1ª Obligación: VINCULACIÓN

Es la unión física, emocional y mental del iniciado al Templo, al Celador y al Guía jefe de la casa. Consiste, en el campo de la magia, en la "deitada" sobre esterilla de hoja de palmera, forrada con sábana, cubriéndose al iniciado con otra sábana. Debe tratarse de sábanas flamantes y blancas. Este rito, aparte de poseer fuerza como "descarga" sirve también de bautismo al nuevo "hijo de fe".

El iniciado permanece "deitado" por seis horas consecutivas. Rito particular sólo observado por quienes hubieren pasado por la vinculación. En el lecho iniciático hay esparcidos pertrechos y vituallas correspondientes a la descarga y la acción vitalizante para el cuerpo físico y etéreo del iniciado. Se practican sahumaciones de hora en hora, momentos en los cuales se oyen cánticos ofrendados a los Pretos Velhos y Caboclos acompañados por el sonido de atabaques. (Tambores de pie o "tumbadoras").

En el plano astral, es muy intensa la movilización de almas encargadas del primer ceremonial, en el sentido de una consecusión satisfactoria.

Aparte de las ofrendas de las almas que quedan a los pies del iniciado, se observan doce velas de cera alrededor del cuerpo, representación simbólica de los doce Orixás de la Umbanda.

"En adelante -declara el Sacerdote al iniciado- beberemos de la misma agua de la tormentosa corriente de la vida aplacando la sed de nuestros propios defectos, hermanados en un solo sentimiento: el conocimiento de nosotros mismos. La Umbanda es nuestro hogar. Los guías son nuestra propia protección. Salve Orixás, Gloria a Orolum".

Esta obligación sólo será permitida a mayores de 16 años de ambos sexos. Este rito podrá también ser realizado específicamente como "descarga", sin connotación iniciática ni vinculación al templo; en este caso, sin la finalización del servicio simbólico del agua en la bandeja.

2ª Obligación: EXÚ

Rito efectuado siete meses después de la vinculación. Son ofrecidas "engambelos" (bagatelas) al Exú del Terreiro y a los Exús del iniciado (si los tuviere). Tres días después el iniciado recibe la guía (collar rojo o rojo y negro) extraído de un baño de purificación con hierbas propias de estas entidades. Esta guía será usada, estrictamente, en las "giras de Exú". Si el postulante no fuera médium actuante, toma como protector al Exú Jefe de la Casa o a algún otro de su simpatía.

Siete velas de cera -símbolo de los Siete Focos- quedan encendidas durante tres días y producen canales de comunicación con el plano astral. Lo mismo acontece con los preparados de "dendé" (aceite de coco), miel, agua y aguardiente. Se los dispone en forma de pirámide.

La presencia del iniciado es sólo durante algunas horas del primer día. De allí en adelante el devoto hará apenas un único presente por año a sus Exús, agradeciendo su protección y colaboración en el alejamiento de los peligros y la minimización de las pérdidas.

3ª Obligación: PURIFICACIÓN (AMACÍ)

El "amací" o purificación es un baño purificatorio destinado al cuerpo y, principalmente, a la cabeza del iniciado. Es preparado por el Babalorixá o la lalorixá con un mínimo de siete hierbas diferentes (relacionadas con los Orixás) cosechadas de acuerdo a las fases lunares y con su calidad.

El ceremonial, ejecutado sólo en el período que va de la luna nueva al cuarto creciente, es individual. Puede ser hecho tanto en el templo como en un prado, a criterio del Celador. El rito de purificación es hecho siete, catorce o veintiún días después de la Obligación a Exú.

El agua utilizada en este rito proviene de la lluvia o de la naciente de los ríos, libre de impurezas o aditivos químicos.

La vasija para contener el "amací" será preferentemente de loza, en forma de cuenco.

Las hierbas son maceradas con las manos y quedan en reposo en el agua por veinticuatro horas. Después serán "despertadas" y usadas ritualmente al son de los cánticos para orixás -Ossäe en primer lugar- y a las almas de otros "pais" históricos.

Todos los años el iniciado promoverá, por su cuenta, su purificación, usando principalmente las hierbas preferidas por su "orixá de cabeza". De obligación, el amací pasa a ser una devoción anual, siempre con el fin de fortalecerlo espiritualmente.

Las mujeres no pueden recibir el amací durante el período menstrual. Y luego del primero, el iniciado no necesita más la presencia del Celador.

Luego del ritual de purificación, es rutina que el sacerdote oficiante tire los "buzios" para saber de los "dos orixás de cabeza" del iniciado o recibir la información del Guía Jefe del Templo en la sesión siguiente.

4ª Obligación: OXALÁ

Un año después de efectuada la Obligación del amací, es efectuada la Obligación con la "mesa de Oxalá", que cierra el ciclo de las Obligaciones esenciales e inexcusables. La ceremonia dura algunas horas y es casi siempre realizada los domingos, día consagrado al orixá de la sabiduría y el amor.

Se extiende, en el centro del terreiro, un paño de lino blanco bordado y sobre él se colocan flores, frutos, manjares, bebidas (vino blanco, agua, miel, leche), zumo de hierbas del Orixá, amací preparado con guías, tinajas o "cuartinhas" de los iniciados (quienes, luego de tres días de realizada la ceremonia, las podrán llevar a sus casas), pan, arroz dulce, "munguzá" (mezcla de maíz y coco) que serán servidos a todos los participantes en una cena iniciática, al son de los cánticos propios del Orixá.

El ceremonial, conducido por el Babalorixá o la lalorixá, puede incluir la participación de hasta siete iniciados por vez. En el final de la cena, se sueltan tantas palomas blancas como fuere el número de iniciados.

No se sacrifican los animales. Las aves son apenas magnetizadas con "pemba" blanca y son acariciadas por todos como si fueran mensajeras de los deseos de paz y amor para la humanidad sufrida.

Como el amací fue preparado con tres días de anticipación, el sacerdote convoca a cada iniciado y le confiere la guía de Oxalá que sólo será usada en las sesiones. Se sirve, entonces, en bandeja, agua mineral. Finalmente, el sacerdote profiere palabras fraternas de cariño y estímulo para que cada iniciado alcance el estado de amor y sabiduría que emanan preferentemente del Orixá.

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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal? 
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.