En la Santería, la ceremonia de coronación de santo, o asiento, o Kari Ocha, no es mas que el proceso por el que se pasa para convertirse en sacerdote o sacerdotiza, es decir santero o santera. Para llegar a coronarse o hacerse santo se deben pasar primero algunos pasos. Estos son:


Recibir los Orichas guerreros, estos son Elegua, Ogun, Ochosi y Ozun. Determinar a través del Oráculo de Ifá quien es el angel de la guarda o el santo que se va a coronar. Algunos reciben los collares antes de coronarse santo, ya que a veces sus medios económicos no les permiten coronarselo, y con los collares se obtiene una protección temporal.
También antes de coronarse santo es recomendable recibir al Oricha Orula, este se puede recibir junto con los Orichas guerreros, durante esta ceremonia se recibe la mano de Orula, que es una protección general. Luego de esta ceremonia ya se está iniciado en la Santería y las mujeres reciben la denominación de apetebbí, ambos conocen a través de los signos que le salgan si luego pueden pasar a convertirse en Sacerdotes o Sacerdotisas de Ifá.
Antes de coronarse santo se debe hacer también una misa espiritual, para mediante un o una medium conocer quienes son los muertos familiares que protegen a la persona, y si es necesario realizarles alguna ofrenda, así como se les da conocimiento de lo que la persona va a realizar.

La ceremonia de coronación de santo dura 7 días, durante los cuales se debe permanecer en una habitación, ya que desde el primer día se considera que la persona ha renacido por lo que se le trata como a un bebé, donde se le trae todo lo que necesita en esta habitación y comienza la purificación y la alineación con el Oricha.

Según sea el angel de la guarda se reciben Orichas diferentes, sin importar cual sea este, siempre se reciben los Orichas Obatalá, Changó, Yemayá y Ochún.
Luego de coronarse Santo se entra en un período de un año conocido como Iyaworaje, donde la persona debe cumplir ciertas normas, una de las cuales es estar vestido completamente de blanco, siempre que la situación lo permita. Durante este período la persona pasa por un proceso de purificación y las malas energías, así como todo lo que obstaculiza su vida en ese momento le es apartado de su camino.
¿Para qué coronarse Santo?
Coronarse santo da protección de los Orichas, además que permite conocer durante una adivinación conocida como Itá los consejos que estos nos dan, así como las cosas que nos prohiben para que tengamos una vida plena y feliz.
El hacerse santo no conlleva a que la persona deje de ser cómo es o que tenga que modificar drásticamente sus hábitos de convivencia social. Ni renunciar a su condición humana natural, como así sucede con otros Sacerdotes de líneas más exigentes. Todo lo contrario.

Quién llega a esta sagrada unción experimenta gradualmente muchos cambios o modificaciones en todo su entorno, en su salud y en su psicología, todo esto a favor del interesado, convirtiéndolo en un ser pleno, socialmente útil, con una guía que lo llevará por la vida con más conocimiento de los eventos que están por acontecer en su transcurso.

Generalmente quién tiene que "hacerse santo" es por lo siguiente:

1.- Por destino, karma o cumplimentación espiritual.
2.- Por desórdenes emocionales, físicos y sociales extremosos e incontrolables.
3.- Por estabilidad general.
4.- Para evitar peligros inesperados marcados en su destino.
5.- Por amor y entrega a la misión.
6.- Por protección general.

Todo Olosha o Santero cuando se inicia, experimenta, gradualmente, un cambio o metamorfosis total en su vida, que va desarrollándose paulatinamente y en silencio durante los cinco años posteriores a su iniciación. Va alcanzando la armonía anhelada a través de disciplinas, fórmulas y consejos que se le ofrecen como Sacerdote o Sacerdotisa. La vida le cambia favorablemente en todos los órdenes.

Es un soberano error creerse que cuando uno llega a la unción está protegido absolutamente de todos los eventos marcados e irreversibles en el destino individual. La Santería, se vuelve en un apoyo o sostén para evitar los efectos dañinos extremos de esos eventos, pero no para quitarlos radicalmente de nuestras vidas.

Tampoco sirve para solapar hechos o actitudes antisociales. La Santería tiene poder para cambiar los malos hábitos, no para sostenerlos o aprobarlos con complicidad. Muchos creen, erróneamente, que haciendo santo uno se vuelve en súper hombre o súper mujer y eso no es cierto. Quién propaga esa lamentable información propagandística, sólo engaña y transmite una falsa imagen de nuestro oficio místico.

La Santería está para crear, como Madre Absoluta del Misticismo Yoruba, a hombres y mujeres socialmente útiles y para establecer un orden que proporcione equilibrio y una felicidad especial, si se saben entender los códigos y normas a los que estamos sujetos todos los seres humanos en este plano terrenal.

La Santería, facilita igualmente, con todo lo anterior, un crecimiento espiritual incomparable que hace al ser que la admite una persona diferente al común denominador existente.
Coronarse santo es una experiencia maravillosa, y a medida que pasa el tiempo la comunicación con los Orichas y la protección que estos nos brindan traen a nuestra vida dicha y prosperidad, así como ayudan a superar los obstáculos de la vida.