BOHINDRA (el mago del Amor y de la Paz).
Fue un kobda de los tiempos de Abel, que realizó importantes misiones de luz durante el comienzo de la Civilización Adámica, en los grandes santuarios de Neghadá y la Paz. Cumplió una maravillosa labor como Thidalá (Rey de Reyes) de la Gran Alianza del Éufrates y el Nilo, que unió a los países de tres continentes. Siendo kobda en el Santuario de Neghadá, junto el río Nilo, le fue ofrecido el trono del país de Ashuar a la muerte del anciano rey Armhesú y aceptó ser Kobda-Rey, en cumplimiento de su servicio.
Bohindra era de origen venusino, miembro integrante de la Alianza que acompañaba al Mesías en sus reencarnaciones terrenas. Su talento más sobresaliente fue la música. Tocaba la lira maravillosamente, componía bellas canciones e himnos que los Kobdas cantaban. Utilizaban también la música como poderoso medio curativo para aliviar y sanar enfermedades, conocía el secreto de las plantas, sabía utilizar el poder de las fuerzas de la naturaleza en beneficio de la vida, la armonía, la salud.
Cuando era un joven pastor ignorado, se casó secretamente con Sadia, de superior clase social, amores contrariados y perseguidos que pusieron en grave peligro su vida, por lo cual se refugió, en el Santuario del Nilo y se hizo kobda. Más tardes, después de su transmigración, siendo ya rey, le fue ofrecida una doncella de catorce años como sierva a su servicio, por uno de los caudillos de la Gran alianza, el rey Jebuz de Galaad: Ada de Musur. El supo que Ada era la reencarnación de su esposa Sadia y también sabía que estaban unidos desde infinitas edades como rayos gemelos. La aceptó como esposa única, pues la Ley de los Kobdas prohibía tener siervas, concubinas, esposas secundarias tal como era la costumbre de aquellos tiempos. Vivieron juntos veinte años.
A los cincuenta y nueve años, Bohindra, transmigró en el cuerpo de su hijo Joheván que tenía 25, con el objeto de poder continuar su gran labor como dirigente de pueblos al frente de la poderosa Alianza de Éufrates y el Nilo, naciones unidas de aquellos tiempos. Fue un delicado trabajo que, sabiamente, realizaron los Kobdas durante tres días, para dar tiempo a que Bohindra pudiera ir tomando la materia de su hijo exitosamente, sin peligro.
Las trasmigraciones no son usuales ni se conceden por cualquier motivo, ya que se requiere gran sabiduría, prudencia, un ambiente de mucha armonía y calma. Los Kobdas sabían hacerlo. Ellos necesitaban que Bohindra, siguiera sosteniendo la Gran Alianza que, sin guerras, egoísmo ni violencia alguna, civilizaba a los pueblos en armonía, justicia, amor, comprensión y tranquilidad.
El orden, la paz y la prosperidad reinaban por doquier, entre los pueblos afiliados a la Gran Alianza. Suprimidas a la esclavitud, la poligamia, la idolatría, el sacrificio a los dioses, disuelto el robo y la avaricia, el bienestar era evidente en todas partes donde respetaban la Ley de los Kobdas.
Una vez cumplida la gran misión, Bohindra, mereció una etapa de descanso. Murió de avanzada edad e el Santuario de la Paz, de un síncope cardiaco, suavemente en paz. Su cuerpo fue embalsamado, colocado dentro de un bello sarcófago de cuarzo. Reunidos los países de la Alianza en una magna asamblea, eligieron a Abel como sucesos y jefe superior de aquella gran organización que integraba a los pueblos y naciones de tres continentes: Europa, Asia y África.
Estos sucesos, no conocidos por la historia, datan de un tiempo bastante lejano: Diez mil años atrás.
AE/pch.
