Matar a alguien con MAGIA NEGRA, si DIOS es el que quita la vida?.

Yo pienso que la pregunta se responde sola, solo razona ¿ya pensaste en que quizá ese ha sido el medio mediante el cual Dios ha no solo permitido sino programado el desencarne de una persona? según los Espíritus sin el permiso de Dios ni una hoja cae de un árbol, y más allá de la fe eso se comprueba hasta en la brujería donde he visto gente que si bien no son inmunes, tienen protección solida respecto a ciertos trabajos y ninguno de los otros les resulta tan feroces que vayan a fallecer. Generalmente, el que muere por brujería, de algún lado trae el merecimiento, ya sea porque no hizo lo necesario para liberarse, hizo algo que le trajo un mal karma o mala consecuencia, o ¿por qué no? le tocaba morir y esa era la oportunidad de romper el vinculo con la vida. Cuestiona el Evangelio según el Espiritismo y profundizarás en el asunto, también el Libro de los Espíritus exhibe respuestas sobre el tema. Dios es soberanamente justo, por tanto Él no comete ni errores ni atenta contra quien sea inocente de recibir algún mal.

Si no lo merecía ¿por qué lo dejó convertirse en víctima? se lo ganó al no cumplir con su deber, así como todo el mundo se lo gana por el mismo proceder ¿o acaso no es deber del hombre ser amoroso, cariñoso, honesto, desinteresado, servicial, disciplinado, ordenado, benevolente, etc? casualmente, ni obsesión ni brujería entra en quien no tiene merecimiento, verifica ejemplos en la historia ¿o conoces algún caso en que Francisco de Asís sucumbía ante perturbadoras influencias obsesoras promovidas por alguna hechicería? el mal existe desde el inicio de los tiempos, su origen yace en la ignorancia de las Leyes de Dios, por consiguiente, siempre han habido, incluso en los tiempos de esos prodigios formas de perturbarlos y aún así la historia dice que no ocurrió así, excepto en los casos donde el mérito se cayó por un error. Casualmente la gente confunde las cosas, no es lo mismo la desgracia que se sufre porque se elige mal que aquella que forma parte de las pruebas o las expiaciones, por consiguiente, mayormente, todo derecho al sufrimiento deriva de la propia incapacidad de elegir bien.

La finalidad de la exposición no viene a ser precisamente la de impartir un modo de creencia sino entender las circunstancias donde el hecho fue irreversible y es que por la simple lógica la eventualidad se contradice; ¿si dicha persona posee resguardos poderosos capaces de desviar el mal dirigido a sí mismo por qué motivo no lo desvió del mismo modo de la criatura que se dice es inocente del mal? Los espíritus buenos que son justos no permiten que los inocentes sufran, y si acaso supieron y no lo impidieron fue porque querían promover sufrimientos largos a la persona, lo cual ocurre cuando se tiene falsos protectores (los que impiden la actuación de los auténticos), o bien, hubo algo que les impidió responder, pero esto no es regla general, por tal motivo, en absolutamente todos los casos se pregunta ¿por qué ocurrió esto? y la respuesta trae el entendimiento. Dios, según las elucidaciones espirituales, muchas veces castiga al vigoroso sometiéndolo a la perdida que lo hará quebrantarse y que tiene el objetivo de hacerlo distanciarse del camino que ha tomado y que inicialmente ha dado origen a la desdicha que ahora experimenta por su perdida ¿o el que se mete a brujo no supone que vivirá sumergido en conflictos espirituales y que sus seres queridos son blancos dispuestos a los ojos de los espíritus malos? el que no quiere ese ambiente, no se meta ni en ésta ni en la próxima vida en un modo de vida que acarreará peligros para sí mismo y los suyos; por eso yo le digo a la gente, pongan cuidado cuando deciden resolver todos los conflictos espirituales arremetiendo contra los espíritus y causando daño, al final, ellos acuden a tomar venganza de la manera que pueden, y si no pueden contigo, seguro que podrán con alguien de estructura más frágil teniendo el único propósito de generar sufrimientos. Todavía está el dilema de si la persona hizo lo suficiente para impedirlo, y en el 100% de los casos se constata que hubieron haber podido hacer muchísimo más, pero por alguna razón, no lo hicieron, ahí toca el punto del libre albedrío, la persona se lo busca, lo consigue y luego le toca resolverlo, si lo resolvió prosigue, si no, también prosigue pero con consecuencias muy diferentes porque tal es el mecanismo de la acción de la Ley Divina, Él solo concede el permiso, por ello, es el resto quien ejecuta la acción. No se trata de tener plena aceptación y justificar la desgracia por anticipado, todo trata de realizar los mejores esfuerzos por impedirla, y considerar en la Justicia Divina que según el proceder, algo se hizo bien o mal y resultó de determinada manera lo cual podremos comprender en reflexión y quizá, con algo de suerte, por el soplo revelador del más allá. Respecto a diferir, es parte de la Ley de Libertad el libre pensamiento, motivo por el cual merece mi apoyo en su sólido argumento, eso considerando que yo particularmente considero que solo los que están sometidos a las deudas del karma están limitados en su libre albedrío, el resto, hace lo que quiere.

Yo pienso que la pregunta se responde sola, solo razona ¿ya pensaste en que quizá ese ha sido el medio mediante el cual Dios ha no solo permitido sino programado el desencarne de una persona? según los Espíritus sin el permiso de Dios ni una hoja cae de un árbol, y más allá de la fe eso se comprueba hasta en la brujería donde he visto gente que si bien no son inmunes, tienen protección solida respecto a ciertos trabajos y ninguno de los otros les resulta tan feroces que vayan a fallecer. Generalmente, el que muere por brujería, de algún lado trae el merecimiento, ya sea porque no hizo lo necesario para liberarse, hizo algo que le trajo un mal karma o mala consecuencia, o ¿por qué no? le tocaba morir y esa era la oportunidad de romper el vinculo con la vida. Cuestiona el Evangelio según el Espiritismo y profundizarás en el asunto, también el Libro de los Espíritus exhibe respuestas sobre el tema. Dios es soberanamente justo, por tanto Él no comete ni errores ni atenta contra quien sea inocente de recibir algún mal.