Mediumnidad en 10 lecciones – Por Emmanuel
1-Rinde culto al deber.
No hay fe constructiva donde falta respeto al cumplimiento de las propias obligaciones.
No hay fe constructiva donde falta respeto al cumplimiento de las propias obligaciones.
2-Trabaja espontáneamente.
La mediumnidad es un arado divino que el óxido de la pereza corroe y destruye.
3-No te creas mayor o menor.
Como los arboles fructíferos, esparcidos en el suelo, cada talento mediúmnico tiene su utilidad y su expresión.
4-No esperes recompensas en el mundo.
Las dadivas del Señor, como sean el fulgor de las estrellas y la caricia de la fuente, el fuego de la oración y la bendición del coraje, no tiene precio en la Tierra.
5-No centralices la acción.
Todos los compañeros son llamados a cooperar, en el conjunto de las buenas obras, a fin de que se elijan a la posición de escogidos para tareas más altas.
6-No encarceles en la duda.
Todo bien, mucho antes de externarse por intermedio de este o de aquel intérprete de la verdad, procede, originariamente, de Dios.
7-Estudia siempre.
La luz del conocimiento te arma el espíritu contra las trampas de la ignorancia.
8-No te irrites.
Cultiva la caridad y la blandura, la comprensión y la tolerancia, porque los mensajeros del amor encuentran dificultades enormes para exprimirse con seguridad a través de un corazón, conservado en vinagre.
9-Disculpa incesantemente.
El ácido de la crítica no te empeora la realidad, la plaga del elogio no te altera el modo justo de ser, y, todavía incluso que te categoricen a la cuenta de mistificador o embustero, olvida la ofensa con que te golpean el rostro, y, guardando el tesoro de la consciencia limpia, sigue adelante, en la certeza de que cada criatura percibe la vida desde el punto de vista en que se coloca.
10-No temas a perseguidores.
Acuérdate de la humildad del Cristo y recuerda que, todavía él, ángel en forma de hombre, estaba cercado de adversarios gratuitos y de verdugos crueles, cuando escribió en la cruz, con sudor y lágrimas, el divino poema de la eterna resurrección.
Del libro “Espíritu de la Verdad” – Chico Xavier y Waldo Vieira.
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.