Trance Mediúmnico

Trance Mediúmnico 4253

La mediumnidad es un fenómeno espiritual que ocurre con bastante más frecuencia de lo que muchas personas imaginan.
Potencialmente, todos somos médiums. O sea, la mediumnidad es una condición natural del ser humano, pues se trata de una facultad inherente al espíritu. En este sentido, ella forma parte de la naturaleza del hombre y, por tanto, no hay nada de sobrenatural.
Quiero poner de relieve en este artículo que la mediumnidad no es propiedad de los espíritas, es decir, no ha sido inventada por el espiritismo como muchos creen. Igual que el inconsciente no es propiedad de los psicoanalistas por el hecho de que Sigmund Freud, el creador del psicoanálisis, haya estudiado el inconsciente, la mediumnidad no es privilegio exclusivo de los espíritas. En este sentido, la manifestación mediúmnica siempre ha existido en todos los tiempos, en todos los países occidentales y orientales y en todas las religiones. Los Chamanes y los pueblos primitivos de la antigüedad se comunicaban con los espíritus de sus antepasados a través de la mediumnidad.

Lamartine Palhano Jr., autor del libro Trance y Mediumnidad, recuerda que el espíritu humano no está prisionero en el cuerpo como si estuviese dentro de una caja. Él se irradia por todos los lados, pudiendo recibir y emitir irradiaciones mentales (pensamientos) de niveles diferentes, adoptando aquellos pensamientos que le son más afines. Así, somos potencialmente médiums y, si no tenemos la debida vigilancia, corremos el riesgo de estar viviendo el pensamiento de otro, y no el nuestro propio.
Él recuerda además que la mediumnidad es un tipo de trance y que ese trance puede ser provocado de forma mediúmnica por espíritus buenos y malos y por inducción hipnótica.

En mi práctica clínica, en mi consultorio, es muy común que mis pacientes entren en trance mediúmnico (estado alterado de consciencia) después de la inducción hipnótica y mediante la acción de los espíritus de elevada o de poca evolución.
Debido a esto, en la entrevista inicial de evaluación, permanezco atento a las quejas de dolores y dolencias relatadas por los pacientes que, aun habiendo pasado por todos los exámenes médicos necesarios, no han encontrado para sus quejas ninguna causa de origen orgánico.
Muchos de ellos descubren, al pasar por la regresión, que tienen una mediumnidad abierta. He podido observar el siguiente cuadro clínico presentado por esos pacientes:
Like a Star @ heaven Dolores en el cuerpo que se manifiestan ya en un lugar, ya en otro;
Like a Star @ heaven Frío en las extremidades de las manos y de los pies;
Like a Star @ heaven Síntomas varios de dolencias, caída de tensión arterial, falta de aire, estremecimientos;
Like a Star @ heaven Dolores en la nuca, mareos y cabeza pesada;
Like a Star @ heaven Escalofríos por todo el cuerpo, llegando a presentar fiebre, aunque sin foco infeccioso alguno;
Like a Star @ heaven Inestabilidad emocional: agitación, nerviosismo, impaciencia, crisis de llanto, depresión sin causa aparente.

A continuación, léase el caso de una paciente cuya inestabilidad emocional era resultante de su mediumnidad.


Caso Clínico: Interferencia espiritual
Mujer de 25 años, soltera.


La paciente acudió a mí porque venía padeciendo dolores en la nuca, cabeza pesada, mucho frío en las extremidades de manos y pies, crisis de llanto, temblores en los ojos, las pupilas dilatadas, cejas del lado derecho contraídas, estremecimientos (del lado derecho del cuerpo), y sensación de quedar fuera de sí.

