El verdadero Luchador y su espíritu
“Un verdadero luchador posee unidad entre su cuerpo y su espíritu,
Cada día hace realidad sus sueños y los encamina por la senda el bien.
Todo lo que hace tiene una razón de ser.
Actúa con el convencimiento de la verdad y la justicia.
No tiene tiempo para juzgar a los demás.
Revisa los errores y los transforma en virtud.
El verdadero luchador hace amigos que le acompañan en la lucha de cada día.
El luchador, con su aptitud, motiva a sus compañeros y los encamina por la senda de la verdad.
El buen luchador es el que gana la batalla de cada día a la monotonía y a la rutina.” Eugenio Gil-España 2004.
Cuando leí por primera vez estas palabras, supe que el verdadero espiritista luchador y humilde no se mide por la edad, porque aunque seamos viejos, podemos desarrollar el espiritismo, y más bien esos años serán los peldaños que nos ayudara a subir por la escalera de la vida, con responsabilidad, confianza, con fe, sabiduría y prudencia; supe bien que uno nunca termina de aprender , porque cada día es un nuevo reto que tenemos que asumir y enfrentar en la vida, y también me di cuenta que un espiritista luchador victorioso cuenta con dos motores potentes, dos realidades que no podemos negar, dos armas muy valiosas para alcanzar los objetivos propuestos, la cual si sabemos utilizarlos bien logramos el éxito en la vida y en el camino espiritual, y estas son la fe, y la herencia de nuestros ancestros, la sangre que corre por nuestras venas, nos lleva al camino de la espiritualidad, realidades que avanzan unidas en nuestro interior; una esta expuesta siempre “al expresarla” libremente y la otra permanece oculta en nuestro cuerpo, la cual si sabemos bien combinarlas tendremos plenamente la confianza que seremos victoriosos en el camino espiritual como terrenal.
Estas palabras me hacen recordar aquellas frases llenas de optimismo y valor que mi guía espiritual me decía cuando escalaba por primera vez la montaña grande en Quibayo, me decía que “yo tenia la fuerza interior suficiente para escalar la cima de la gran montaña de la madre Reina, pero que también tenia que saber que el camino para llegar a la cima era agotador, misterioso y muy largo” entendí que para ser un verdadero espiritista debía saber que el camino es interminable , lleno de muchas pruebas que quizás para mi serian muy fuertes, que quizás en el camino podía sentir cerca la derrota pero que esto sucedería muchas veces para medir mi fe; entendí que no debía perder las esperanzas, así todo se viniera en contra, entendí que debía aprender también de las derrotas y superarlas cada día, aprender de ellas, porque las derrotas no son el final de todo para quien no se da por vencido.
Aprendí que hay que luchar día a día contra todo y con todo, con seguridad, decisión, coraje y optimismo, porque cada día es un nuevo escenario, en la vida terrenal y espiritual.
Este es un aporte importante para todos aquellos que buscan en su interior, esa llama espiritual y que al no sentirla a veces pierden las esperanzas de seguir el camino, para aquellos que se consideran viejitos para desarrollar este hermoso culto, para aquellos que han escalado la montaña y aun no conquistan la cima, para aquellos que quieren iniciar el camino del espiritismo.
Que la Madre Reina le bendiga a todos
“Un verdadero luchador posee unidad entre su cuerpo y su espíritu,
Cada día hace realidad sus sueños y los encamina por la senda el bien.
Todo lo que hace tiene una razón de ser.
Actúa con el convencimiento de la verdad y la justicia.
No tiene tiempo para juzgar a los demás.
Revisa los errores y los transforma en virtud.
El verdadero luchador hace amigos que le acompañan en la lucha de cada día.
El luchador, con su aptitud, motiva a sus compañeros y los encamina por la senda de la verdad.
El buen luchador es el que gana la batalla de cada día a la monotonía y a la rutina.” Eugenio Gil-España 2004.
Cuando leí por primera vez estas palabras, supe que el verdadero espiritista luchador y humilde no se mide por la edad, porque aunque seamos viejos, podemos desarrollar el espiritismo, y más bien esos años serán los peldaños que nos ayudara a subir por la escalera de la vida, con responsabilidad, confianza, con fe, sabiduría y prudencia; supe bien que uno nunca termina de aprender , porque cada día es un nuevo reto que tenemos que asumir y enfrentar en la vida, y también me di cuenta que un espiritista luchador victorioso cuenta con dos motores potentes, dos realidades que no podemos negar, dos armas muy valiosas para alcanzar los objetivos propuestos, la cual si sabemos utilizarlos bien logramos el éxito en la vida y en el camino espiritual, y estas son la fe, y la herencia de nuestros ancestros, la sangre que corre por nuestras venas, nos lleva al camino de la espiritualidad, realidades que avanzan unidas en nuestro interior; una esta expuesta siempre “al expresarla” libremente y la otra permanece oculta en nuestro cuerpo, la cual si sabemos bien combinarlas tendremos plenamente la confianza que seremos victoriosos en el camino espiritual como terrenal.
Estas palabras me hacen recordar aquellas frases llenas de optimismo y valor que mi guía espiritual me decía cuando escalaba por primera vez la montaña grande en Quibayo, me decía que “yo tenia la fuerza interior suficiente para escalar la cima de la gran montaña de la madre Reina, pero que también tenia que saber que el camino para llegar a la cima era agotador, misterioso y muy largo” entendí que para ser un verdadero espiritista debía saber que el camino es interminable , lleno de muchas pruebas que quizás para mi serian muy fuertes, que quizás en el camino podía sentir cerca la derrota pero que esto sucedería muchas veces para medir mi fe; entendí que no debía perder las esperanzas, así todo se viniera en contra, entendí que debía aprender también de las derrotas y superarlas cada día, aprender de ellas, porque las derrotas no son el final de todo para quien no se da por vencido.
Aprendí que hay que luchar día a día contra todo y con todo, con seguridad, decisión, coraje y optimismo, porque cada día es un nuevo escenario, en la vida terrenal y espiritual.
Este es un aporte importante para todos aquellos que buscan en su interior, esa llama espiritual y que al no sentirla a veces pierden las esperanzas de seguir el camino, para aquellos que se consideran viejitos para desarrollar este hermoso culto, para aquellos que han escalado la montaña y aun no conquistan la cima, para aquellos que quieren iniciar el camino del espiritismo.
Que la Madre Reina le bendiga a todos