ketu escribió: Buenas noches. Si he entendido bien a los hermanos mayores que me preceden.
La felicidad radica en que cumplamos el Programa vital de aprendizaje que elegimos ante el Creador por el que vinimos a encarnarnos a esta tierra. En cambio, el buscar en su lugar la satisfacción de los deseos, el placer en lugar del Bien, lleva a la insatisfacción, la inestabilidad y la infelicidad. La religión consiste entonces en religarse con ese Programa Divino. Tal vez sea nuesta propia voluntad la que nos prueba a nosotros mismos a través del deseo.
Un Saludo
¡Excelente deducción! de hecho, acorde a la interrogante que se hace a los Espíritus en ese arduo trabajo de investigación queriendo establecer "eso" que mantiene en orden "aquello" se plantearon muchas interrogantes que afortunadamente la psicología también ha estudiado dando buenas respuestas pero desde una perspectiva más material de lo que espiritual. Verá, la felicidad como tal acorde a muchas tradiciones e incluyendo la aseveración del Espiritismo es algo efímero y relativo ya que en el estado primitivo de la Tierra y su humanidad eso no es algo posible de realizarse en totalidad, no obstante, se puede mediante el trabajo interno disciplinar la mente y las emociones a fin de endulzar dentro de lo posible lo que son las experiencias a la que nos vemos sometidos mientras estamos sujetos a la carne, se trata de una enseñanza muy bien difundida entre las vertientes esotéricas antiguas y que se hizo a un lado considero que a propósito por los grupos políticos que se ligaron a la religión en la historia, de ahí deducimos bien por qué el Cristianismo forjó un culto externo que mantiene dependiente al adepto y no uno interno que lo independiza de cualquier dogma que existe; la "demanda" espiritual que ha afectado el auge del Cristianismo ortodoxo se ve en las fechas modernas razón por la cual vemos hoy una reforma que busca redimir todos esos hechos con el nuevo Papa. ¿Se acuerdan de Buda? si alguien lo ha estudiado se dará cuenta de que él como tantos otros se dieron cuenta de que la felicidad, la satisfacción, la paz, el amor, así como todas sus antagonistas relativas al padecimiento yacen en la mente y que no necesariamente habría la necesidad de existir cualquier concepto de lo divino, acorde a su descubrimiento la vida es una prueba y es vano luchar, estás obligado a seguir el curso que te corresponde y la resistencia apenas intensifica la agonía, en ese proceso el equilibrio interno es lo que te mantiene cuerdo y estable en lo que dura esa prueba y finalmente te consigues con ese concepto donde él afirma ser el dolor algo inevitable pero el sufrimiento como algo opcional lo que es un hecho si lo tratamos por la alta magia que se fundamenta en eso, el tratamiento espiritual básicamente se centra en la reforma del pensamiento y el sentir, modificar patrones de conducta y hábitos consiguiendo equilibrar al sujeto y ahí sí, el sujeto considera que se ha encontrado con Dios y su propio destino, lo comprende y lo acepta. Así pues, los estados sensacionales, el destino, el programa e incluso el misterio asociado a Dios encuentra respuesta en el inconsciente del sujeto, es decir, en su propia mente donde se puede explorar y descubrir misterios de una persona que jamás supondríamos. Hay mucho sobre esto, los trabajos recientes del Psicólogo Osvaldo Shimoda, los trabajos de Jung respecto a la sabiduría de los sueños, sobre el inconsciente y otros aspectos, la metafísica de la psicología y pare de contar todos hacen referencias más extensas de todo este complejo Universo.
