Inicio mediúmnico en la Umbanda

El gran miedo de todo médium que inicia su caminada en la Umbanda es el de la incorporación consciente. Nueve entre diez médiums se sienten inseguros en sus primeras incorporaciones.

Es muy común oír frases del tipo “Yo veo todo, no puedo estar en trance”. La culpa de esta duda que arrasa nuestros Terreiros es de los propios dirigentes que no esclarecen a los iniciantes como es este proceso y de los hermanos más antiguos que insisten en decir que son totalmente inconscientes, tal vez para valorizar su (de ellos) mediumnidad o con miedo de ser tachados de mistificadores.

¡Cálmense todos! Hace muchos años las entidades dejaron de usar la inconsciencia como factor preponderante para el buen trabajo ejercido por el médium. Muy por el contrario, hoy sabemos que 95% de los médiums son conscientes o semi-conscientes. La inconsciencia completa es muy rara y poquísimas veces revelada, justamente para no causar esta inseguridad tan presente en nuestra religión.

Pensemos en el ejemplo del agua mezcla al azúcar. Cuando adicionamos uno al otro tendremos un tercer liquido enteramente modificado, pero con ambos elementos en ésta. Así se procesa la incorporación, la mente del médium aliada a la energía generada por la entidad que se aproxima, se unen en perfecta armonía y consiguen, utilizando los conocimientos de ambos, un trabajo más compacto y correcto. No se cohíban en decir que son conscientes, pues la insistencia de esta postura puede llevarlos a fallas que ahí sí, darán márgenes a la sospechas de mistificación.

En los primeros años de la Umbanda había la necesidad de la inconsciencia, los médiums tenían vergüenza de entregarse al trabajo sin reservas. ¿Cómo dejar que un espíritu se arrastrase por el suelo hablando como niño? ¿O todavía sentase en un banco con un pito en la boca? Era actitudes que asustarían al aparato y lo llevarían a apartar aquella entidad. Con la evolución constante de la ley, todos conocen perfectamente las capas fluidicas que nuestras entidades usan y no existe más la necesidad de ellas esconder de sus médiums la forma con que se presentan.

El cuidado a tomarse en los Terreiros cabe a los dirigentes con información y doctrina abundante para que el viejo fantasma de la inseguridad se aparte de vez de nuestras casas.

Luiz Carlos Pereira

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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal? 
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.