El Pai Joao Cobú explicó que sin excepción todos los individuos absorbemos energías. En la Tierra se destacan 2 categorías que son los vampiros y las esponjas. Los vampiros son aquellas personas que se aproximan a otros y les roban la energía positiva, la ciencia los llama vampiros emocionales o personas toxicas ya que su presencia trae agotamiento y tedio a los que lo rodean dejándolos malhumorados y enfermizos luego de establecido el contacto; las esponjas actúan exactamente igual solo que, a diferencia del vampiro la esponja absorbe todo lo negativo que encuentra en los ambientes.
Los seres humanos somos Espíritus en un vehículo denso que es el cuerpo, eso hace que nuestro ser real predomine en las acciones previo a las que son ejecutadas por la materia y eso hace que, tanto en el caso del que absorbe lo positivo como el que absorbe lo negativo, seamos nosotros mismos quienes nos tornemos receptivos a tales energías atrayéndolas y procesandolas a través del complejo de cuerpos que es el periespíritu. Por eso, el que sintoniza las cosas del mundo, en perfecta nivelación al bajo astral se empapa con las energías fétidas de las regiones inferiores, casi son alcantarillas del mundo espiritual. La educación pretende enseñar ésto a los médiums y así, conjunto a la espiritualización permitir al individuo poder hacer una mejor selección de las energías a las que se va a poner receptivo y va a asimilar, de resto, todo ocurre fuera de control del individuo llegando incluso a poner bajo riesgo la propia vida. En resumen, ésto ocurre por negligencia espiritual. En el mundo espiritual los seres de las tinieblas precisan de provocar conflictos y desequilibrios tanto psíquicos como emocionales para absorber las energías que drenan del sujeto-víctima, mientras que los del astral elevado estimulan buenas sensaciones y pensamientos haciendo elección de un mejor alimento. Ya recordaremos en el presente tema aquel refrán que dice: "eres lo que comes" y reiteramos aquel "todo me es lícito pero no todo conviene". Excepto cuando hay pureza espiritual, los seres humanos somos propensos a canalizar toda la energía negativa de los ambientes, por ese motivo, existe la necesidad continua de pedir auxilio a los Espíritus para ayudarnos a aligerar los efectos de nuestra negligencia.
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.