Buenas Noches y Bendiciones para todos los hermanos de este foro. Quiero compartir con ustedes esta reflexión ya que me llama mucho la atención la cantidad de escritos o temas dirigidos por personas que quieren cortarse y hacer brotar sangre de sus cuerpos, no comparto esa idea mas aun la respeto, por las circunstancias infundadas me motive a indagar e investigar sobre el cuerpo humano.....
Quiero comentar que hablar del cuidado del cuerpo y su valor es muy importante, ya que el núcleo de la sociedad es la familia, pero, ciertamente, para que se forme una familia, tiene que haber individuos, personas conformadas por cuerpo, alma y espíritu.
Quiero compartirle una frase de un poeta llamado Walt Withman que dice:
“Si algo es sagrado, eso es el cuerpo humano”
Vamos a dividir el cuerpo en tres partes, hablando en cada uno de ellos, como una parte de nuestro ser.
La primera parte es el espíritu, y cuando me refiero al espíritu estamos hablando del soplo de vida y pensamiento que tenemos como personas, que nos hace en sí mismos seres espirituales, con interrelación y con una necesidad espiritual real, la esencia de nuestro ser, la mente, de donde pueden venir pensamientos positivos, o pensamientos también destructivos; inclusive, pensamientos que a veces nos llevan a hacer cosas que están mal o nos ponen en estados de ánimo que no son los más convenientes.
La otra parte en la cual se divide nuestro ser, es el alma. El alma es el centro del ser humano, el lugar interior donde radican las emociones, los sentimientos; es decir, cómo percibimos la alegría, el gusto o el disgusto, la tristeza, la soledad. Tiene que ver con cuestiones de emociones, que también es muy importante.
Y la última parte, es el cuerpo. El cuerpo es aquello que podemos ver físicamente, lo que podemos ver del otro. Cuando nos paramos frente al espejo, podemos ver, ciertamente, lo que es nuestro cuerpo, y nos podemos dar cuenta de que hay mucha similitud, ciertos rasgos de acuerdo al país o región en el que se viva.
Nunca va a haber una persona completamente idéntica. Usted es especial, yo soy especial porque somos únicos y, como seres únicos, debemos conocernos, valorarnos y cuidarnos…
“Tu cuerpo es templo de la naturaleza y del espíritu divino, consérvalo sano, respétalo, estúdialo, concédele sus derechos”.
Detengámonos aquí, y el día de hoy no pensemos en otra persona, más que en nosotros mismos, porque ciertamente para poder valorar a los demás, tenemos que empezar valorándonos nosotros mismos, esto es lo que ésta frase nos transmite.
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Nuestro cuerpo nos permite hacer muchas cosas buenas, disfrutarlas en la vida. Ponte a pensar que tu cuerpo te ayuda a identificarte como persona; pero tu cuerpo no sólo te ayuda a interactuar contigo mismo, sino que también tu cuerpo te ayuda a interactuar con tu familia y el entorno.
Si no fuera por tu cuerpo, ellos no verían nada, porque, ciertamente, la mente es algo que no vemos, es intangible. El alma, que son las emociones, también es intangible.
Los que pueden o no cuidar de ti, los que primeramente están contigo, son los de tu familia. Pensemos que todos nacimos en una familia, de cualquier región, de cualquier idiosincrasia o estrato social, todos nacimos en una familia, lo que ha interactuado en esa familia hasta el día de hoy, ha sido sin duda, nuestro cuerpo.
No solamente eso, sino que cuando usted sale a la sociedad, también usamos nuestro cuerpo para convivir con los demás, en el trabajo, en la escuela, con los amigos y vecinos, es el cuerpo el que está interactuando. He aquí la importancia de entender que tenemos que cuidarlo.
Nuestro cuerpo es digno de aprecio, de respeto y de amor:
De aprecio, o sea de que se le valore. Es lamentable que hay ocasiones en las que se le da más aprecio a un celular que al propio cuerpo porque se ignora su gran costo.
De respeto, porque tiene dignidad. Somos dignos de respeto. Estamos conformados por órganos valiosísimos que merecen respeto pues nos dan la vida: el corazón, el cerebro, etc.
De amor, porque estamos en el cuerpo y debemos aprender a amarlo. Tristemente, a veces tenemos más amor por el trabajo, por el dinero o por los viajes, pero no tenemos amor por nuestro cuerpo; y
De cuidado, porque nos guste o no, somos realmente frágiles. Estamos habitando un cuerpo susceptible de enfermedades, un cuerpo que un día ya no va a funcionar todo o parcialmente.
