Mediumnidad en la Umbanda
La mediumnidad es compromiso asumido en la Espiritualidad, antes incluso de reencarnarse. Es como si dejásemos una autorización al mundo espiritual para que, cuando llegada cierta hora, podamos servir de “enlace de comunicación” (instrumento) para los espíritus poder comunicarse.
¿Por qué entonces, tantas veces la mediumnidad no es practicada? Algunas veces porque este compromiso es olvidado o camuflajeado frente de la sociedad que generalmente mira la Umbanda con gran preconcepto.
Mediumnidad para la mayoría de los umbandistas es sinónimo de mucha lucha, resignación y sacrificio; por otro lado, a lo largo del camino, nos proporciona una inmensa certeza del deber cumplido. Los médiums de Umbanda son aquellos que vienen con su periespíritu preparado para ser instrumento de comunicación, orientación o cura en los trabajos umbandistas. Citaremos ahora algunos “tipo” de médiums:
Médium de comunicación: son aquellos que incorporan en la Umbanda. Caboclos, Negros Viejos, Exus, Baianos y otros tipos de Entidades como por ejemplo entidades de la Línea del Oriente, de la cura (José de Arimatéia). Su función es procurar el mejoramiento para ser buenos instrumentos, evolucionando cada día, intentando apartarse de sus errores, vicios, actitudes de maldad, envidia, orgullo y vanidad.
Médiums de Orientación: son los que tienen facilidad en el esclarecimiento de personas dentro del trabajo de Umbanda. Algunos jamás incorporan, pero, son usados para orientar y encaminar Entidades Espirituales en el trabajo de “transporte” debido a su preparación moral y espiritual ya traídos de otras vidas. Su función es no dejarse abatir delante de situaciones difíciles dentro del trabajo, donando energía cuando sea necesario a aquellos que estuviesen precisando.
Médiums de Cura: son aquellos que más allá de trabajar con sus entidades habituales, pueden ser usados en casos de enfermedades, por entidades curadoras que a través del médium actúan sobre el enfermo. Su función es dar condiciones para la entidad disfrutar de su energía para recuperación y alivio de la enfermedad. Esta energía después es repuesta naturalmente.
Algunas personas llegan al Centro por “amor”, otras por el “dolor” y otras todavía por la “obsesión”.
Todos deben tener consciencia y responsabilidad para saber que antes de asumirse un lugar en los trabajos de una Casa de Umbanda, es preciso tener madurez; o sea, procurar aprender antes y practicar después; para que cuando la caridad sea practicada, exista responsabilidad y no ocurra el entra y sale de médiums, tan frecuentes en los Terreiros.
Cuando un médium ingresa en un Terreiro, es un enlace a más allá que se liga en la corriente mediumnica de la casa, y pasa a tener deberes y obligaciones, tales como: equilibrarse al máximo para que la corriente no pierda el equilibrio, pues cuando un enlace se quiebra, todos caen juntos; aprovechar las giras para intercambiar energía con sus entidades (con la práctica pasa a sentir y reconocer sus vibraciones); hacer baños de defensa en el día del trabajo, acompañado de vela para el ángel de la guarda; no comer carne en el día del trabajo; no practicar actos sexuales 24 horas antes del trabajo; venir con ropa blanca designada por la casa; venir sin “baratijas”, tales como: relojes, pendientes, pulseras, anillos, diademas, hebillas, etc. (las entidades precisan apenas de los médiums, no de sus adornos); venir sin maquillaje; seguir el reglamento de la casa, como horarios entre otros; cuando incorporar, ser responsable por el material utilizado por su “guía”, como velas, guías, etc.
Los que llegan por el “dolor”, o sea, llegan a través de algún problema que interrumpe su vida, su trabajo o su salud, deben ser tratados hasta que se sientan curados del problema que los afligía y ahí entonces, si tuvieran disposición y voluntad, pueden hacer parte de la corriente, primero estudiando los trabajos, analizando y teniendo la certeza que es lo que realmente quiere.
Por último, los médiums que llegan a través de la obsesión precisan ser cuidadosamente orientados, tratados y energizados, bien como la entidad obsesora. Con el tiempo, cuando ocurriese el apartamiento de la entidad, fatalmente habrá la mejora del médium y de ahí llega la hora de la recomposición de la energía perdida, principalmente actuando en los chacras y en el aura del paciente. En la Umbanda uno de los tratamientos de desobsesión es hecho a través del “Transporte” que consiste en transferir la entidad que acompaña al paciente para un médium preparado que dé condiciones para la entidad manifestarse.
