Buenas tardes mpanguis,
Continuando con la lectura de la "Biografía de un Cimarrón" cito otro extracto de este maravilloso libro, interpretelo usted según sus enseñanzas.
Para los trabajos de la religión de los congos se usaban los muertos y los animales. A los
muertos les decían nkise y a los majases, emboba. Preparaban unas cazuelas que caminaban y
todo, y ahí estaba el secreto para trabajar. Se llamaban ngangas. Todos los congos tenían sus
ngangas para mayombe. Las ngangas tenían que jugar con el sol. Porque él siempre ha sido la
inteligencia y la fuerza de los hombres. Como la luna lo es de las mujeres. Pero el sol es más
importante, porque él es el que le da vida a la luna. Con el sol trabajaban los congos casi todos
los días. Cuando tenían algún problema con alguna persona, ellos seguían a esa persona por
un trillo cualquiera y recogían el polvo que ella pisaba. Lo guardaban y lo ponían en la
nganga o en un rinconcito. Según el sol iba bajando, la vida de la persona se iba yendo. Y a la
puesta del sol la persona estaba muertecita. Yo digo esto porque da por resultado que yo lo
vide mucho en la esclavitud.
La brujería tira más para los congos que para los lucumises. Los lucumises están más
ligados a los santos y a Dios. A ellos les gustaba levantarse temprano con la fuerza de la
mañana y mirar para el cielo y rezar oraciones y echar agua en el suelo. Cuando menos uno se
lo pensaba el lucumi estaba en lo suyo. Yo he visto negros viejos inclinados en el suelo más
de tres horas hablando en su lengua y adivinando. La diferencia entre el congo y el lucumi es
que el congo resuelve, pero el lucumi adivina. Lo sabe todo por los diloggunes, que son
caracoles de África con misterio dentro. Son blancos y abultaditos. Los ojos de Eleggua son
de ese caracol.
Nsala Malekum..
Continuando con la lectura de la "Biografía de un Cimarrón" cito otro extracto de este maravilloso libro, interpretelo usted según sus enseñanzas.
Para los trabajos de la religión de los congos se usaban los muertos y los animales. A los
muertos les decían nkise y a los majases, emboba. Preparaban unas cazuelas que caminaban y
todo, y ahí estaba el secreto para trabajar. Se llamaban ngangas. Todos los congos tenían sus
ngangas para mayombe. Las ngangas tenían que jugar con el sol. Porque él siempre ha sido la
inteligencia y la fuerza de los hombres. Como la luna lo es de las mujeres. Pero el sol es más
importante, porque él es el que le da vida a la luna. Con el sol trabajaban los congos casi todos
los días. Cuando tenían algún problema con alguna persona, ellos seguían a esa persona por
un trillo cualquiera y recogían el polvo que ella pisaba. Lo guardaban y lo ponían en la
nganga o en un rinconcito. Según el sol iba bajando, la vida de la persona se iba yendo. Y a la
puesta del sol la persona estaba muertecita. Yo digo esto porque da por resultado que yo lo
vide mucho en la esclavitud.
La brujería tira más para los congos que para los lucumises. Los lucumises están más
ligados a los santos y a Dios. A ellos les gustaba levantarse temprano con la fuerza de la
mañana y mirar para el cielo y rezar oraciones y echar agua en el suelo. Cuando menos uno se
lo pensaba el lucumi estaba en lo suyo. Yo he visto negros viejos inclinados en el suelo más
de tres horas hablando en su lengua y adivinando. La diferencia entre el congo y el lucumi es
que el congo resuelve, pero el lucumi adivina. Lo sabe todo por los diloggunes, que son
caracoles de África con misterio dentro. Son blancos y abultaditos. Los ojos de Eleggua son
de ese caracol.
Nsala Malekum..