En la referencia del Espiritismo, citando descubrimientos de Jung, en el ser humano parecieran habitar 2 seres de manera simultanea, y no es raro, hasta tenemos dos cerebros [animal o instintivo y consciente] y mientras que uno se dispone a realizar algo el otro puede protestar y en ese dilema es que surgen los estados de desequilibrio donde el hombre desencadena el conjunto de sucesos catastróficos que empiezan directamente desde su interior y terminan afectando su vida externa. El Espíritu como tal define un modelo de vida seleccionando incluso los dones [profesionales, intelectuales, artísticos, mediumnicos, etc.] queriendo extender sus experiencias y probar sus aprendizajes en el mundo espiritual midiendo su propia fijación de progreso, procura bajo todos los mecanismos asegurarse de que sea recordado y orientado adecuadamente para cumplir con sus tareas pero ahí viene ese hecho que mencionas luego, el de la tentación producto del propio sujeto ya que el Espíritu posee debilidades y pasiones y él mismo es quien se tienta, y en este caso es justo argumentar que Dios tienta al hombre, eso porque hay un concepto de dios interno que tiene existencia en el inconsciente de una persona, es decir, el dios interno que es en realidad la real consciencia de ese individuo denominada Espíritu es tentador por sus defectos y debilidades y es así como un Espíritu promiscuo que se ha planificado en promesa de castidad y lealtad hacia una mujer [por dar un ejemplo] sufre el asedio de pensamientos y la dirección instintiva que lo conduce continuamente a querer perseguir sus pasiones, que se encuentren a su alrededor los Espíritus denominados obsesores, demonios, quiumbas u otro nombre que lo incentiva apoyando su propia idea aumentando la tentación es otra cosa, no por ello quiere decir que el individuo es victima, al final de cuentas, él mismo crea las condiciones para ser tentado y sucumbir ante esa tentación si su voluntad es débil, al final de cuenta la prueba consiste en adversidad, por lo que el individuo que se programa fidelidad va a estar constantemente asediado por seres que lo van a seducir y con ello me refiero incluso a las mujeres y hombres que van a conspirar para su fracaso por malicia, por semejanza de defectos o por pura inercia. En base a esto entendemos que un hombre pobre cada vez que suena e imagina una vida y ve soluciones fáciles, saborea la riqueza no lo hace por pura ambición o desespero sino porque su propio Espíritu le envía los mensajes que anuncian que no le está gustando esa realidad y que se está debilitando, por consiguiente, busca sabotear su propio programa impulsando la mente consciente y el instinto para que la persona persiga una salida de escape; afortunadamente así como existen estos mecanismos para sabotear también existen otros defensivos y represivos que son los que te hacen cohibirte de tomar otros rumbos. ¿Causa espiritual de la melancolía? pasa cuando un Espíritu quiere estar en libertad, intenta desprenderse del cuerpo y no consigue, en casos extremos recurre al suicidio para liberarse creyendo que conseguiría libertad y en otros se entrega al vicio para escapar de la realidad a la que está obligado enfrentar; ¿causa de querer estudiar o ejercer una profesión en determinado momento? manifestación de la vocación, respuesta impositiva del programa; básicamente todo lo que se siente como impulso, tentación, deseo, anhelo, etc., tiene un origen en el Espíritu que por debilidad o por pasión, por cumplimiento se impone a través de los mecanismos de la consciencia y no es nada que cuando el propio Espíritu anda muy rebelde sabotea toda su vida, ahí se tranca caminos, se pone obstáculos, atrae Espíritus que dificulten su avance y otras situaciones desastrosas que son una señal de que algo debe arreglarse internamente en el sujeto. Las intuiciones, las premoniciones, los sueños son recursos sensoriales que son innatos al recuerdo del Espíritu, es decir, toda intuición, presentimiento, premonición, sueño que se tenga sobre algo que está pasando o va a pasar no es un mensaje divino sino el recuerdo que el propio sujeto se hace transmitir del inconsciente al consciente para avisar respecto a lo que va a suceder. Complejo ¿no? pero muy interesante ese asunto. Al final, si es Dios o no el que te tienta, es claro que, el que no se pone de acuerdo con su programa de vida, trabaja y conserva el equilibrio y se conduce por los mecanismos de la vida en su andar se presta no solo a caer en tentación alterando todo su plan sino a padecer terribles consecuencias en su vida psíquica y emocional lo que quitando el simbolismo del mito del infierno y el purgatorio transforman la realidad del sujeto en literales.
Elección de las pruebas :
Elección de las pruebas
258. En estado errante, y antes de iniciar una nueva existencia corporal, ¿tiene el Espíritu conciencia y previsión de lo que le sucederá durante la vida?
- Él mismo escoge el tipo de pruebas a que quiere ser sometido, y en esto consiste su libre albedrío.
258 a. ¿No es entonces Dios quien le impone las tribulaciones de la vida como castigo?
- Nada acontece sin permiso de Dios, por cuanto es Él quien ha establecido todas las leyes que rigen el Universo. ¡Preguntaréis por qué ha hecho tal ley en lugar de otra! Al dar al Espíritu la libertad de elegir, Él le deja toda la responsabilidad de sus actos y de sus consecuencias, sin obstruir para nada su porvenir. Suya puede ser la senda del bien, así como la del mal. Pero si cae derrotado le quedará un consuelo: el de que todo no terminó para él, y que Dios, en su bondad, le deja libre para reiniciar lo que hizo mal. Además, es menester distinguir lo que es obra de la voluntad de Dios, de aquello otro que es obra del hombre. Si un peligro os amenaza, no seréis vosotros quienes lo hayáis creado, sino Dios. Pero podéis exponeros voluntariamente a él, porque habéis visto en él un medio para vuestro propio adelanto, y Dios lo permite.
259. Si cabe al Espíritu elegir el género de pruebas que deberá afrontar, ¿se deduce de ello que todas las adversidades que experimentamos en la vida han sido previstas y escogidas por nosotros?