Generalmente, el primer paso para el médium dentro del trabajo de Umbanda es ser “cambono”, o sea, ayudar la entidad que está atendiendo las personas.
Cuando un médium está cambonando debe entender que incluso que el Caboclo (Negro Viejo, Criança o Exu) esté conversando con otras personas durante el trabajo, la entidad continua actuando en él, ayudando en su desenvolvimiento. Poco a poco, con el pasar del tiempo, los médiums que fuesen de incorporación comenzarán a sentir las vibraciones de las entidades que comienzan a aproximarse a su mente y su cuerpo. Algunos se asustan, otros se retraen, otros comienzan a inventar pasos para la entidad, y ahí comienza un periodo enorme de inseguridad para el médium en desarrollo. Los cuestionamientos comienzan: “¿Será que soy yo o la entidad?” esta es la pregunta más frecuente en la iniciación de los médiums, porque incluso sintiendo que realmente existe una fuerza mayor junto de él, él no entiende cómo puede oír, o ver, o saber lo que está siendo hecho. Ahora, sería muy fácil si simplemente la consciencia desapareciese y las entidades trabajasen solas, pero ¿dónde estaría la responsabilidad del médium? ¿Cómo iría a evolucionar? ¿Cómo iría a aprender? En la Umbanda la mayoría de los médiums tienen consciencia de lo que pasa; algunos tienen semi-consciencia y rarísimos son inconscientes.
Los que oyen y ven lo que sienten durante el trabajo, en el comienzo se sienten inseguros; pero con el paso del tiempo, la mayor prueba que se tiene de la presencia de la entidad es el resultado del trabajo junto a los pacientes. ¿Cuál es la fórmula mágica que el médium consciente tiene que alcanzar correctamente y no mistificar? Vea estos consejos: “Sea sincero, luz y caridad con usted mismo; si usted no se engaña, no engañará a nadie”. Coloque en su subconsciente que no es usted que va a trabajar y sí la entidad. Libere su energía en favor de éste trabajo y sea un buen instrumento. No quiera pasar frente de los Caboclos y colocar “su” voluntad en práctica. No quiera imitar a otros médiums, usted tiene su individualidad y su entidad también. Ejemplo: no es porque una entidad llega y se arrodilla es que todos necesitan hacer lo mismo. Cada entidad tiene su propia personalidad. Cabe al médium dejar que ella se manifieste.
Los médiums semi-conscientes son aquellos que a veces oyen, a veces ven. Precisan tener equilibrio para no interrumpir la comunicación. Interesante es que en casi la totalidad de las veces al termino del trabajo guardan solamente frases sueltas, incoherentes, no recordando los casos que atendió o que mirongas prescribió.
Los médiums inconscientes son aquellos que no oyen, no ven, o sea, no tienen ningún control en la comunicación.
Son médiums que tiene mucha dificultad en su desarrollo pues cuando son “jalados” en la gira, sienten como si se estuviesen cayendo en un agujero profundo, y se angustian. Por no tener control en la comunicación, no son aconsejados para tipos de trabajo de desobsesión como el “transporte”.
Existen también los que posee la videncia, la audiencia, la intuición (a veces por pensamientos, a veces por sueños), el transporte (médiums que salen del cuerpo físico y van para otros lugares), de efectos físicos, de materialización, etc.
La mediumnidad, cuando desarrollada en un Terreiro de Umbanda donde la seriedad y la responsabilidad son factores constantes, tienen un camino muy bonito; pero cuando esto no ocurre, existe un gran peligro en este médium de quedar completamente desequilibrado llegando muchas veces hasta la obsesión. Otro factor de mucho peligro es la incorporación sola, en casa (fuera del Congá). Existe una gran posibilidad de, con el pasar del tiempo, el médium pensar que está incorporando un Caboclo y en la verdad ser otro tipo de entidad (mistificador o juguetón).
En cuanto a las vibraciones que sentimos en el desarrollo, podemos dar un aspecto general. Recordando que no es regla.
Caboclos de Xangó: vibración en las manos y piernas. Peso como si fuese mayor que el médium. Impresión de fuerza.
Caboclos de Oxossi: vibración en la región de la nuca. Generalmente llegan quietos. Traen vibraciones de firmeza.
