LA GRAN DECISIÓN:
Las humanidades de todos los planetas de Tercera Dimensión situados en los universos y galaxias, en la madurez de su primera civilización, han de pasar por una importante prueba que, a nivel esotérico, se llama “Gran Decisión”. Es como un examen para demostrar si aprendieron o no lo que les enseñaron desde el comienzo de esa primera civilización. Se trata de una prueba de interno discernimiento para saber distinguir entre el bien y el mal, la verdad del error, lo correcto de lo equivocado. Luego de reconocerlo, decidirse por sólo el bien e ir perseverando.
Aunque el examen pareciera fácil, no lo es porque el mal se disfraza de bien, el error, de verdad de una manera tan sutil y astuta que no resulta posible ver la diferencia. Principalmente, la gente ha de dar el mando al Dios de su corazón o a la personalidad humana, que es la consciencia del plano. Por supuesto, no se trata de decir: Te acepto, Dios, te doy el mando de todos mis actos o mi personalidad es siempre lo primero, porque muchísimos seres humanos no saben que existe la personalidad e ignoran todo eso de darle o no el mando. Es a través de acontecimientos importante, que la Gran Decisión se manifiesta por medio del libre albedrío.
El hecho viene siendo de gran trascendencia ya que, al manifestarse la Gran Decisión, cada humanidad y ser humano acepta voluntariamente su destino futuro. Los que se deciden por el bien de lo correcto quedan incluidos en la selección, siguen definitivamente hacia la luz de manera armoniosa, sin tener que pasar por el sufrimiento, el estancamiento en una larga evolución milenaria. Aligeran su avance, pero, a los que toman una decisión equivocada, les espera aprender en planetas de atraso y dolor por medio del error, de la mentira, hasta que logren armonizar a su personalidad después de mucho tiempo. Si sus planetas ascienden a mundos superados de Cuarta Dimensión, ellos no son incluidos en El Rescate.
Durante ese tiempo final, se vuelve a presentar la Gran Decisión como al principio para darles otra oportunidad a través de fuertes acontecimientos que viven, presencian y son difundidos por los medios de comunicación. Por ello, suceden guerras, invasiones, atropellos raciales, conductas de los presidentes en el mundo, cataclismos, situaciones sorpresivas en las que han de saber discernir lo correcto y distinguirlo de lo que no lo es. Son muchas las personas que se equivocan; pero también bastantes las que aciertan.
Por medio de la Gran Decisión, se va purificando el mundo para dejar sólo la buena semilla de la gente que poblará la Tierra en la Era de Capricornio o Quinta edad Dorada de la humanidad. También la llaman “la Caída del Hombre” a nivel religioso y está relacionada con la infantil historia del Paraíso Terrenal. Realmente, hace muchísimo tiempo, la humanidad de este planeta vivía en un paraíso de gran belleza, adelanto y esplendor porque, en la primera civilización Sol Naciente, los seres humanos eran perfectos, lo tenían todo; pero, por fallar y dar el mando a la personalidad, todo lo perdieron.
Amado Maestro Lanto
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"Que el Gran AMOR Infinito de el DIOS UNO Padre-Madre te envuelvan en la Suprema LUZ Divina. "
Las humanidades de todos los planetas de Tercera Dimensión situados en los universos y galaxias, en la madurez de su primera civilización, han de pasar por una importante prueba que, a nivel esotérico, se llama “Gran Decisión”. Es como un examen para demostrar si aprendieron o no lo que les enseñaron desde el comienzo de esa primera civilización. Se trata de una prueba de interno discernimiento para saber distinguir entre el bien y el mal, la verdad del error, lo correcto de lo equivocado. Luego de reconocerlo, decidirse por sólo el bien e ir perseverando.
Aunque el examen pareciera fácil, no lo es porque el mal se disfraza de bien, el error, de verdad de una manera tan sutil y astuta que no resulta posible ver la diferencia. Principalmente, la gente ha de dar el mando al Dios de su corazón o a la personalidad humana, que es la consciencia del plano. Por supuesto, no se trata de decir: Te acepto, Dios, te doy el mando de todos mis actos o mi personalidad es siempre lo primero, porque muchísimos seres humanos no saben que existe la personalidad e ignoran todo eso de darle o no el mando. Es a través de acontecimientos importante, que la Gran Decisión se manifiesta por medio del libre albedrío.
El hecho viene siendo de gran trascendencia ya que, al manifestarse la Gran Decisión, cada humanidad y ser humano acepta voluntariamente su destino futuro. Los que se deciden por el bien de lo correcto quedan incluidos en la selección, siguen definitivamente hacia la luz de manera armoniosa, sin tener que pasar por el sufrimiento, el estancamiento en una larga evolución milenaria. Aligeran su avance, pero, a los que toman una decisión equivocada, les espera aprender en planetas de atraso y dolor por medio del error, de la mentira, hasta que logren armonizar a su personalidad después de mucho tiempo. Si sus planetas ascienden a mundos superados de Cuarta Dimensión, ellos no son incluidos en El Rescate.
Durante ese tiempo final, se vuelve a presentar la Gran Decisión como al principio para darles otra oportunidad a través de fuertes acontecimientos que viven, presencian y son difundidos por los medios de comunicación. Por ello, suceden guerras, invasiones, atropellos raciales, conductas de los presidentes en el mundo, cataclismos, situaciones sorpresivas en las que han de saber discernir lo correcto y distinguirlo de lo que no lo es. Son muchas las personas que se equivocan; pero también bastantes las que aciertan.
Por medio de la Gran Decisión, se va purificando el mundo para dejar sólo la buena semilla de la gente que poblará la Tierra en la Era de Capricornio o Quinta edad Dorada de la humanidad. También la llaman “la Caída del Hombre” a nivel religioso y está relacionada con la infantil historia del Paraíso Terrenal. Realmente, hace muchísimo tiempo, la humanidad de este planeta vivía en un paraíso de gran belleza, adelanto y esplendor porque, en la primera civilización Sol Naciente, los seres humanos eran perfectos, lo tenían todo; pero, por fallar y dar el mando a la personalidad, todo lo perdieron.
Amado Maestro Lanto
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"Que el Gran AMOR Infinito de el DIOS UNO Padre-Madre te envuelvan en la Suprema LUZ Divina. "