que hacen oír espontáneamente golpes y otros ruidos.” (Segunda Parte, cap. XXIII, ítem 238)
La obsesión puede manifestarse de diversos modos, dependiendo de la condición y de la intención del espíritu obsesor junto a quien desee perjudicar. Muchas personas portan de manera inconsciente la facultad mediúmnica de efectos físicos, o sea, la
posibilidad de la producción de fenómenos físicos por su intermedio a través de la liberación, más o menos abundante de ectoplasma.
En cuanto esto ocurre, el espíritu obsesor, sirviéndose del referido fluido material, produce las más extrañas manifestaciones materiales al derredor e, inclusive, en el cuerpo del propio médium. Aprendiendo a lidiar con el ectoplasma, como
alguien que aprende a lidiar con la energía electromagnética, el verdugo espiritual comienza a perturbar el sueño de su víctima con golpes en la pared, ruidos en el techo, pasos dentro del cuarto, semi-materializándose frente a la cama, encendiendo y apagando la luz de forma intermitente, quitándole las sábanas, tocándole el cuerpo, inclusive, llega a relacionarse con ella sexualmente, llamándola por el nombre, despertándola con sobresaltos… Recordamos un caso de obsesión que nos fue narrado por un antiguo trabajador de la Doctrina en Uberaba. Una joven de una familia bien situada, extremadamente educada y de carácter elevado pasaba por la constante humillación que, siempre que estaba junto a otras personas, indiscretamente liberaba gases intestinales que le llevaban a la vejación…
Atendemos personalmente, en nuestras lecturas en la “Casa de las Cenizas”, a personas que no tenían control, por ejemplo, sobre la mano… Recordamos de
alguien que, cierta vez, cuando fue a bajarse del autocar, no consiguió hacer que la diestra se soltase del pasamano en que se apoyaba para descender; el autobús arrancó y él comenzó a ser arrastrado, casi cayendo bajo las ruedas del pesado vehículo… Kardec, en “El Libro de los Médiums”, narra casos semejantes, y la “Revista Espírita”, escrita y compilada por el insigne Codificador, está repleta de ejemplos de obsesión física.
A veces, la interacción espíritu obsesor y obsesado es tan grande, que ambos pasan a tener mutua dependencia psíquica. Cuando eso ocurre, la naturalidad con que obra el obsesado puede hacer dudar de la presencia del obsesor, llevándonos a creer en la existencia de un simple proceso de naturaleza anímica, porque puede ser de interés del obsesor ocultarse, a fin de que no sea desenmascarado.
Muchos casos que la Medicina cataloga como esquizofrenia no pasan de ser manifestaciones obsesivas en que el obsesor actúa de forma sutil y ostensiva al mismo tiempo – ostensiva en sus efectos y sutil en sus causas…
La obsesión sutil es obra del espíritu más intelectualizado y es más difícil el tratamiento, por la impermeabilización del obsesor a las exhortaciones que le son hechas.
La obsesión ostensiva, normalmente de carácter físico, casi siempre es promovida por un espíritu que no consigue camuflar su propia agresividad, a semejanza de quien se habituó a hablar sin pensar y obrar sin contenerse.
En los casos de obsesión física, los médiums deben ser tratados como en los demás casos de obsesión, a no ser que, volviéndose demasiado violentos, al punto de poner en riesgo su vida y de los que con él conviven, haya necesidad de controlarlos con expedientes de inmovilización física, entre los cuales destacaríamos la internación en algún lugar especializado.
La oración dentro de casa, el recurso terapéutico del pase, la dedicación a la caridad, el esfuerzo de renovación íntima, la lectura evangélica, la confianza en Dios y en sus Mensajeros de la Vida Más Alta son expedientes espirituales insustituibles que, aunque no consigan sanear del todo el problema de la obsesión, erradicándole la causa, la ablandan en sus efectos, anulándole las consecuencias que ella misma continuaría alimentándose y, así, permitiendo, con el tiempo, que se agote su cáliz de aflicciones.
Ahora un poco de experiencia, muchos en el presente foro desconocen que muchas de mis facultades mediumnicas forzosamente me arrinconaron al estudio de la Doctrina Espirita siendo los únicos con un material de apoyo lo suficiente palpable como para por convicción acreditar y explicar ciertos fenómenos a lo largo de la vida. Poseo entre esas facultades la de "Efectos Físicos" cumpliendo con ese rasgo de "fragilidad orgánica y fatiga física crónica" asociada a la condición y que me generó mucho problema en muchos centros por los sistemas prácticos de mediumnidad que tenían allí.