Caboclos de Ogum: generalmente llegan con grito de guerra. Caboclos más agitados, con gestos menos suaves.
Caboclos de Iemanjá: comienzan balanceando el cuerpo del médium, como las aguas del mar. Las caboclas danzan y giran limpiando las vibraciones negativas de las personas y del ambiente. Emiten energía a través de las manos, en el oscilar de los dedos. Traen paz.
Pretos Velhos – negros viejos – (Iofá, Torimá): vibración en las costas, que se curvan y pesan, piernas y manos que tiemblan.
Crianças (Cosme y Damián, Yori): vibración de alegría. Voluntad de reír, cantar. Alegría por estar allí.
Los baños de defensa ayudan mucho en el desenvolvimiento mediúmnico, siempre que usados con precaución. Cada hierba tiene su fuerza y su magia. Cada energía sirve para determinado objetivo.
Por esto los baños no deben ser hechos sin orientación. Existen baños que pueden ser echados de la cabeza a los pies, mientras otros solamente del cuello para abajo.
En la altura de la nuca de cada médium, existe una glándula (punto) llamado hipófisis, que es la responsable por el desenvolvimiento mediúmnico. Es el punto de intercambio directo con la Espiritualidad. En este punto, los Caboclos trabajan cuando van a sacar o expulsar una entidad – juntamente con el chacra frontal.
Cuando un médium es mal orientado y echa en la cabeza cualquier tipo de baño (inclusive baños fuertes de descarga) puede desequilibrar totalmente la energía del periespíritu llevando al médium al desgaste físico y mental, quedando muchas veces enfermo.
Los baños deben ser orientados por las entidades para alcanzar buenos resultados. Algunos pueden hasta ser hechos cuando se tiene oportunidad, como por ejemplo, el baño de cascada y el de mar.
Nosotros, médiums de la Umbanda, debemos respetar y amar las entidades que trabajan en esa línea y en esa casa, porque no es por acaso que un grupo se encuentra; ni de entidades ni de médiums.
Muchas veces nos parece difícil, casi imposible continuar la marcha; pero Zambi nunca nos dará una cruz más pesada de la que podamos soportar.
Que Oxalá nos una, que los Orixás nos bendigan y que nuestros Caboclos y Pretos Velhos – negros viejos – nos orienten hasta nuestra vuelta para Aruanda.
¿Por qué entonces, tantas veces la mediumnidad no es practicada? Algunas veces porque este compromiso es olvidado o camuflajeado frente de la sociedad que generalmente mira la Umbanda con gran preconcepto.
Mediumnidad para la mayoría de los umbandistas es sinónimo de mucha lucha, resignación y sacrificio; por otro lado, a lo largo del camino, nos proporciona una inmensa certeza del deber cumplido. Los médiums de Umbanda son aquellos que vienen con su periespíritu preparado para ser instrumento de comunicación, orientación o cura en los trabajos umbandistas. Citaremos ahora algunos “tipo” de médiums:
Médium de comunicación: son aquellos que incorporan en la Umbanda. Caboclos, Negros Viejos, Exus, Baianos y otros tipos de Entidades como por ejemplo entidades de la Línea del Oriente, de la cura (José de Arimatéia). Su función es procurar el mejoramiento para ser buenos instrumentos, evolucionando cada día, intentando apartarse de sus errores, vicios, actitudes de maldad, envidia, orgullo y vanidad.
Médiums de Orientación: son los que tienen facilidad en el esclarecimiento de personas dentro del trabajo de Umbanda. Algunos jamás incorporan, pero, son usados para orientar y encaminar Entidades Espirituales en el trabajo de “transporte” debido a su preparación moral y espiritual ya traídos de otras vidas. Su función es no dejarse abatir delante de situaciones difíciles dentro del trabajo, donando energía cuando sea necesario a aquellos que estuviesen precisando.
Médiums de Cura: son aquellos que más allá de trabajar con sus entidades habituales, pueden ser usados en casos de enfermedades, por entidades curadoras que a través del médium actúan sobre el enfermo. Su función es dar condiciones para la entidad disfrutar de su energía para recuperación y alivio de la enfermedad. Esta energía después es repuesta naturalmente.
–Médiums en desarrollo–
Algunas personas llegan al Centro por “amor”, otras por el “dolor” y otras todavía por la “obsesión”.
