[size=39]Kabuanga: La Sombra[/size]
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El concepto de la “Sombra” en el Palo Mayombe es un concepto muy importante para todos los seres humanos, pero en particular para aquellos iniciados en el culto. No son pocas las culturas africanas, entre las que podemos encontrar la egipcia, que dieron su propia importancia a esta parte del ser. Como cabria esperar, parte de este conocimiento acudió al Nuevo Mundo también, producto de la trata. Cuando hablamos de la sombra, hablamos de un concepto muy extenso y polifacético como para encuadrar en una breve introducción, pero sí diremos que la comprensión de la misma por parte de un Tata es algo importante. A mayor profundidad en esta comprensión, mayor entendimiento a la hora de poder solventar infinidad de cuestiones de ahijados o personas que pudiesen llegar a necesitar del Tata.
Escuchamos, en el Palo Mayombe, muchas veces menciones tales como “Le dieron sombra“, “Fue a tomar sombra” o incluso “Le tomaron rastro de la sombra“, “Buena sombra, buen sendero“, etc… Y muchas veces lo repetimos a modo de “argot religioso” porque así lo hemos escuchado a nuestros mayores en Cuba, sin preguntarnos muy bien nuestro propio nivel de comprensión sobre este concepto.
La Sombra, equivale a una parte (podríamos decir, una mitad) de nuestra propia alma. Aquel “otro polo” de nuestro ser que muchas veces denominamos “Astral” (utilizando conceptos del ocultismo europeo) y en el que se alojan latitudes profundas de nuestro ser, que Jung diria “arquetipos inconscientes”, así como entidades que la pueblan; afectando así diversos niveles de nuestra existencia, desde ecos simples (buena parte de nuestra salud física), hasta elementos más complejos (tendencias que influirán en nuestro camino y perjudicarán o beneficiarán, dependiendo el caso, nuestra trayectoria o destino). La Sombra es un elemento fuertemente maleable, es contagiado a su vez por elementos homólogos que pueden afectarla, a bien o a mal, por lo que un Ngangulero siempre tendrá muy en cuenta esta cuestión, siempre la tendrá muy presente.
En el Palo Mayombe, la sombra es muy influida por diversas operaciones: tal vez la mas importante sea el propio Rayamiento, donde firmas y otros procedimientos afectan fuertemente a la sombra de quien está sometiéndose a tal magnitud de ceremonia iniciática. Otros usos y costumbres en relación, que aparentemente pueden ser vistos simplemente como “tradiciones” (dormir a pie de Nganga la noche de iniciación, costumbre de muchos Munanzos), operan sobre la sombra del Nguello a traves de la aportación bienintencionada de los más fuertes elementos de los mayores de la casa y la propia sombra de los fundamentos (si es que hubiese diferencia, pues yo mismo soy Nganga… aunque ese es otro tema).
Las firmas, más allá de un lenguaje, suponen también (del otro lado) un conjunto de fuerzas bien combinadas. En muchos procedimientos para ciertas cuestiones, el propio tratado manda a plantar la firma sobre la sombra del “paciente” con la intención precisa de influirla a través de las fuerzas que representan esa firma: precisamente por la noción que existe del carácter influenciable de la Sombra.
Todo en el Universo nace de la oscuridad, un concepto de luz no tendría ningún sentido porque per se el significado de cualquier luz es el de iluminar. Si no existe una oscuridad elemental subyacente, la luz no tiene ningún sentido de existencia.
Nosotros mismos nacemos de la oscuridad de un vientre igual que otros mamíferos, los que no lo hacen así será de la oscuridad de un huevo, o de una semilla enterrada en lo profundo. La meta literal, metafórica o metafísica de la luz viene precedida de la permanencia en la oscuridad. Oscuridad bien entendida, no en un sentido “hollywoodiense” de intenso sabor peyorativo. Ni de conceptos estúpidamente zoroastricos del “bien y del mal” totalmente ajenos a nosotros, como a tantos cultos de origen pre-cristiano.
Cuando comprendemos “oscuridad, sombra” leemos raiz, razon intrínseca, antepasados, yo subyacente, origen.