En mi infancia, era común oír sonidos, leves movimientos próximos a mi como la puerta que tendía a vibrar mientras yo me encontraba junto a ella jugando con mis juguetes como todo niño menor de 5 años solía hacer, especialmente cuando se iba la luz la hora del terror daba inicio ya que la reproducción de sonidos y visajes moviéndose entre la oscura noche se dejaban ver en plena ausencia de personas allí, en aquel entonces tenía una protección impenetrable, la famosa sabana con la cual todo niño se envolvía pensando que nada le ocurriría, fue una infancia aterradora especialmente cuando me especialice en el espionaje y el movimiento sigiloso debido a que a altas horas de la noche siempre que salía surgían las materializaciones de seres grotescos dignos de la demonología ¡gracias a Dios fuera de la casa! y finalmente llegó el día de noche de brujas donde la presencia del licantropo se posicionó junto a la puerta de mi cuarto produce un aullido que me dejó dolidos por largo tiempo los oídos y me convenció de no salir más a esas horas aún a sabiendas de mis habilidades del sigilo siempre conseguían la manera de aparecerse en mi camino. Posterior a ello estando acostumbrado a esos fenómenos recibí luego la visita de un amigo al cual le gustaba recoger muertos de la calle por su formación tras haberle reportado que era muertero, en su casa justo frente a mis ojos hubo un clímax de estos fenómenos, desde las ventanas, hasta los vasos, el horno y las puertas al mismo tiempo asumían cada uno los movimientos a los cuales estaban limitados, salvo el vaso que se permitía caer en cualquier dirección y por fortuna no era de vidrió. Tras mi primera incorporación dentro del Culto el fenómeno se intensifica, tenía la constante sensación de tener encima una sabana y literalmente ya los objetos salían volando frente a mis ojos nuevamente pero de forma regular, recuerdo en comienzos de universidad cuando al sentarme al mirar al suelo tenía las cuerdas de mis deportivos no solo desamarrados sino fuera de sus respectivos agujeros entrelazados como suelen venir, recurrí al escepticismo mucho tiempo asumiendo que me estaban jugando bromas pesadas incluso cuando aún en la misma universidad al ingresar a un baño algún objeto de allí salía volando impactando contra las paredes de aluminio de los sanitarios, nuevamente recurrí a acusar a algún inocente cercano hasta que finalmente justo frente a mis ojos una revista de astrología recién comprada y leída manifiesta presencia de un corte exacto pareciendo haberse hecho con algún bisturí, allí por primera vez sentí miedo porque eso mismo le podían hacer a cualquier ser cercano y entonces tomé cierto temor hacía el mundo espiritual. Posteriormente de visitar otras escuelas y ver las facultades apoderarse de mi llegué a la instrucción espirita, allí el fenómeno no solo no cesó sino que se intensificó al extremo de que mi casa tiene vida propia, puedes pararte en cualquier lado y ver aureolas de luz blanca o sombras con la misma forma pasar justo frente a tus ojos, puedes bañarte y observar como la manilla de la puerta gira consiguiendo que nunca hay quien la haga girar especialmente cuando le has puesto seguro, también puedes contar con los famosos espíritus que al estar acostado en la cama llega y de un salto se lanza junto a ti hundiendo el colchón y generando el sonido típico tal cual ocurriría con una persona, y especialmente cuando estando en plena consciencia y acompañado se adelanta el espíritu tocando tu piel o empujándote para lanzarse colocando primero el pie sobre el colchón que literalmente a tus ojos se hunde y luego el golpe en plena cama, puedes escuchar sonidos de toca clase como alguien que te llama por tu nombre con claridad sin haber nadie, pueden acariciarte los pezones, estimular tus genitales e incluso practicarte una forma extraña de sexo oral que no sé describir, acariciarte todo el día, darte besos dejando claras marcas y muchas posibilidades más como ver a un espíritu materializado al cual confundes con una persona de carne y hueso. Al hacerme consciente del fenómeno los espíritus lo utilizan para indicarme cosas, por ejemplo el espíritu que tras verse imposibilitado para poder incorporar en mi genera efectos físicos inmediatos indicándome que no detenga la practica, pero en vista de no continuar han pasado a afectarme de manera que entré en un cuadro depresivo donde ya hasta el suicidio era un dulce pensamiento encontrando que luego incorpore al mismo espíritu el cual salió del umbral para tener una nueva oportunidad entre los vivos tras rehabilitarse en el mundo superior. ¿Qué anécdotas tienen que se parezca a lo comentado aquí? Sé que nena tiene experiencias de éste tipo ya que le he leído en otros temas hacer mención de ellos, sería bueno que aproveche ahora para entender el fenómeno y compartir sus experiencias con todos.
Por cierto, la obsesión espiritual es la influencia nociva que ejerce de forma fija un espíritu hacia otro espíritu indistintamente del estado en que se encuentre transmitiéndole sus pensamientos, malos deseos y estados orgánicos alterados produciendo mucho malestar psico-somático. La brujería cuando se sirve de alianza con malos espíritus califica como obsesión espiritual, también los famosos recostes de muertos y la producción de este tipo de fenómenos en una casa sugieren que la persona debe poner mucho cuidado debido a que hay espíritus cuya naturaleza les permite ejercer influencia sobre la materia consiguiendo herir a los habitantes de esa casa.
¡Feliz noche!
Por cierto, la obsesión espiritual es la influencia nociva que ejerce de forma fija un espíritu hacia otro espíritu indistintamente del estado en que se encuentre transmitiéndole sus pensamientos, malos deseos y estados orgánicos alterados produciendo mucho malestar psico-somático. La brujería cuando se sirve de alianza con malos espíritus califica como obsesión espiritual, también los famosos recostes de muertos y la producción de este tipo de fenómenos en una casa sugieren que la persona debe poner mucho cuidado debido a que hay espíritus cuya naturaleza les permite ejercer influencia sobre la materia consiguiendo herir a los habitantes de esa casa.
¡Feliz noche!
_________________
«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.