Libros Sagrados
“Los libros sagrados fueron escritos con caracteres sagrados. De Moisés, Daniel, Esdras, Hermes y de los Vedas no poseemos más que un simple reflejo de la verdad; porque hemos perdido los verdaderos caracteres originales; pero no es difícil encontrar en el mundo interno o en la memoria de la Naturaleza la copia original, y algún día vendrá aquél ser que reconstruirá las Sagradas Escrituras de todos los pueblos. Jesús dijo: “Sólo lo que viene de lo alto puede ascender a lo alto”. Los libros sagrados fueron escritos en tres planos o para los tres planos, por letras o signos que tienen también tres planos; pero los hombres disputan en el tercero, letra muerta.
Como en todas las cosas el número tres se impone en toda emanación. El Padre necesita de la Madre para tener al hijo. La unidad está constituida por la trinidad que coexiste simultáneamente en ella.
Toda manifestación debe tener tres planos o tres vías por donde el hombre puede percibir y expresar la vida.
a) El plano Espiritual; relacionado con el pensamiento.
b) El plano Mental, relacionado con el pensador.
c) El plano Físico, relacionado con la imagen pensada.
Estos tres planos de Manifestación, inseparables los unos de los otros, están vinculados a los tres elementos que entran en el lenguaje, así:
a) El Plano Espiritual lo está con la Aritmética.
b) El Plano Mental lo está con la Música.
c) El Plano Físico lo está con la Geometría.
Cada letra del alfabeto tiene estas tres llaves, y por consiguiente, en cada palabra, también, entran los tres elementos mencionados; así,
a) tiene un valor numérico que le es propio,
b) tiene un sonido que le distingue,
c) tiene una figura que le caracteriza.
Las letras del alfabeto son en su origen 22 ideogramas, llamados las 22 puertas del saber. Las letras interpretan el saber antiguo por medio de la palabra que identifica la idea cifrada en ella.
Luego cada letra tiene dos valores para nosotros: El primero se relaciona con la sustancia y es trascendente, que no tiene una correspondencia inmediata en el entendimiento; lo percibimos, pero no lo identificamos.
El segundo es relativo que se identifica con nuestra conciencia, en la que tendrá límites muy reducidos.
En cada letra están cifrados muchos principios que tienen su correspondencia en el hombre y en todo lo que existe en la Naturaleza, porque todo es uno y uno es todo.
Cada letra interpreta principios actuantes, moldes que forman imágenes y fuerzas inteligentes que animan esas imágenes, según el molde en que son formadas.
“Los libros sagrados fueron escritos con caracteres sagrados. De Moisés, Daniel, Esdras, Hermes y de los Vedas no poseemos más que un simple reflejo de la verdad; porque hemos perdido los verdaderos caracteres originales; pero no es difícil encontrar en el mundo interno o en la memoria de la Naturaleza la copia original, y algún día vendrá aquél ser que reconstruirá las Sagradas Escrituras de todos los pueblos. Jesús dijo: “Sólo lo que viene de lo alto puede ascender a lo alto”. Los libros sagrados fueron escritos en tres planos o para los tres planos, por letras o signos que tienen también tres planos; pero los hombres disputan en el tercero, letra muerta.
Como en todas las cosas el número tres se impone en toda emanación. El Padre necesita de la Madre para tener al hijo. La unidad está constituida por la trinidad que coexiste simultáneamente en ella.
Toda manifestación debe tener tres planos o tres vías por donde el hombre puede percibir y expresar la vida.
a) El plano Espiritual; relacionado con el pensamiento.
b) El plano Mental, relacionado con el pensador.
c) El plano Físico, relacionado con la imagen pensada.
Estos tres planos de Manifestación, inseparables los unos de los otros, están vinculados a los tres elementos que entran en el lenguaje, así:
a) El Plano Espiritual lo está con la Aritmética.
b) El Plano Mental lo está con la Música.
c) El Plano Físico lo está con la Geometría.
Cada letra del alfabeto tiene estas tres llaves, y por consiguiente, en cada palabra, también, entran los tres elementos mencionados; así,
a) tiene un valor numérico que le es propio,
b) tiene un sonido que le distingue,
c) tiene una figura que le caracteriza.
Las letras del alfabeto son en su origen 22 ideogramas, llamados las 22 puertas del saber. Las letras interpretan el saber antiguo por medio de la palabra que identifica la idea cifrada en ella.
Luego cada letra tiene dos valores para nosotros: El primero se relaciona con la sustancia y es trascendente, que no tiene una correspondencia inmediata en el entendimiento; lo percibimos, pero no lo identificamos.
El segundo es relativo que se identifica con nuestra conciencia, en la que tendrá límites muy reducidos.
En cada letra están cifrados muchos principios que tienen su correspondencia en el hombre y en todo lo que existe en la Naturaleza, porque todo es uno y uno es todo.
Cada letra interpreta principios actuantes, moldes que forman imágenes y fuerzas inteligentes que animan esas imágenes, según el molde en que son formadas.