¿Que hay de la sombra que proyecta el sol y la luna? Pues existen vitales diferencias entre ambas. Del mismo modo que si la sombra supone, por decirlo de algún modo y no necesariamente una literalidad matemática, una mitad de nuestra alma… esta misma sombra esta subdividida en dos facetas. Una, digamos, inteligente y no-mortal (que no inmortal) y otra fruto de la inercia y mortal (aún en una etapa algo posterior a la muerte del cuerpo).
¿Y que hay de otras sombras? Las sombras de árboles determinados, las sombras de algunos elementos, las sombras de determinados lugares, etc…
Cada una de ellas con sus propias funciones y con su propia operatividad cuando entendemos la sombra como un ser inteligente, aún fuera de los parámetros que nosotros entendemos por inteligencia. Cuando conocemos las formas de atraer la atención de esos fenómenos para obrar o beneficiarnos de ellos, así como beneficiar a nuestra comunidad. Algunos elementos tienen grabada en su sombra, no una memoria o nexo individual, sino colectivo de una comunidad: ejemplo de ciertos árboles sacros en la religiosidad afrocubana, y en el Palo Mayombe en particular. Un nexo con una “sombra ancestral” que nos une con aquel mundo de los antepasados en el cual nosotros “nacimos” aquella noche de iniciación y ¡por cierto! a la que pre-pertenecemos, y perteneceremos algún día cuando partamos.
La Sombra, pues, es un elemento profundo que evoca la raíz de muchas circunstancias actuales. Que el padrino debe de saber registrar, leer, y mejorar en los casos necesarios. Como si de un metafísico ADN se tratase, la sombra carga con la memoria de toda nuestra trayectoria (incluso más allá de nuestro nacimiento); baraja y sujeta, del mismo modo, la tendencia a la que nos dirigimos como resultado de las circunstancias.
En resumen, la sombra es una clave…
fuente: https://malembedotorg.wordpress.com/2015/04/12/kabuanga-la-sombra/
Saludos...[/size][/size]
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El concepto de la “Sombra” en el Palo Mayombe es un concepto muy importante para todos los seres humanos, pero en particular para aquellos iniciados en el culto. No son pocas las culturas africanas, entre las que podemos encontrar la egipcia, que dieron su propia importancia a esta parte del ser. Como cabria esperar, parte de este conocimiento acudió al Nuevo Mundo también, producto de la trata. Cuando hablamos de la sombra, hablamos de un concepto muy extenso y polifacético como para encuadrar en una breve introducción, pero sí diremos que la comprensión de la misma por parte de un Tata es algo importante. A mayor profundidad en esta comprensión, mayor entendimiento a la hora de poder solventar infinidad de cuestiones de ahijados o personas que pudiesen llegar a necesitar del Tata.
Escuchamos, en el Palo Mayombe, muchas veces menciones tales como “Le dieron sombra“, “Fue a tomar sombra” o incluso “Le tomaron rastro de la sombra“, “Buena sombra, buen sendero“, etc… Y muchas veces lo repetimos a modo de “argot religioso” porque así lo hemos escuchado a nuestros mayores en Cuba, sin preguntarnos muy bien nuestro propio nivel de comprensión sobre este concepto.
La Sombra, equivale a una parte (podríamos decir, una mitad) de nuestra propia alma. Aquel “otro polo” de nuestro ser que muchas veces denominamos “Astral” (utilizando conceptos del ocultismo europeo) y en el que se alojan latitudes profundas de nuestro ser, que Jung diria “arquetipos inconscientes”, así como entidades que la pueblan; afectando así diversos niveles de nuestra existencia, desde ecos simples (buena parte de nuestra salud física), hasta elementos más complejos (tendencias que influirán en nuestro camino y perjudicarán o beneficiarán, dependiendo el caso, nuestra trayectoria o destino). La Sombra es un elemento fuertemente maleable, es contagiado a su vez por elementos homólogos que pueden afectarla, a bien o a mal, por lo que un Ngangulero siempre tendrá muy en cuenta esta cuestión, siempre la tendrá muy presente.