Había hecho todos los exámenes médicos necesarios, pero estos no habían acusado nada. Esos síntomas físicos se manifestaron tras el fallecimiento de su hermano. Estaba muy encariñada con él y no se conformaba con su muerte. Tenía muchas ganas de morir, de irse, aunque no pensase en el suicidio. Lloraba de añoranza, tristeza, tenía ganas de dormir y no volver a despertar. Su deseo era reencontrarse con su hermano. Después de la muerte de éste, también le venían muchas ganas de tomar agua (cuando estaba ingresado en el hospital el hermano sentía mucha sed). Al hacer regresión me relató:

Estoy viendo mi casa, es un castillo, es muy bonito. Veo un portal dorado y un jardín. Vivimos aquí. En esa existencia pasada, mi hermano es mi marido. Somos muy felices, nos amamos mucho. Él lleva unas vestiduras en rojo y dorado, medias blancas, zapatos dorados, pluma en el sombrero. Me sonríe. Yo tengo el cabello negro, mi vestido es largo, blanco y florido. Tengo 19 años, soy clara (pausa).

-Avanza más adelante en esa escena – le pido.
Estamos paseando en el jardín, tomados de la mano. Él está siempre sonriéndome; nos amamos mucho. Veo también muchas personas trabajando para nosotros, son nuestros criados.

-Pide mentalmente a tu mentor espiritual que explique el por qué de esas manifestaciones físicas en tu vida actual – le pido (pausa).
Estoy viendo un hombre vestido de blanco, acompañado de otras personas. Mi hermano está con ellas (comienza a llorar). Todos visten ropas blancas, excepto él, que lleva un vestido largo, azul claro. Están todos aquí, en el consultorio. Él está mirando para mí. No consigo ver su rostro. Él no dice nada, creo que no puede hablar. Esas entidades espirituales son hombres y mujeres, nueve en total. Uno de ellos, un hombre bastante alto y fuerte habla conmigo, pero yo no consigo comunicarme, no entiendo lo que él dice – no mueve los labios.

-Para comunicarte con las entidades espirituales, sírvete del pensamiento. Pregúntale a él mentalmente el por qué de tus manifestaciones físicas – le pido.
El hombre alto y fuerte es el mentor espiritual de mi hermano. Se encuentra a mi lado derecho, me llama hija y dice que yo tengo una misión de vida. Dice que sabré cuál es esa misión a su debido tiempo. La misión es espiritual. Dice también que mi hermano todavía sufre con su partida. Mi hermano está muy emocionado (la paciente llora mucho). Afirma que está siempre junto a mí aquí en la vida terrena y no consigue todavía desprenderse. Esto explica mis manifestaciones físicas. Es siempre muy difícil conducirlo de vuelta a lo astral. El mentor dice además que debo prepararme espiritualmente para que un día yo pueda hablar con mi hermano sin intermediarios. Nos enteraremos de eso en el momento propicio. Él dice que voy a necesitar mucha fuerza para soportar su ausencia. Dice también que en muchas vidas pasadas, hemos estado juntos, como grandes compañeros (pausa).
Ahora ellos están dándome energía con la imposición de las manos. Veo también a mi guía espiritual. Acaba de llegar. Surge de la nada, no anda, fluctúa. Siempre he sentido su presencia, pero nunca lo había visto. Él está aquí a mi lado derecho, sonriéndome (la paciente me relata esto tendida en el diván). Sus cabellos son ensortijados y su rostro es bastante sereno. Mi hermano está a mi lado izquierdo. Él recibe mucha ayuda de esos espíritus evolucionados (pausa).
El mentor espiritual de mi hermano me dice que tenga mucha calma, paciencia, y que continúe siempre en lo que he emprendido en esta vida actual. Para eso necesito leer mucho, tener fe y rezar bastante.

-¿Te gustaría darle un recado a tu hermano? – Pregunto a la paciente.
Solamente quiero decirle que le quiero mucho (llora emocionada). Mi mentor espiritual me dice que estará siempre conmigo, donde quiera que yo esté. Dice que volverá juntamente con mi hermano en las próximas sesiones. Dice que ahora se marcha, porque mi hermano se tiene que ir (pausa).
Se despide dándome un beso en la frente. Él irradia mucha luz. Mejor dicho, la sala está toda iluminada debido a la presencia de ellos.

Al final de la sesión, la paciente me dijo que estaba muy emocionada y que no conseguía expresar con palabras esa experiencia única, especial, que acababa de vivenciar. Salió de mi consulta con expresión serena y mirada de encantamiento.

_________________
«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal? 
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.