Reforma íntima y las pequeñas buenas acciones
¿Usted da valor a las pequeñas acciones? ¿Piensa que las pequeñas buenas acciones tienen algún mérito? Hago la pregunta porque oigo personas decir que no hacen caridad porque no tienen condiciones ideales. Lo que podrían hacer es muy poco, en la visión de ellas. Yo creo en el valor de las pequeñas acciones. No espere que yo le enseñe cómo practicar la caridad, o que le dé consejos de cómo practicar pequeñas buenas acciones todos los días. No tengo moral para eso. Lo que yo mismo práctico, en lo cotidiano, es casi nada; muy lejos de lo razonable.
Todavía no soy un hombre cariñoso. Pero sé analizar y reconocer la dimensión que una pequeña acción puede alcanzar. Cuando se planta una semilla, el fruto nos devuelve muchas semillas. Estas semillas, una por una, producirán otros frutos que devolverán muchas otras semillas. Y así sucesivamente. Las semillas se multiplican.
Todo en la Vida es multiplicación. Observe sus pensamientos. Cada nuevo aprendizaje produce más pensamientos en su mente. Estos pensamientos, a su vez, producirán muchos otros. Para que usted aprenda cosas nuevas sus pensamientos necesitan crecer. Y ellos crecen y se multiplican. “Creced y multiplicaos”, ¿recuerda? Está allá en el comienzo de la biblia, mientras todavía solo estaban Adán y Eva. No estoy diciendo que ellos existieron de hecho, pero el simbolismo es verdadero…
¿Usted ya pasó por algún momento de gran preocupación y duda? Entonces usted sabe que cada duda da origen a otras dudas; y estas otras provocan otras, y así adelante. ¿No es verdad? ¿Usted ya notó que gran parte de los artistas desarrolla más de un arte? Es que sus dones se multiplican, uno dando origen a otros. Con el dinero en el ahorro ocurre lo mismo. El capital gana intereses, y esos intereses rendirán más intereses, y estos más intereses, y por ahí va.
Cuando un lector gusta mucho de un artículo que escribo, indica a sus amigos. Estos, cuando también gustan, envían a sus amigos. Todo se multiplica. Es exactamente eso lo que ocurre con sus buenas acciones, por menores que sean. Una buena actitud suya para con alguien, en el inicio del día, puede mejorar el día de esa persona, que va a transmitir esa actitud positiva para otras, generando una reacción en cadena.
Si usted es capaz de grandes acciones en beneficio del prójimo, optimo. Pero si todavía no llegó en ese punto, no deje de hacer pequeñas buenas acciones pensando que ellas no tienen gran valor. No se olvide de que la reforma intima, para ser sólida, precisa ser pautada en cambios de patrón de pensamiento, palabra y acción.
Sea más cuidadoso con sus pensamientos, todo comienza con ellos. Usted debe recordar eso todos los días de su vida. Así como alguien que práctica musculación debe entrenar siempre para mantener sus músculos fuertes, nosotros debemos ser recordados constantemente de que debemos vigilar nuestros pensamientos. Y transforme por lo menos algunos de sus buenos pensamientos en buenas palabras y buenas acciones. Es natural que ellos se multipliquen. Tanto en usted mismo como en los otros. Todo en la Vida sigue las mismas leyes, los mismos principios. Valore sus pequeñas buenas acciones. Ellas cargan en sí el mismo potencial de las acciones más meritorias que usted conoce.
Todavía no soy un hombre cariñoso. Pero sé analizar y reconocer la dimensión que una pequeña acción puede alcanzar. Cuando se planta una semilla, el fruto nos devuelve muchas semillas. Estas semillas, una por una, producirán otros frutos que devolverán muchas otras semillas. Y así sucesivamente. Las semillas se multiplican.
Todo en la Vida es multiplicación. Observe sus pensamientos. Cada nuevo aprendizaje produce más pensamientos en su mente. Estos pensamientos, a su vez, producirán muchos otros. Para que usted aprenda cosas nuevas sus pensamientos necesitan crecer. Y ellos crecen y se multiplican. “Creced y multiplicaos”, ¿recuerda? Está allá en el comienzo de la biblia, mientras todavía solo estaban Adán y Eva. No estoy diciendo que ellos existieron de hecho, pero el simbolismo es verdadero…
¿Usted ya pasó por algún momento de gran preocupación y duda? Entonces usted sabe que cada duda da origen a otras dudas; y estas otras provocan otras, y así adelante. ¿No es verdad? ¿Usted ya notó que gran parte de los artistas desarrolla más de un arte? Es que sus dones se multiplican, uno dando origen a otros. Con el dinero en el ahorro ocurre lo mismo. El capital gana intereses, y esos intereses rendirán más intereses, y estos más intereses, y por ahí va.
Cuando un lector gusta mucho de un artículo que escribo, indica a sus amigos. Estos, cuando también gustan, envían a sus amigos. Todo se multiplica. Es exactamente eso lo que ocurre con sus buenas acciones, por menores que sean. Una buena actitud suya para con alguien, en el inicio del día, puede mejorar el día de esa persona, que va a transmitir esa actitud positiva para otras, generando una reacción en cadena.
Si usted es capaz de grandes acciones en beneficio del prójimo, optimo. Pero si todavía no llegó en ese punto, no deje de hacer pequeñas buenas acciones pensando que ellas no tienen gran valor. No se olvide de que la reforma intima, para ser sólida, precisa ser pautada en cambios de patrón de pensamiento, palabra y acción.
Sea más cuidadoso con sus pensamientos, todo comienza con ellos. Usted debe recordar eso todos los días de su vida. Así como alguien que práctica musculación debe entrenar siempre para mantener sus músculos fuertes, nosotros debemos ser recordados constantemente de que debemos vigilar nuestros pensamientos. Y transforme por lo menos algunos de sus buenos pensamientos en buenas palabras y buenas acciones. Es natural que ellos se multipliquen. Tanto en usted mismo como en los otros. Todo en la Vida sigue las mismas leyes, los mismos principios. Valore sus pequeñas buenas acciones. Ellas cargan en sí el mismo potencial de las acciones más meritorias que usted conoce.
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.