DIVINA PRESENCIA

Es nuestro Padre Espiritual, un alto ser de luz, representante del Dios Uno, que mora en el Gran Sol Central y nos cuida, nos asiste, nos protege. Siendo difícil la comprensión de Dios en su forma abstracta, se da una Divina Presencia a cada ser humano, para enseñarle que él mismo forma parte de Dios, si así lo cree, lo acepta y darle la asistencia que necesita.

Al igual que un padre físico, la Divina Presencia puede tener varios hijos, siendo esto lo más usual. Ella nos cuida, ampara y protege; es como un padre que vela por todos sus hijos amados.

Se precisa llamar a la Divina Presencia por medio de la invocación y la oración, pues está la Ley de Libre Albedrío, que no permite intromisiones en la libertad de pensar, decidir, sentir, actuar; por lo tanto, la Divina Presencia, si no es llamada, no se manifestará sino que sólo velará discretamente, se mantendrá silenciosa detrás del velo en los Planos de Luz. Cuando hay invocaciones y decretos, la respuesta es inmediata, muy positiva y certera.

Es necesario crecer hasta la altura del Padre, para recibir la herencia de sus dones divinos (facultades, poderes). De lo contrario, siendo aún niños espirituales, no los podemos recibir pues haríamos mal uso de ellos. Unidos a la Presencia, nuestro Padre Amado, somos Ella misma con toda su autoridad y fuerza; por lo tanto, la victoria es segura y pueden suceder maravillas. Yo Soy son palabras sagradas que identifican, representan esa unión entre el hijo y el Padre, por medio de la cual todo resulta posible en cuanto a realizaciones de aparentes milagros. El Maestro decía “Yo, por mí, no puedo hacer nada porque el Padre en mí hace sus obras”. Solo hay que aceptar, obedecer, dejarse conducir después de la invocación.

Como representante de la Presencia, está el Cristo Individualizado, Alto ser de luz que recibe sus sugerencias y cumple sus órdenes. Los dos se unen para el cuidado, protección y asistencia al ser humano encarnado. Esta unión del Cristo y la Presencia en Amor, Sabiduría y Poder, recibe el nombre de Divina Presencia Crística.

AE/pch