Feliz semana para todas/os, de nuevo por aqui les comparto la siguiente historia:
"Cuentas claras conservan amistades , reza el refrán.
Señores, la confianza vale más que el dinero.
Permita que le cuente una historia:
Estaba conversando con un amigo que ya pinta canas, cuando de pronto un joven se acercó a la oficina:
Don Carlos, podría hablar con usted unos minutos.- dijo el chico, tratando de indicar que quería hablarle a solas.
Es de mi confianza, tranquilo. Estamos entre amigos.-contestó el empresario.
Quiero pedirle un favor - la voz y la mirada del joven decían: usted es mi única salida- se me ha presentado un apuro y. necesito...
Tranquilo, no me des explicaciones, yo confío en ti. ¿cuánto hay que invertir?
100 dólares.- respondió el muchacho con todo entusiasmo.
A más tardar el Lunes se los devuelvo.
Don Carlos abrió una de las gavetas de su escritorio y sacó 120 dólares. Y mientras se los alcanzaba le dijo: Lleva 20 adicionales. Si hay que invertir más, me avisas.
Aquella experiencia fue por demás una verdadera clase. Jamás escuche que mi amigo preguntase: ¿para cuándo me los devuelves? ¿para qué los quieres? No, nada de eso. En todo momento respetó la privacidad del joven. Es más, si usted lee bien, mi amigo jamás utilizó la palabra "necesidad". Don Carlos sacó el dinero y dijo: "si hay que invertir más, me avisas". Daba por descontado que el dinero era para una inversión.
Lo conoce bien Don Carlos - le dije.
Usted si que es un buen amigo. Ni siquiera pregunta para cuándo le van a devolver.
Mira -me dijo- a ese chico todavía no le conozco mucho, pero me parece un buen muchacho. Con $120 voy a saber de qué está hecho. Para venir hasta aquí debe ser porque de verdad tiene un apuro y nadie le ha podido dar una mano. Te voy a decir algo. Yo creo que hay dos tipos de personas: las que cuidan su dinero, y las que se cuidan a sí mismas. ¿Prefieres cuidar tu dinero o cuidarte a ti? Yo soy de los que prefiere cuidarse: Si ese chico ya no me devuelve, ya no tendrá cara para volver a venir.
Segundo, me gusta tener la clase de amigo que yo mismo soy. No me gustan los "amigos" peseteros, esos a los que pides un favor y te lo niegan en la cara con pretextos baratos. Cuando tenía veinte años mi mamá tuvo una emergencia médica. La iban a operar y faltaba dinero. Fui donde mis conocidos y todos me preguntaban: ¿Para cuándo? ¿Para que los quieres? Se enteraban de mi desgracia, pero no me apoyaban. ¿Conoces gente así? Me decían: "Si tuviese, te prestaría", "ahorita no tengo, sino con todo gusto." "Justo he pagado, ya estoy sin nada". Los muy condenados tenían, pero eran peseteros. Y hay gente tan pesetera, que incluso cuando les vas a pedir un favor creen que se trata de dinero. Pídeles un favor y te dicen: "cualquier cosa, menos plata." Y hay de esos que hasta meten a Dios: Te dicen "que Dios te ayude", cuando en verdad ellos podían hacerlo.
Así que desde ahí aprendí unas cuantas lecciones:
- Primero, tener orden en mis finanzas. Al menos tener un fondo para los imprevistos y así evitar que cualquiera se entere de mis apuros.
- Segundo, debo usar el dinero para protegerme. Yo no cuido al dinero, yo me cuido a mi mismo. El dinero revela quién es quién. ¿Quieres conocer a la gente? Haz dos cosas: #1 ubica a uno de tus amigos y pídele un préstamo. Ponle a prueba. Conocelo por las respuestas que te da. Acuérdate de esto: el verdadero amigo no necesita explicaciones. El verdadero amigo te hace el favor y no está interesado en saber el para qué. En cambio los peseteros no se comportan como verdaderas amistades, sino como chismosos de esquina.
#2 Observa a quienes te han pedido un préstamo y no te lo devuelven. Los auténticos sabandija son un atentado a tus finanzas: ellos no tienen valores y creen que el tiempo lo es todo. El moroso cree que se van a olvidar. Y el buen pagador aunque sea con piedras paga. El buen pagador no se esconde. Quizá no tenga el dinero en el plazo acordado, pero da la cara. Tiene el carácter para aceptar su retraso, así que su pago solo depende del tiempo. Dale unos días, y ahí lo tendrás cumpliendo.
Así que ese chico -continuó Don Carlos- si es inteligente vendrá y lo hará antes de tiempo. Por último, si la gente acude a ti por dinero es porque en su mente te estás posicionando como un tipo con dinero. Y eso si lo sabes utilizar te puede dar más de lo que imaginas."
Algunas personas aseguran que el dinero es energía, asi que según esta creencia conviene mantenerlo circulando... El producir un flujo contínuo nos asegura que siempre llegue a nuestras manos y no tengamos ningún tipo de escasez...
Lo que damos regresa siempre a nosotros multiplicado...
Publicado por: Carlos Lancot, en su cuenta de Facebook, el 28 de Abril de 2018.