Todos deben tener consciencia y responsabilidad para saber que antes de asumirse un lugar en los trabajos de una Casa de Umbanda, es preciso tener madurez; o sea, procurar aprender antes y practicar después; para que cuando la caridad sea practicada, exista responsabilidad y no ocurra el entra y sale de médiums, tan frecuentes en los Terreiros.
Cuando un médium ingresa en un Terreiro, es un enlace a más allá que se liga en la corriente mediumnica de la casa, y pasa a tener deberes y obligaciones, tales como: equilibrarse al máximo para que la corriente no pierda el equilibrio, pues cuando un enlace se quiebra, todos caen juntos; aprovechar las giras para intercambiar energía con sus entidades (con la práctica pasa a sentir y reconocer sus vibraciones); hacer baños de defensa en el día del trabajo, acompañado de vela para el ángel de la guarda; no comer carne en el día del trabajo; no practicar actos sexuales 24 horas antes del trabajo; venir con ropa blanca designada por la casa; venir sin “baratijas”, tales como: relojes, pendientes, pulseras, anillos, diademas, hebillas, etc. (las entidades precisan apenas de los médiums, no de sus adornos); venir sin maquillaje; seguir el reglamento de la casa, como horarios entre otros; cuando incorporar, ser responsable por el material utilizado por su “guía”, como velas, guías, etc.
Los que llegan por el “dolor”, o sea, llegan a través de algún problema que interrumpe su vida, su trabajo o su salud, deben ser tratados hasta que se sientan curados del problema que los afligía y ahí entonces, si tuvieran disposición y voluntad, pueden hacer parte de la corriente, primero estudiando los trabajos, analizando y teniendo la certeza que es lo que realmente quiere.
Por último, los médiums que llegan a través de la obsesión precisan ser cuidadosamente orientados, tratados y energizados, bien como la entidad obsesora. Con el tiempo, cuando ocurriese el apartamiento de la entidad, fatalmente habrá la mejora del médium y de ahí llega la hora de la recomposición de la energía perdida, principalmente actuando en los chacras y en el aura del paciente. En la Umbanda uno de los tratamientos de desobsesión es hecho a través del “Transporte” que consiste en transferir la entidad que acompaña al paciente para un médium preparado que dé condiciones para la entidad manifestarse.
Generalmente, el primer paso para el médium dentro del trabajo de Umbanda es ser “cambono”, o sea, ayudar la entidad que está atendiendo las personas.
Cuando un médium está cambonando debe entender que incluso que el Caboclo (Negro Viejo, Criança o Exu) esté conversando con otras personas durante el trabajo, la entidad continua actuando en él, ayudando en su desenvolvimiento. Poco a poco, con el pasar del tiempo, los médiums que fuesen de incorporación comenzarán a sentir las vibraciones de las entidades que comienzan a aproximarse a su mente y su cuerpo. Algunos se asustan, otros se retraen, otros comienzan a inventar pasos para la entidad, y ahí comienza un periodo enorme de inseguridad para el médium en desarrollo. Los cuestionamientos comienzan: “¿Será que soy yo o la entidad?” esta es la pregunta más frecuente en la iniciación de los médiums, porque incluso sintiendo que realmente existe una fuerza mayor junto de él, él no entiende cómo puede oír, o ver, o saber lo que está siendo hecho. Ahora, sería muy fácil si simplemente la consciencia desapareciese y las entidades trabajasen solas, pero ¿dónde estaría la responsabilidad del médium? ¿Cómo iría a evolucionar? ¿Cómo iría a aprender? En la Umbanda la mayoría de los médiums tienen consciencia de lo que pasa; algunos tienen semi-consciencia y rarísimos son inconscientes.
Los que oyen y ven lo que sienten durante el trabajo, en el comienzo se sienten inseguros; pero con el paso del tiempo, la mayor prueba que se tiene de la presencia de la entidad es el resultado del trabajo junto a los pacientes. ¿Cuál es la fórmula mágica que el médium consciente tiene que alcanzar correctamente y no mistificar? Vea estos consejos: “Sea sincero, luz y caridad con usted mismo; si usted no se engaña, no engañará a nadie”. Coloque en su subconsciente que no es usted que va a trabajar y sí la entidad. Libere su energía en favor de éste trabajo y sea un buen instrumento. No quiera pasar frente de los Caboclos y colocar “su” voluntad en práctica. No quiera imitar a otros médiums, usted tiene su individualidad y su entidad también. Ejemplo: no es porque una entidad llega y se arrodilla es que todos necesitan hacer lo mismo. Cada entidad tiene su propia personalidad. Cabe al médium dejar que ella se manifieste.
