CABALLOS DEL APOCALIPSIS
Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis
Son los cuatro caballeros que se describen en la primera parte del capítulo sexto del Apocalipsis. El capítulo habla de un pergamino en la mano derecha de Dios que está sellado con siete sellos, en ese escenario Jesús abre los primeros cuatro sellos de los siete, liberando a estas bestias que montan en caballos blanco, rojo, negro y uno bayo. Según la exégesis representan y son figura de la conquista, la guerra, el hambre y la muerte, respectivamente, aunque sólo a este último se le designa por este nombre.1 Apocalipsis 6:1-8
Aunque los jinetes aparecen brevemente en el libro, su importancia radica en la cantidad de representaciones artísticas y generalmente en la influencia que tuvieron sobre la cultura occidental.
Caballo Blanco
Cabalgado por el jinete de la conquista.
Cuando abrió el primer sello, oí al primer ser viviente, que decía: Ven. Miré y vi un caballo blanco, y el que montaba sobre él tenía un arco, y le fue dada una corona, y salió vencedor, y para vencer aún.
Los otros tres jinetes representan a las fuerzas del mal, destructiva, y dada la manera unificada en la que los cuatro se introducen y se describen, puede ser más probable que el primer jinete es, en consecuencia El Mal. El alemán Stuttgarter Erklärungsbibel lo pone en la guerra civil y luchas internas. Una interpretación, que se llevó a cabo por el evangelista Billy Graham representa el jinete del caballo blanco como el Anticristo, o una representación de los falsos profetas.
Puede representar a Satanás.
San Ireneo y San Juan Crisóstomo sostienen que el arquero montado sobre el caballo blanco es la triunfante propagación del Evangelio; una expansión que triunfa gracias al apoyo político. El padre Castellani lo deja claro al interpretar que en la Monarquía Cristiana, la Christianitas, el orden romano convertido a la ortodoxia cristiana.
Portar un arco, un arma para alcanzar grandes distancias, es representación de lo que hicieron los reinos cristianos, apoyando y llevando la evangelización a pueblos lejanos. Como ejemplo de lo predicho aconteció el bautismo de los pueblos germanos y eslavos o la evangelización de América. Salió "a vencer", esas victorias, son las victorias de Constantino, de Teodosio, de Carlos Martel. Aquellos que afianzaron y construyeron sobre el antiguo orden romano, la Romanitas, el orden cristiano que perduró desde Constantino hasta el emperador Carlos V.3 El milenio que después es narrado en la parte final del Apocalipsis.