"Actualmente existe una ignorancia marcada con respecto a qué es el Espiritismo y cuál es su ubicación dentro del campo filosófico y moral. Las prácticas sincréticas y el fraude han tergiversado su verdadero carácter.
¿Qué ocurre hoy día cuando dices a los demás que tú eres espiritista? ¡La reacción negativa no se hace esperar!
Los religiosos exclaman: “¡Eso es cosa del demonio!” De ahí en adelante te sacan el cuerpo, alejándose de ti lo más posible. Para ellos tú eres satánico, no crees en Dios y sólo te dedicas a hacer el mal a los demás.
Los intelectuales exclaman: “¡Tú estás loco!” “¡Yo no puedo creer que tú seas tan ignorante como para creer en esas cosas!” Para ellos el Espiritismo es una secta religiosa común, cargada de supersticiones, en donde todos los absurdos pueden ser encontrados.
El vulgo exclama: ¡De veras... un adivino! ¿Podrías decirme si me va a ir bien en mi nueva relación amorosa, o si me conviene o no hacer el negocio que tengo en mente? Todos te piden que les predigas el futuro, o les des los próximos números ganadores de la lotería, o remedios mágicos para sus dolencias, o una poción para atraer de regreso a sus examantes.
¡Todas estas reacciones son hijas de la ignorancia craza y franca! Reflejan un desconocimiento total de lo que es el Espiritismo.
El Espiritismo, en realidad, es principalmente una filosofía de vida espiritualista y moralista, apoyada en la demostración científica y racional de la realidad existencial del espíritu y su inmortalidad, estimulando de esa manera al ser humano hacia su renovación intelectual y moral constante.
Los espiritistas, por tanto, NO SON satánicos, ateos, locos, ignorantes, supersticiosos, ni una amenaza para la sociedad a los que hay que perseguir y eliminar. Todo lo contrario, son hombres y mujeres de principios morales auténticos, honestos, dignos, responsables, solidarios, fraternos y más que todo TOLERANTES a las diferencias de criterios y creencias. (...)"
¿Qué ocurre hoy día cuando dices a los demás que tú eres espiritista? ¡La reacción negativa no se hace esperar!
Los religiosos exclaman: “¡Eso es cosa del demonio!” De ahí en adelante te sacan el cuerpo, alejándose de ti lo más posible. Para ellos tú eres satánico, no crees en Dios y sólo te dedicas a hacer el mal a los demás.
Los intelectuales exclaman: “¡Tú estás loco!” “¡Yo no puedo creer que tú seas tan ignorante como para creer en esas cosas!” Para ellos el Espiritismo es una secta religiosa común, cargada de supersticiones, en donde todos los absurdos pueden ser encontrados.
El vulgo exclama: ¡De veras... un adivino! ¿Podrías decirme si me va a ir bien en mi nueva relación amorosa, o si me conviene o no hacer el negocio que tengo en mente? Todos te piden que les predigas el futuro, o les des los próximos números ganadores de la lotería, o remedios mágicos para sus dolencias, o una poción para atraer de regreso a sus examantes.
¡Todas estas reacciones son hijas de la ignorancia craza y franca! Reflejan un desconocimiento total de lo que es el Espiritismo.
El Espiritismo, en realidad, es principalmente una filosofía de vida espiritualista y moralista, apoyada en la demostración científica y racional de la realidad existencial del espíritu y su inmortalidad, estimulando de esa manera al ser humano hacia su renovación intelectual y moral constante.
Los espiritistas, por tanto, NO SON satánicos, ateos, locos, ignorantes, supersticiosos, ni una amenaza para la sociedad a los que hay que perseguir y eliminar. Todo lo contrario, son hombres y mujeres de principios morales auténticos, honestos, dignos, responsables, solidarios, fraternos y más que todo TOLERANTES a las diferencias de criterios y creencias. (...)"