Los médiums semi-conscientes son aquellos que a veces oyen, a veces ven. Precisan tener equilibrio para no interrumpir la comunicación. Interesante es que en casi la totalidad de las veces al termino del trabajo guardan solamente frases sueltas, incoherentes, no recordando los casos que atendió o que mirongas prescribió.
Los médiums inconscientes son aquellos que no oyen, no ven, o sea, no tienen ningún control en la comunicación.
Son médiums que tiene mucha dificultad en su desarrollo pues cuando son “jalados” en la gira, sienten como si se estuviesen cayendo en un agujero profundo, y se angustian. Por no tener control en la comunicación, no son aconsejados para tipos de trabajo de desobsesión como el “transporte”.
Existen también los que posee la videncia, la audiencia, la intuición (a veces por pensamientos, a veces por sueños), el transporte (médiums que salen del cuerpo físico y van para otros lugares), de efectos físicos, de materialización, etc.
La mediumnidad, cuando desarrollada en un Terreiro de Umbanda donde la seriedad y la responsabilidad son factores constantes, tienen un camino muy bonito; pero cuando esto no ocurre, existe un gran peligro en este médium de quedar completamente desequilibrado llegando muchas veces hasta la obsesión. Otro factor de mucho peligro es la incorporación sola, en casa (fuera del Congá). Existe una gran posibilidad de, con el pasar del tiempo, el médium pensar que está incorporando un Caboclo y en la verdad ser otro tipo de entidad (mistificador o juguetón).
En cuanto a las vibraciones que sentimos en el desarrollo, podemos dar un aspecto general. Recordando que no es regla.
Caboclos de Xangó: vibración en las manos y piernas. Peso como si fuese mayor que el médium. Impresión de fuerza.
Caboclos de Oxossi: vibración en la región de la nuca. Generalmente llegan quietos. Traen vibraciones de firmeza.
Caboclos de Ogum: generalmente llegan con grito de guerra. Caboclos más agitados, con gestos menos suaves.
Caboclos de Iemanjá: comienzan balanceando el cuerpo del médium, como las aguas del mar. Las caboclas danzan y giran limpiando las vibraciones negativas de las personas y del ambiente. Emiten energía a través de las manos, en el oscilar de los dedos. Traen paz.
Pretos Velhos – negros viejos – (Iofá, Torimá): vibración en las costas, que se curvan y pesan, piernas y manos que tiemblan.
Crianças (Cosme y Damián, Yori): vibración de alegría. Voluntad de reír, cantar. Alegría por estar allí.
Los baños de defensa ayudan mucho en el desenvolvimiento mediúmnico, siempre que usados con precaución. Cada hierba tiene su fuerza y su magia. Cada energía sirve para determinado objetivo.
Por esto los baños no deben ser hechos sin orientación. Existen baños que pueden ser echados de la cabeza a los pies, mientras otros solamente del cuello para abajo.
En la altura de la nuca de cada médium, existe una glándula (punto) llamado hipófisis, que es la responsable por el desenvolvimiento mediúmnico. Es el punto de intercambio directo con la Espiritualidad. En este punto, los Caboclos trabajan cuando van a sacar o expulsar una entidad – juntamente con el chacra frontal.
Cuando un médium es mal orientado y echa en la cabeza cualquier tipo de baño (inclusive baños fuertes de descarga) puede desequilibrar totalmente la energía del periespíritu llevando al médium al desgaste físico y mental, quedando muchas veces enfermo.
Los baños deben ser orientados por las entidades para alcanzar buenos resultados. Algunos pueden hasta ser hechos cuando se tiene oportunidad, como por ejemplo, el baño de cascada y el de mar.
Nosotros, médiums de la Umbanda, debemos respetar y amar las entidades que trabajan en esa línea y en esa casa, porque no es por acaso que un grupo se encuentra; ni de entidades ni de médiums.
Muchas veces nos parece difícil, casi imposible continuar la marcha; pero Zambi nunca nos dará una cruz más pesada de la que podamos soportar.
Que Oxalá nos una, que los Orixás nos bendigan y que nuestros Caboclos y Pretos Velhos – negros viejos – nos orienten hasta nuestra vuelta para Aruanda.
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.