Exito y prosperidad para todos, Meredyth
"Cuentas claras conservan amistades , reza el refrán.
Señores, la confianza vale más que el dinero.
Permita que le cuente una historia:
Estaba conversando con un amigo que ya pinta canas, cuando de pronto un joven se acercó a la oficina:
Don Carlos, podría hablar con usted unos minutos.- dijo el chico, tratando de indicar que quería hablarle a solas.
Es de mi confianza, tranquilo. Estamos entre amigos.-contestó el empresario.
Quiero pedirle un favor - la voz y la mirada del joven decían: usted es mi única salida- se me ha presentado un apuro y. necesito...
Tranquilo, no me des explicaciones, yo confío en ti. ¿cuánto hay que invertir?
100 dólares.- respondió el muchacho con todo entusiasmo.
A más tardar el Lunes se los devuelvo.
Don Carlos abrió una de las gavetas de su escritorio y sacó 120 dólares. Y mientras se los alcanzaba le dijo: Lleva 20 adicionales. Si hay que invertir más, me avisas.
Aquella experiencia fue por demás una verdadera clase. Jamás escuche que mi amigo preguntase: ¿para cuándo me los devuelves? ¿para qué los quieres? No, nada de eso. En todo momento respetó la privacidad del joven. Es más, si usted lee bien, mi amigo jamás utilizó la palabra "necesidad". Don Carlos sacó el dinero y dijo: "si hay que invertir más, me avisas". Daba por descontado que el dinero era para una inversión.
Lo conoce bien Don Carlos - le dije.
Usted si que es un buen amigo. Ni siquiera pregunta para cuándo le van a devolver.
Mira -me dijo- a ese chico todavía no le conozco mucho, pero me parece un buen muchacho. Con $120 voy a saber de qué está hecho. Para venir hasta aquí debe ser porque de verdad tiene un apuro y nadie le ha podido dar una mano. Te voy a decir algo. Yo creo que hay dos tipos de personas: las que cuidan su dinero, y las que se cuidan a sí mismas. ¿Prefieres cuidar tu dinero o cuidarte a ti? Yo soy de los que prefiere cuidarse: Si ese chico ya no me devuelve, ya no tendrá cara para volver a venir.
Segundo, me gusta tener la clase de amigo que yo mismo soy. No me gustan los "amigos" peseteros, esos a los que pides un favor y te lo niegan en la cara con pretextos baratos. Cuando tenía veinte años mi mamá tuvo una emergencia médica. La iban a operar y faltaba dinero. Fui donde mis conocidos y todos me preguntaban: ¿Para cuándo? ¿Para que los quieres? Se enteraban de mi desgracia, pero no me apoyaban. ¿Conoces gente así? Me decían: "Si tuviese, te prestaría", "ahorita no tengo, sino con todo gusto." "Justo he pagado, ya estoy sin nada". Los muy condenados tenían, pero eran peseteros. Y hay gente tan pesetera, que incluso cuando les vas a pedir un favor creen que se trata de dinero. Pídeles un favor y te dicen: "cualquier cosa, menos plata." Y hay de esos que hasta meten a Dios: Te dicen "que Dios te ayude", cuando en verdad ellos podían hacerlo.
Así que desde ahí aprendí unas cuantas lecciones:
- Primero, tener orden en mis finanzas. Al menos tener un fondo para los imprevistos y así evitar que cualquiera se entere de mis apuros.
- Segundo, debo usar el dinero para protegerme. Yo no cuido al dinero, yo me cuido a mi mismo. El dinero revela quién es quién. ¿Quieres conocer a la gente? Haz dos cosas: #1 ubica a uno de tus amigos y pídele un préstamo. Ponle a prueba. Conocelo por las respuestas que te da. Acuérdate de esto: el verdadero amigo no necesita explicaciones. El verdadero amigo te hace el favor y no está interesado en saber el para qué. En cambio los peseteros no se comportan como verdaderas amistades, sino como chismosos de esquina.
#2 Observa a quienes te han pedido un préstamo y no te lo devuelven. Los auténticos sabandija son un atentado a tus finanzas: ellos no tienen valores y creen que el tiempo lo es todo. El moroso cree que se van a olvidar. Y el buen pagador aunque sea con piedras paga. El buen pagador no se esconde. Quizá no tenga el dinero en el plazo acordado, pero da la cara. Tiene el carácter para aceptar su retraso, así que su pago solo depende del tiempo. Dale unos días, y ahí lo tendrás cumpliendo.
Así que ese chico -continuó Don Carlos- si es inteligente vendrá y lo hará antes de tiempo. Por último, si la gente acude a ti por dinero es porque en su mente te estás posicionando como un tipo con dinero. Y eso si lo sabes utilizar te puede dar más de lo que imaginas."
Algunas personas aseguran que el dinero es energía, asi que según esta creencia conviene mantenerlo circulando... El producir un flujo contínuo nos asegura que siempre llegue a nuestras manos y no tengamos ningún tipo de escasez...
Lo que damos regresa siempre a nosotros multiplicado...
Publicado por: Carlos Lancot, en su cuenta de Facebook, el 28 de Abril de 2018.
Exito y prosperidad para todos, Meredyth