Una religión a diferencia de un culto posee una estructura solida e inflexible que define con detalles claros lo que es aceptable y lo que no, delimita lo que son los atributos que debe poseer la persona para ser considerada adepta de la religión como tal por lo que en resumen, sí se tiene claro que aquel que desacata esos preceptos de base, desacata los dogmas de relevancia para la religión todavía que haga vida activa dentro de la religión no puede ser considerado como adepto de esa religión por cuanto no se encuadra dentro del arquetipo que tienen como requisito o ideal. ¿Qué pasa cuando una religión monoteísta condena la creencia en otros dioses [hecho éste lógico]? ¿qué pasa cuando una religión no espirita condena el Espiritismo? ¿qué pasa cuando una religión condena el mediumnismo? ¡simple! ¡condena a su vez a todos aquellos que no asuman la misma postura! por consiguiente, un adepto de una religión para serlo no apenas por el rotulo debe vivir esa religión e integrar los requisitos a fin de tener reconocimiento por su propia Iglesia. En Venezuela, la libertad de culto ha permitido la proliferación de múltiples Iglesias, múltiples religiones a fin de que el venezolano tenga la oportunidad de desarrollar su espiritualidad acorde a aquello que le es más afín y cultos religiosos flexibles como el culto a María Lionza, sin una estructura rígida permitió la integración de elementos por el sincretismo para ocuparse de las necesidades individuales, la aceptación lo convirtió en herencia y hoy se constituyen vertientes con cortes novedosas surgidas de ello.
Yo dije anteriormente que los santeros introdujeron elementos yorùbá, nació con ellos la corte africana donde sus entidades obedecen en devoción a los Òrìşàs lo que apoya el argumento ya dicho de que cada corte posee no solo un sistema propio sino deidades propias, y así, la presencia del catolicismo como la corte celestial es el resultado de la integración de católicos que no encontraron respuestas satisfactorias en la religión de base que practicaban y pasaron a un proceso de transición ya que así se llama cuando una persona tambalea entre dos vertientes, cultos o religiones, donde esta persona empieza a desintegrarse de un espacio para integrarse en otro pero ese proceso lleva tiempo y elementos arraigados a sus costumbres y fe deben estar presentes a fin de conservar su salud psíquica y emocional, ahí se mantuvo los santos católicos, las oraciones católicas y otros elementos católicos, más gente de allá vio eso, le resultó atractivo y empezaron a emigrar pero en mayor o menor medida, muchos siguen necesitan congregar en la Iglesia Católica aún cuando no son ortodoxos, todavía que rechazados mientras siguen diciendo que son católicos pero ya no cumplen con el arquetipo requisito ni con los preceptos, ahora son católicos de índole espirita. Lo que yo no veo correcto es que la Iglesia Católica rija con sus dogmas y preceptos la conducta y calendario, hay muchos que estando dentro del culto a María Lionza son obedientes de todo lo que se emite en aquella institución como mandato, no apenas por convicción al encontrarse de acuerdo con ello, tal es el caso de introducir restricciones como mitos referentes a la semana santa que es una tradición Católica, o hablar de un infierno de penas eternas y estamos verificando en la vivencia que la condición en que se encuentran los Espíritus es mutable, y su mundo es en absoluto físico; los indios como corte tienen sus deidades, sus tradiciones, sus enseñanzas, una filosofía de base, así los vikingos, los africanos, los chamarreros y muchas veces observamos que esas diferencias crean roces entre ellos lo que nos deja claro que aunque se toleren, no comparten la misma cosmovisión, sistema de creencias, metodologías entre otras tantas cosas, están ahí dónde hay una persona que cree en ellos y opta por ellos, donde son llamados. Para mí, el que no hayan personas definidas con cortes especificas podría deberse a la falta de conocimiento debido a que la persona aprende un Espiritismo integral, con ello, se define como vikingo pero mantiene todo subordinado al sistema Católico, con sus oraciones, con sus novenas y pare de contar. Sería bonito ver una caravana de corte india con oraciones, tradiciones y métodos indios, no separados de los otros, unidos, así, tantos conflictos respecto a los sincretismos mal resueltos se acabarían y con ello tantos dilemas, pero creo que eso está lejos de ser una posibilidad incluso porque la gente no acepta las diferencias y una vez que alguien se separa la campaña de difamación y guerra se inicia, así que podemos decir que también la inquisición se heredó.
Yo estuve en promesa en la Iglesia Católica, como típico médium, fui frágil de salud y fue muy dificultosa mi llegada al mundo. Duré años en ese proceso. Luego vino el catecismo, por una razón nunca tuve interés, tampoco nadie me forzó a hacerlo, aunque asistí nunca hice mi comunión; tiempo después estando más maduro, intenté, nada cambió. Tuve mi disgusto al sentir grandes crímenes realizados por parte de esa Iglesia, no obstante, nunca teniendo consciencia del por qué. Cuando me tocó pasar por el culto, ahí me tocó enfrentar las oraciones católicas, rituales que mezclaban elementos católicos y en fin, nunca conseguí ni recitar una oración católica ni realizar una sola cosa de esa, mis facciones se volvían de desagradado, algo me impedía, me neutralizaba hacerlo [y no era el Diablo por si acaso] y luego cuando intentaba volver, contemplar todo eso católico que iba a tener que adaptar, eso me desanimaba por completo, la solución era divorciarme de ello y asumir una vertiente más limpia en el sentido de eliminar los elementos que me impedían fluir en mi propia ejecución, al final, sabía cómo, la tasa de éxito, pero conseguí muchos tropiezos en cuanto a apoyo con alguna excepción, los marialionceros estaban dispuestos a arremeter contra mí si me atrevía a hacer eso, así, pasó el tiempo y nunca conseguí ni armonizar con lo católico ni retornar al culto, pero eso sí, algo me quedó claro con ello: ¡la razón de no conseguir armonizar con nada católico es porque no soy católico ni mi Espíritu tiene afinidad con ello! mi vertiente funcionaba, era integra y tenía bases, preceptos netamente espiritistas y contaban la historia donde se desarrollaron los cruzamientos a fin de no imponerse sino dar las bases para que otro pudiera "especializarse" según su propia afinidad, pero ese proyecto nunca caminó porque en síntesis tampoco empecé nunca a ejecutarlo. Soy espirita, desde los tiernos años de edad, no heredé esa naturaleza ni preceptos, los encontré e identifiqué en la madurez, posteriormente, también descubrí que adicional a ello, soy umbandista, donde plenamente encajé desde el día uno, por poseer la flexibilidad, los elementos, la cosmovisión espirita y todo en uno, estaban las bases, preceptos, dogmas desarrollados porque sí es una religión, así que, el proyecto que iría a realizar allá, ya existía dentro de la Umbanda así que solo me tocó ejecutarlo. En introspección me pregunté muchas veces: ¿será que tengo prejuicio respecto a la Iglesia Católica? en los debates siempre era severo y descalificativo con respecto a su historia, al final, ¡no! ¡no le tengo odio ni prejuicio! solo no apruebo lo que tenga malo en su historia, y con respecto a no adoptarla como mi sistema y religión, sencillamente mi Espíritu no es católico y por ello no es la Iglesia y Religión que me representan en la vida espiritual, por ello, jamás conseguí adaptarme a sus elementos, al final, en mi espiritualidad ha habido algo acentuado ¡NUNCA HE PODIDO HACER ALGO QUE NO ME NAZCA HACER DE CORAZÓN!
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.