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"Que el Gran AMOR Infinito de el DIOS UNO Padre-Madre te envuelvan en la Suprema LUZ Divina. "
Fue un kobda de los tiempos de Abel, que realizó importantes misiones de luz durante el comienzo de la Civilización Adámica, en los grandes santuarios de Neghadá y la Paz. Cumplió una maravillosa labor como Thidalá (Rey de Reyes) de la Gran Alianza del Éufrates y el Nilo, que unió a los países de tres continentes. Siendo kobda en el Santuario de Neghadá, junto el río Nilo, le fue ofrecido el trono del país de Ashuar a la muerte del anciano rey Armhesú y aceptó ser Kobda-Rey, en cumplimiento de su servicio.
Bohindra era de origen venusino, miembro integrante de la Alianza que acompañaba al Mesías en sus reencarnaciones terrenas. Su talento más sobresaliente fue la música. Tocaba la lira maravillosamente, componía bellas canciones e himnos que los Kobdas cantaban. Utilizaban también la música como poderoso medio curativo para aliviar y sanar enfermedades, conocía el secreto de las plantas, sabía utilizar el poder de las fuerzas de la naturaleza en beneficio de la vida, la armonía, la salud.
Cuando era un joven pastor ignorado, se casó secretamente con Sadia, de superior clase social, amores contrariados y perseguidos que pusieron en grave peligro su vida, por lo cual se refugió, en el Santuario del Nilo y se hizo kobda. Más tardes, después de su transmigración, siendo ya rey, le fue ofrecida una doncella de catorce años como sierva a su servicio, por uno de los caudillos de la Gran alianza, el rey Jebuz de Galaad: Ada de Musur. El supo que Ada era la reencarnación de su esposa Sadia y también sabía que estaban unidos desde infinitas edades como rayos gemelos. La aceptó como esposa única, pues la Ley de los Kobdas prohibía tener siervas, concubinas, esposas secundarias tal como era la costumbre de aquellos tiempos. Vivieron juntos veinte años.
A los cincuenta y nueve años, Bohindra, transmigró en el cuerpo de su hijo Joheván que tenía 25, con el objeto de poder continuar su gran labor como dirigente de pueblos al frente de la poderosa Alianza de Éufrates y el Nilo, naciones unidas de aquellos tiempos. Fue un delicado trabajo que, sabiamente, realizaron los Kobdas durante tres días, para dar tiempo a que Bohindra pudiera ir tomando la materia de su hijo exitosamente, sin peligro.
Las trasmigraciones no son usuales ni se conceden por cualquier motivo, ya que se requiere gran sabiduría, prudencia, un ambiente de mucha armonía y calma. Los Kobdas sabían hacerlo. Ellos necesitaban que Bohindra, siguiera sosteniendo la Gran Alianza que, sin guerras, egoísmo ni violencia alguna, civilizaba a los pueblos en armonía, justicia, amor, comprensión y tranquilidad.
El orden, la paz y la prosperidad reinaban por doquier, entre los pueblos afiliados a la Gran Alianza. Suprimidas a la esclavitud, la poligamia, la idolatría, el sacrificio a los dioses, disuelto el robo y la avaricia, el bienestar era evidente en todas partes donde respetaban la Ley de los Kobdas.
Una vez cumplida la gran misión, Bohindra, mereció una etapa de descanso. Murió de avanzada edad e el Santuario de la Paz, de un síncope cardiaco, suavemente en paz. Su cuerpo fue embalsamado, colocado dentro de un bello sarcófago de cuarzo. Reunidos los países de la Alianza en una magna asamblea, eligieron a Abel como sucesos y jefe superior de aquella gran organización que integraba a los pueblos y naciones de tres continentes: Europa, Asia y África.
Estos sucesos, no conocidos por la historia, datan de un tiempo bastante lejano: Diez mil años atrás.
AE/pch.
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"Que el Gran AMOR Infinito de el DIOS UNO Padre-Madre te envuelvan en la Suprema LUZ Divina. "