Además de lo mencionado por quienes me anteceden, yo agrego que no sería la mejor razón iniciarse a una religión por factores ajenos a la vocación y voluntad personal. Es un grave error incorporarse a la religión por la causa equivocada y esto produce del mismo modo la situación que le conduce a la interrogante que plantea aquí que es el desmejoramiento de su bienestar.
Si lo que le preocupa es el desmejoramiento de la situación financiera y de otra índole sería mejor ponerse a investigar sobre las causas y resolverlas.
Ya hace años que situaciones como estas quebrantan a las personas y las hacen dudar de su propia posición conduciéndolos a cambios radicales que empeoran su estado anímico y cuando esto no da por resultado el cambio de religión, deja a un individuo negligente, de mala voluntad, cuyos ejemplos son útiles pero a la denigración de la reputación moral de la religión.
Hoy día la búsqueda de respuestas rompe fronteras y prejuicios llevando la gente a consultar otros oráculos y otros Espíritus con la finalidad de obtener una pista.
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.