El
Karma es una energía invisible e incuantificable que surge de los actos de las personas, tanto positivos como negativos, cada cosa que hacemos tiene un efecto en el Universo, instantáneamente hay un movimiento de esta energía que produce una reacción. La palabra
Karma viene de la lengua Sánscrito, una antigua lengua de origen Hindú, es decir, que es una creencia Oriental, significa "acción" o "acto", pero que nosotros en el Espiritismo hemos asimilado y usamos puesto que describe los mismos conceptos que siempre hemos conocido y sabemos nos rigen, que se han llamado de diversas maneras a través de los tiempos: Ley de Acción y Reacción, Ley de Causa y Efecto, Ley Cósmica de Retribución, Ley de la Siembra y la Cosecha, etc.
Es una ley del Universo, una ley de la Naturaleza, así como la Ley de Gravedad, que no depende de nadie para cumplirse, no hay un Dios del
Karma que lo hace cumplir, así es el
Karma para los Espiritistas, no depende de nosotros ni de los Espíritus de Luz que nos guían, es automática, como la Ley de la Evolución, la Ley de la Jerarquía, la Ley de los Contrarios, etc. (No me vayan a venir con eso de que ahora para ser Espiritista hay que ser Abogado
)
Cuando decimos que el
Karma surge de todos los actos, no es solamente las acciones físicas, también es de lo que decimos y hasta de lo que pensamos, “los pensamientos son cosas”, no desaparecen, son el principio de la creación y es nuestro deber vigilar con que alimentamos nuestra mente porque somos responsables de lo que de ella salga.
El Cristo, para otros el Gran Maestro, para nosotros los Espiritistas Dios Hijo, Jesús, lo expresó con aquella frase "el que siembra, cosecha". Pero la clave está en que no solo lo que hacemos nosotros nos afecta a nosotros, ni necesariamente toda la retribución de lo que hacemos nos llega en la misma vida, lo que sembramos puede traerles bendiciones a nuestros hijos y descendencias, o maldiciones dependiendo cual fue la semilla que sembramos.
A veces nos preguntamos porque a Pedro que es tan buena persona le pasan cosas tan malas, o porque a Luis que es tan mala persona las cosas le salen bien, pues hermanos esto se debe a esta ley, que es como la gravedad, y va a cumplirse sean cual sean las circunstancias, cuando tiramos una piedra al aire no es culpa de Dios que quiebre un vidrio al caer o que golpee a un inocente, es culpa del que tiró la piedra, así que hermanos tengamos conciencia y tiremos flores y bendiciones, que así no importa donde y cuando caigan, siempre será positiva la retribución. Dios los bendiga!
Luz brillante en sus Caminos!