Quiero comentar que hablar del cuidado del cuerpo y su valor es muy importante, ya que el núcleo de la sociedad es la familia, pero, ciertamente, para que se forme una familia, tiene que haber individuos, personas conformadas por cuerpo, alma y espíritu.
Quiero compartirle una frase de un poeta llamado Walt Withman que dice:
“Si algo es sagrado, eso es el cuerpo humano”
Vamos a dividir el cuerpo en tres partes, hablando en cada uno de ellos, como una parte de nuestro ser.
La primera parte es el espíritu, y cuando me refiero al espíritu estamos hablando del soplo de vida y pensamiento que tenemos como personas, que nos hace en sí mismos seres espirituales, con interrelación y con una necesidad espiritual real, la esencia de nuestro ser, la mente, de donde pueden venir pensamientos positivos, o pensamientos también destructivos; inclusive, pensamientos que a veces nos llevan a hacer cosas que están mal o nos ponen en estados de ánimo que no son los más convenientes.
La otra parte en la cual se divide nuestro ser, es el alma. El alma es el centro del ser humano, el lugar interior donde radican las emociones, los sentimientos; es decir, cómo percibimos la alegría, el gusto o el disgusto, la tristeza, la soledad. Tiene que ver con cuestiones de emociones, que también es muy importante.
Y la última parte, es el cuerpo. El cuerpo es aquello que podemos ver físicamente, lo que podemos ver del otro. Cuando nos paramos frente al espejo, podemos ver, ciertamente, lo que es nuestro cuerpo, y nos podemos dar cuenta de que hay mucha similitud, ciertos rasgos de acuerdo al país o región en el que se viva.
Nunca va a haber una persona completamente idéntica. Usted es especial, yo soy especial porque somos únicos y, como seres únicos, debemos conocernos, valorarnos y cuidarnos…
“Tu cuerpo es templo de la naturaleza y del espíritu divino, consérvalo sano, respétalo, estúdialo, concédele sus derechos”.
Detengámonos aquí, y el día de hoy no pensemos en otra persona, más que en nosotros mismos, porque ciertamente para poder valorar a los demás, tenemos que empezar valorándonos nosotros mismos, esto es lo que ésta frase nos transmite.
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Nuestro cuerpo nos permite hacer muchas cosas buenas, disfrutarlas en la vida. Ponte a pensar que tu cuerpo te ayuda a identificarte como persona; pero tu cuerpo no sólo te ayuda a interactuar contigo mismo, sino que también tu cuerpo te ayuda a interactuar con tu familia y el entorno.
Si no fuera por tu cuerpo, ellos no verían nada, porque, ciertamente, la mente es algo que no vemos, es intangible. El alma, que son las emociones, también es intangible.
Los que pueden o no cuidar de ti, los que primeramente están contigo, son los de tu familia. Pensemos que todos nacimos en una familia, de cualquier región, de cualquier idiosincrasia o estrato social, todos nacimos en una familia, lo que ha interactuado en esa familia hasta el día de hoy, ha sido sin duda, nuestro cuerpo.
No solamente eso, sino que cuando usted sale a la sociedad, también usamos nuestro cuerpo para convivir con los demás, en el trabajo, en la escuela, con los amigos y vecinos, es el cuerpo el que está interactuando. He aquí la importancia de entender que tenemos que cuidarlo.
Nuestro cuerpo es digno de aprecio, de respeto y de amor:
De aprecio, o sea de que se le valore. Es lamentable que hay ocasiones en las que se le da más aprecio a un celular que al propio cuerpo porque se ignora su gran costo.
De respeto, porque tiene dignidad. Somos dignos de respeto. Estamos conformados por órganos valiosísimos que merecen respeto pues nos dan la vida: el corazón, el cerebro, etc.
De amor, porque estamos en el cuerpo y debemos aprender a amarlo. Tristemente, a veces tenemos más amor por el trabajo, por el dinero o por los viajes, pero no tenemos amor por nuestro cuerpo; y
De cuidado, porque nos guste o no, somos realmente frágiles. Estamos habitando un cuerpo susceptible de enfermedades, un cuerpo que un día ya no va a funcionar todo o parcialmente.