En el Palo Mayombe, la sombra es muy influida por diversas operaciones: tal vez la mas importante sea el propio Rayamiento, donde firmas y otros procedimientos afectan fuertemente a la sombra de quien está sometiéndose a tal magnitud de ceremonia iniciática. Otros usos y costumbres en relación, que aparentemente pueden ser vistos simplemente como “tradiciones” (dormir a pie de Nganga la noche de iniciación, costumbre de muchos Munanzos), operan sobre la sombra del Nguello a traves de la aportación bienintencionada de los más fuertes elementos de los mayores de la casa y la propia sombra de los fundamentos (si es que hubiese diferencia, pues yo mismo soy Nganga… aunque ese es otro tema).
Las firmas, más allá de un lenguaje, suponen también (del otro lado) un conjunto de fuerzas bien combinadas. En muchos procedimientos para ciertas cuestiones, el propio tratado manda a plantar la firma sobre la sombra del “paciente” con la intención precisa de influirla a través de las fuerzas que representan esa firma: precisamente por la noción que existe del carácter influenciable de la Sombra.
Todo en el Universo nace de la oscuridad, un concepto de luz no tendría ningún sentido porque per se el significado de cualquier luz es el de iluminar. Si no existe una oscuridad elemental subyacente, la luz no tiene ningún sentido de existencia.
Nosotros mismos nacemos de la oscuridad de un vientre igual que otros mamíferos, los que no lo hacen así será de la oscuridad de un huevo, o de una semilla enterrada en lo profundo. La meta literal, metafórica o metafísica de la luz viene precedida de la permanencia en la oscuridad. Oscuridad bien entendida, no en un sentido “hollywoodiense” de intenso sabor peyorativo. Ni de conceptos estúpidamente zoroastricos del “bien y del mal” totalmente ajenos a nosotros, como a tantos cultos de origen pre-cristiano.
Cuando comprendemos “oscuridad, sombra” leemos raiz, razon intrínseca, antepasados, yo subyacente, origen.
¿Que hay de la sombra que proyecta el sol y la luna? Pues existen vitales diferencias entre ambas. Del mismo modo que si la sombra supone, por decirlo de algún modo y no necesariamente una literalidad matemática, una mitad de nuestra alma… esta misma sombra esta subdividida en dos facetas. Una, digamos, inteligente y no-mortal (que no inmortal) y otra fruto de la inercia y mortal (aún en una etapa algo posterior a la muerte del cuerpo).
¿Y que hay de otras sombras? Las sombras de árboles determinados, las sombras de algunos elementos, las sombras de determinados lugares, etc…
Cada una de ellas con sus propias funciones y con su propia operatividad cuando entendemos la sombra como un ser inteligente, aún fuera de los parámetros que nosotros entendemos por inteligencia. Cuando conocemos las formas de atraer la atención de esos fenómenos para obrar o beneficiarnos de ellos, así como beneficiar a nuestra comunidad. Algunos elementos tienen grabada en su sombra, no una memoria o nexo individual, sino colectivo de una comunidad: ejemplo de ciertos árboles sacros en la religiosidad afrocubana, y en el Palo Mayombe en particular. Un nexo con una “sombra ancestral” que nos une con aquel mundo de los antepasados en el cual nosotros “nacimos” aquella noche de iniciación y ¡por cierto! a la que pre-pertenecemos, y perteneceremos algún día cuando partamos.
La Sombra, pues, es un elemento profundo que evoca la raíz de muchas circunstancias actuales. Que el padrino debe de saber registrar, leer, y mejorar en los casos necesarios. Como si de un metafísico ADN se tratase, la sombra carga con la memoria de toda nuestra trayectoria (incluso más allá de nuestro nacimiento); baraja y sujeta, del mismo modo, la tendencia a la que nos dirigimos como resultado de las circunstancias.
En resumen, la sombra es una clave…
fuente: https://malembedotorg.wordpress.com/2015/04/12/kabuanga-la-sombra/
Saludos...[/size][/size]