Anorexia o sobrepeso. ¿Por qué un extremo es siempre mejor que el otro?

No importa de que lado de la sociedad te encuentres, el equilibrio parece no ser una opción entre las mayorías. Así como en política, todo lo que es de izquierda es automáticamente "bueno" y todo lo de derecha es automáticamente "perverso", en el tema de la salud y la apariencia parece haber un insalvable radicalismo, en el que una minoría medianamente equilibrada quisiera sobrevivir sin ser apedreada.

En algún momento se dijo que el sobrepeso está mal. Como consecuencia, vimos nacer trastornos como la anorexia y la bulimia, y top models con medidas irreales, que llegaban a ser cánones de belleza a riesgo de muerte, con dietas poco saludables, drogas y niveles de ejercicio que matarían a cualquiera.

Incluso, llegamos a ver mujeres que comenzaban a fumar, no por presión social, ni por estrés, sino bajo la promesa de que la nicotina inhibe el apetito y ayuda a adelgazar. Todo por ser flaca.

¿Y el otro extremo?

En medio de toda esta moda enfermiza, surge en el metro una conversación con mi novio en la que él me dice algo como: "estar gorda también es poco saludable, y sin embargo ahora lo exaltan como si se tratara de algo bueno".

Gramaticalmente, existió el "dequeísmo", en el que los hispanoparlantes comenzaron a decir "de que" donde realmente debía decir sólo "que". Para erradicar esto, la gente dejó de decir "de que", incluso en las frases en las que era correcto hacerlo, naciendo así el "queísmo".

Igualmente, en la batalla contra los desórdenes alimenticios, estar contra la anorexia equivale automáticamente a estar a favor del sobrepeso.

Ni tanto que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre

Hoy me encontré una imagen en la que se exaltaba a la cantante Adele porque a ella no le interesa perder peso, sino hacer música de calidad. Esto está muy bien de su parte, pero la manera en la que su comentario es percibido por algunos puede alimentar dos preconcepciones bastante dañinas.

En primer lugar, está bien si a Adele no le importa tener la apariencia de una modelo, pero el asunto del sobrepeso no es algo estético, sino de salud.

Si sus valores están en el promedio, y resulta que su peso está en lo normal para su tipo de cuerpo, maravilloso. Si no, alguien debería decir "estás arriesgando tu salud", así como se lo dicen a una anoréxica o bulímica. Porque ambas cosas deberían asumirse con la misma actitud. O dejas a la anoréxica que se mate de hambre, o le dices a la persona con sobrepeso que está arriesgando su salud.

¿Estética o salud?

Dejar tu autoestima en manos de la balanza es uno de los peores errores de la vida. Pero basar tu autoestima en la idea de que no importa que tu salud esté en riesgo mientras desafíes a la sociedad, tampoco parece ser un pensamiento sabio.

Y precisamente, por el enfoque en la estética más que en la salud es que se suele descalificar a aquellos que quieren hacer ejercicios y mantener una alimentación saludable, aquellos que quieren adelgazar.

Muchas veces se considera que la dieta y el ejercicio son actividades "snob", no son prioridades, no se deben tomar en serio y son "un lujo". Esto porque se tiene la idea preconcebida de que quienes lo hacen se preocupan únicamente por su apariencia. Pero insisto en que hay otro factor: la salud.

Hoy en día, cuando nuestro estilo de vida ya no implica las actividades que antes mantenían en forma a la especie humana (como cazar, pescar y sembrar nuestra comida en lugar de comprarla en un supermercado), y por el contrario, nos llevan a trabajos sedentarios en los que escasamente hay movimiento, es natural que muchas personas busquen la membresía de un gimnasio, el placer de una carrera en el parque o el reto de una bicicleta montaña arriba. Esto no los hace "vanidosos", ni implica que estén buscando la aceptación social.

Entonces, ¿criticamos la anorexia y el sobrepeso por igual o dejamos a ambos que sean felices con sus hábitos?.