Luis Alberto Méndez fue abatido durante un enfrentamiento con organismos de seguridad y poco después de ser enterrado en el Cementerio de San Cristóbal, comenzaron los rumores sobre supuestos milagros, que han atraído a personas con problemas que le rezan y le imploran.
Uno de los personajes a quien se venera en el Cementerio Municipal de San Cristóbal es Luis Alberto Méndez, conocido como "Cabeza de hacha", un supuesto delincuente a quien se le atribuyen cualidades "milagrosas".
Hace mas de treinta años que "cabeza de Hacha", comenzó a forjarse un nombre en los bajos fondos a consecuencia de innumerables hechos delictivos que le eran acreditados por los organismos de seguridad, que comenzaron una intensa búsqueda, luego que fuera acusado de inferir heridas en el Barrio Guzmán Blanco de San Cristóbal a un joven militar que se resistió al robo.
Entonces ya se conocía que tenía residencia en un sector del Barrio Cuesta de El Trapiche, en el populoso sector de La Concordia y que además solía frecuentar, con sus compinches las zonas de Marco Tulio Rangel, Ocho de Diciembre y 23 de Enero, donde contaba con una serie de escondites y la protección de la gente.
Luis Alberto Méndez, era considerado como una especie de "Robin Hood", se decía que parte de lo robado, lo distribuía entre las familias mas necesitas, que regalaba mercados y entregaba dinero en efectivo a aquellas personas que requerían de largos y costosos tratamientos médicos.
Abatido
Sus continuas andanzas en el supuesto cometimiento de hechos delictivos y su escurridiza forma de actuar, hizo que se organizaran operativos, para lograr su captura. Ya en varias oportunidades había sido detenido y se las arreglaba para salir en libertad, bien con asistencia de abogados o porque se evadía de los retenes de las maneras mas insólitas.
En una oportunidad en la Prolongación de la Avenida García de Hevia, frente a las instalaciones del antiguo Ministerio de Transporte y Comunicaciones, fue avistado por una comisión del entonces Cuerpo Técnico de la Policía Judicial cuando se desplazaba como parrillero en una motocicleta y los efectivos en su intento por darle captura, embistieron con su patrulla la motocicleta haciendo que los dos hombres rodaran por el pavimento. El conductor de la motocicleta resultó con algunas heridas, pero no así "Cabeza de Hacha", que para el estupor de los investigadores, desapareció sin dejar el menor rastro.
Se dice, que fue abatido una noche en la entrada al Barrio Andrés Eloy Blanco, también conocido como "El Hoyo", en la cuesta de El Trapiche y que el procedimiento fue realizado por efectivos de un organismo de inteligencia militar llegado de otras partes del país y que logró sobornar a uno de sus lugartenientes, a quien entregaron una chaqueta que al momento de la captura, debía portar Luis Alberto Méndez.
La captura no se produjo, pero si un cerrado tiroteo donde Méndez murió y su compañero, que lo "había vendido", resultó ileso.
Milagros
Poco tiempo después, comenzó a correr el rumor que Méndez, enterrado en el Cementerio Municipal de San Cristóbal, a un lado de la tumba de Anunciación Ochoa, era un alma muy milagrosa y fue entonces cuando empezó esta leyenda que aún se mantiene y hace que decenas de personas con problemas, acudan a diario a solicitarle un favor.
Personas que se encontraban en el lugar al momento que los periodistas hicieron acto de presencia manifestaron que se trata de un alma muy milagrosa. La gente viene a pedirle y luego a pagar las promesas", dijeron.
"Aquí viene gente de todos los estratos sociales, incluyendo malandros que invocan su protección, pero todos actúan de manera muy respetuosa. Uno se da cuenta que están armados y uno se aleja por precaución, pero en ningún momento se ha sabido que haya generado problemas de alguna naturaleza", dijo un trabajador del cementerio.
Añadió que la tumba siempre la ha cuidado la madre de Luis Alberto Méndez, pero que en la actualidad la limpieza y la conservación está a manos de otras personas caritativas, ya que la señora está muy anciana y enferma y por eso se vio obligada a suspender esta tarea que desempeñó por muchos años.
Gente de los barrios
Son muchas las personas que vienen y rezan por su alma un padrenuestro y un ave María, por su eterno descanso y echan cuentos de cómo lo conocieron y la manera en que les prestó ayuda en momentos que más lo necesitaban.
"Dicen que él era un malandro peligroso y su fotografía, casualmente la misma que aparece en su tumba, aparecía casi todas las semanas en los periódicos de la región y los jefes de la policía decían que había cometido tal o cual robo y que lo estaban buscando hasta debajo de las piedras, pero nunca supimos que lo hubieran agarrado", expresó uno de los visitantes de la tumba.
Añadió que en el barrio donde él se lo pasaba y hacia obras de caridad, no se metía con nadie, por lo contrario cuidaba a los miembros de la comunidad y evitaba que malandros de otros lugares llegaran a robar. Se ganó a la gente y cuando la policía llegaba a buscarlo o hacía allanamiento, en cualquier casa le daban protección y por eso nunca lo encontraban.
