Es perfectamente sensata la pregunta porque es esa una creencia muy popularizada hoy en día entre gente de corazón muy emotivo religiosamente, humilde en su comprensión respecto a la naturaleza y capacidad del Espíritu una vez liberado del cuerpo. En el lugar donde yo inicié mi caminar también se colocaba el cigarro que tiene una hoja más fina y éste se consumía por sí solo, a ese hecho se asumía que los Espíritus lo estaban fumando pero la verdad es que al tener una hoja más fina, al contacto con el aire sencillamente se manifiesta un fenómeno explicado por la física, por ende, con o sin Espíritu, la hoja tiende a consumirse; en el caso del tabaco que se utiliza comúnmente la hoja es más gruesa y presenta menos ventilación por lo que hace falta un poco de auxilio en ese proceso, de ahí la alternativa que muchos usan ya sea de utilizar una perita para soplar y avivar el fuego o meterlo en un incensario.
No obstante, lo que yo estoy mencionando habla de combustión, no de Espíritus fumando, para lo cual necesitan de un mediador de éste plano que es un cuerpo físico, de ahí deriva la ansiedad que muchos hombres y mujeres que andan con Espíritus fumadores sienten para fumar, siendo que en el momento en que están fumando se yuxtaponen a los órganos implicados y consigue revivir las sensaciones que tuvieron en el cuerpo, siendo que se torna la única vía para saciarse una vez han pasado al otro lado donde ese recurso no existe. En base a éste mismo mecanismo se explican otros procesos de influencia para satisfacer ciertos vicios como ocurre en el caso del alcohol y otras drogas, también ocurre en el sexo y la otros vicios de carácter psicológico como son el sadismo arrinconando al influenciado a sentir pasión por humillar y agredir a otros; todo eso se considera como influencias negativas ya que un Espíritu de Luz no debe presentar esos apegos y menos dominar la voluntad de un vivo, y se descubren con facilidad ya que cuando un fumador se acerca la persona siente ansiedad por fumar y el sabor del tabaco ardiendo no tarda en reproducirse en su boca, prueba evidente de que ya se ha yuxtapuesto, preparado para saborear; en el alcohol ocurre igual solo que, en la medida que el licor adormece los sentidos él asume el control y pide más y más; en el sexo se descubren por la manifestación lujuriosa que no puede evadirse bajo voluntad, una libido desbordante, y en el momento del orgasmo se manifiesta una leve posesión que es ahí donde muchos se dan cuenta de que algo anda mal, también se reporta desvíos sensoriales como heterosexuales que ya no sienten placer por las vías convencionales y se inclinan por la homosexualidad para saciar el vicio que parte de influencias espirituales. En el caso del sadismo es más sutil, ya que solo se observan modificaciones leves en cuanto a pensamiento hasta que se hace palpable y se dice que la persona está posesa.
En fin, tú tienes que definir si lo que quieres ofrendar como "simpatía" es el humo del tabaco o literalmente el tabaco ya que para ofrendar humo hay muchas vías y gratamente existen muchos humos aromáticos como los que proceden del incienso y ciertas hierbas aromáticas siendo el tabaco una entre ese montón. Si ofrendas el tabaco, tendrás que fumarlo, de ahí viene ese mandato que algunos Espíritus hacen alegando "¡tienes que fumar!" ya que su labor se realiza a cambio de la saciedad de sus necesidades, de los hábitos que cultivaron mientras estaban con vida y ahora en el más allá no consiguen controlar. Entonces, ¿hay el Espíritu que quiere fumar? ¡sí! ¿hay el Espíritu que quiere beber? ¡sí! ¿hay el Espíritu que quiere sexo? ¡sí! y podemos seguir por ahí afirmando algo que desde antes de que Moisés sacara a su pueblo de Egipto ya se venía enseñando.
Por último, a los Espíritus les suele ser grata la voluntad de quienes ofrendan, aunque no puedan fumar los tabacos puedes colocarlos ahí en ofrenda, serán una propiedad física suya aunque si el Espíritu acepta eso cabe reflexionar sobre el grado de evolución que tenga dicho Espíritu para aferrarse a objetos físicos ya que eso puede ahorrar posibles problemas futuros.
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.