Hoy, Luis Alberto Méndez, alias "Cabeza de Hacha", es uno de los personajes que atrae la atención de curiosos en el campo santo de San Cristóbal.
Uno de los personajes a quien se venera en el Cementerio Municipal de San Cristóbal es Luis Alberto Méndez, conocido como "Cabeza de hacha", un supuesto delincuente a quien se le atribuyen cualidades "milagrosas".
Hace mas de treinta años que "cabeza de Hacha", comenzó a forjarse un nombre en los bajos fondos a consecuencia de innumerables hechos delictivos que le eran acreditados por los organismos de seguridad, que comenzaron una intensa búsqueda, luego que fuera acusado de inferir heridas en el Barrio Guzmán Blanco de San Cristóbal a un joven militar que se resistió al robo.
Entonces ya se conocía que tenía residencia en un sector del Barrio Cuesta de El Trapiche, en el populoso sector de La Concordia y que además solía frecuentar, con sus compinches las zonas de Marco Tulio Rangel, Ocho de Diciembre y 23 de Enero, donde contaba con una serie de escondites y la protección de la gente.
Luis Alberto Méndez, era considerado como una especie de "Robin Hood", se decía que parte de lo robado, lo distribuía entre las familias mas necesitas, que regalaba mercados y entregaba dinero en efectivo a aquellas personas que requerían de largos y costosos tratamientos médicos.
Abatido
Sus continuas andanzas en el supuesto cometimiento de hechos delictivos y su escurridiza forma de actuar, hizo que se organizaran operativos, para lograr su captura. Ya en varias oportunidades había sido detenido y se las arreglaba para salir en libertad, bien con asistencia de abogados o porque se evadía de los retenes de las maneras mas insólitas.
En una oportunidad en la Prolongación de la Avenida García de Hevia, frente a las instalaciones del antiguo Ministerio de Transporte y Comunicaciones, fue avistado por una comisión del entonces Cuerpo Técnico de la Policía Judicial cuando se desplazaba como parrillero en una motocicleta y los efectivos en su intento por darle captura, embistieron con su patrulla la motocicleta haciendo que los dos hombres rodaran por el pavimento. El conductor de la motocicleta resultó con algunas heridas, pero no así "Cabeza de Hacha", que para el estupor de los investigadores, desapareció sin dejar el menor rastro.
Se dice, que fue abatido una noche en la entrada al Barrio Andrés Eloy Blanco, también conocido como "El Hoyo", en la cuesta de El Trapiche y que el procedimiento fue realizado por efectivos de un organismo de inteligencia militar llegado de otras partes del país y que logró sobornar a uno de sus lugartenientes, a quien entregaron una chaqueta que al momento de la captura, debía portar Luis Alberto Méndez.
La captura no se produjo, pero si un cerrado tiroteo donde Méndez murió y su compañero, que lo "había vendido", resultó ileso.
Milagros
Poco tiempo después, comenzó a correr el rumor que Méndez, enterrado en el Cementerio Municipal de San Cristóbal, a un lado de la tumba de Anunciación Ochoa, era un alma muy milagrosa y fue entonces cuando empezó esta leyenda que aún se mantiene y hace que decenas de personas con problemas, acudan a diario a solicitarle un favor.
Personas que se encontraban en el lugar al momento que los periodistas hicieron acto de presencia manifestaron que se trata de un alma muy milagrosa. La gente viene a pedirle y luego a pagar las promesas", dijeron.
"Aquí viene gente de todos los estratos sociales, incluyendo malandros que invocan su protección, pero todos actúan de manera muy respetuosa. Uno se da cuenta que están armados y uno se aleja por precaución, pero en ningún momento se ha sabido que haya generado problemas de alguna naturaleza", dijo un trabajador del cementerio.
Añadió que la tumba siempre la ha cuidado la madre de Luis Alberto Méndez, pero que en la actualidad la limpieza y la conservación está a manos de otras personas caritativas, ya que la señora está muy anciana y enferma y por eso se vio obligada a suspender esta tarea que desempeñó por muchos años.
Gente de los barrios
Son muchas las personas que vienen y rezan por su alma un padrenuestro y un ave María, por su eterno descanso y echan cuentos de cómo lo conocieron y la manera en que les prestó ayuda en momentos que más lo necesitaban.
"Dicen que él era un malandro peligroso y su fotografía, casualmente la misma que aparece en su tumba, aparecía casi todas las semanas en los periódicos de la región y los jefes de la policía decían que había cometido tal o cual robo y que lo estaban buscando hasta debajo de las piedras, pero nunca supimos que lo hubieran agarrado", expresó uno de los visitantes de la tumba.
Añadió que en el barrio donde él se lo pasaba y hacia obras de caridad, no se metía con nadie, por lo contrario cuidaba a los miembros de la comunidad y evitaba que malandros de otros lugares llegaran a robar. Se ganó a la gente y cuando la policía llegaba a buscarlo o hacía allanamiento, en cualquier casa le daban protección y por eso nunca lo encontraban.
Hoy, Luis Alberto Méndez, alias "Cabeza de Hacha", es uno de los personajes que atrae la atención de curiosos en el campo santo de San Cristóbal.