- “Todas” no es la palabra adecuada, porque no es cuestión de afirmar que hayáis seleccionado y previsto cuanto ha de aconteceros en el mundo, hasta las cosas de menor cuantía. Lo que elegisteis es una clase de pruebas: los detalles son consecuencia de la posición en que os halléis y a menudo de vuestras propias acciones. Si, por ejemplo, el Espíritu ha querido nacer entre malhechores, sabía a qué consecuencias se exponía, pero no conocía de antemano cada uno de los actos que iba a realizar. Tales actos son el efecto de su voluntad o de su libre arbitrio. El Espíritu sabe que al optar por semejante camino le aguarda determinado tipo de lucha. Conoce, pues, la índole de las vicisitudes por las que va a pasar, pero ignora si tal acontecimiento se producirá antes que tal otro. Los detalles nacen de la fuerza de las circunstancias. Sólo puede prever los sucesos importantes, aquellos que influirán sobre su destino. Si tomas un sendero escabroso sabes que deberás adoptar grandes precauciones, porque tienes posibilidades de caer, pero desconoces en qué lugar exacto se producirá tu caída, y quizá no caigas si eres lo bastante prudente. Si caminas por la vereda y te cae sobre la cabeza una teja desde lo alto, no creerás que estaba escrito, como vulgarmente se afirma.
260. ¿Cómo es posible que el Espíritu quiera nacer entre personas de mala vida?
- Precisa ser enviado a un medio en el que pueda someterse a la prueba que ha pedido. Es necesario que haya analogía: para luchar contra el instinto del bandolerismo tiene que encontrarse entre personas de esa laya.
261. En las pruebas que debe arrastrar el Espíritu para alcanzar la perfección ¿tiene que experimentar toda clase de tentaciones, debe pasar por todas las circunstancias capaces de despertar en él el orgullo y la envidia, la avaricia y la sensualidad, etcétera?
- Ciertamente que no, puesto que sabéis que hay entre ellos quienes toman desde el comienzo una senda que los exime de muchas pruebas. Pero el que se deje conducir por el mal camino corre todos los peligros que en el mismo existen. Puede un Espíritu, por ejemplo, pedir riqueza, y podrá concedérsela. Entonces, conforme a su carácter, es posible que se torne avaro o pródigo, egoísta o generoso; o si no, se entregará a todos los goces de la sensualidad. Pero esto no significa que deba pasar forzosamente por la serie de pruebas de todas esas características.
264. ¿Qué es lo que orienta al Espíritu en la elección de las pruebas que desea sufrir?
- Opta por aquellas que pueden ser para él una expiación, por la índole de las faltas que haya cometido, y hacerle adelantar más de prisa. Unos pueden, pues, imponerse una vida de miseria y privaciones, para tratar de arrostrarla con valor. Otros, querer probarse mediante las tentaciones de la fortuna y el poder, harto más peligrosas, por el abuso y el empleo inadecuado que de ellos es posible hacer, y por las pasiones viles que desencadenan. Otros, por último, quieren probarse por medio de las luchas que han de sostener en su contacto con el vicio.
266. ¿No parece natural que se elijan las pruebas menos penosas?
- A vosotros sí os parece, pero no al Espíritu. Cuando está despojado de la materia cesa la ilusión y piensa de otro modo.
267. ¿Puede el Espíritu hacer su elección mientras se encuentra encarnado?
- Su deseo podrá tener influencia. Ello depende de la intención que lo anima. Pero cuando es Espíritu desencarnado ve a menudo las cosas de una manera muy diferente. En todos los casos es el Espíritu el que escoge. Pero también podrá hacerlo en la vida material, porque el Espíritu tiene siempre momentos en que es independiente de la materia que habita.
267 a. Muchas personas desean grandeza y riquezas, y ciertamente que no las buscan como expiación ni como prueba…
- No cabe duda: es en la materia en la que se anhela esa grandeza, para disfrutar de ella, y el Espíritu la desea para conocer las vicisitudes que genera.
269. ¿Puede el Espíritu equivocarse respecto a la eficacia de la prueba que ha escogido?
- Podrá haber elegido una que sobrepase sus fuerzas, en cuyo caso sucumbe a ella. Puede también optar por una que no le aproveche en manera alguna, como, por ejemplo, si busca un género de vida ociosa e inútil. Pero entonces, una vez vuelto al Mundo de los Espíritus, cae en la cuenta de que no ganó nada y pide recuperar el tiempo perdido.
Suicidio :
946. ¿Qué opinión debe mereceros el suicidio que tiene por objeto escapar a las miserias y desengaños del mundo?
- ¡Pobres Espíritus que no poseen el valor de soportar las miserias de la existencia! Dios ayuda a quienes sufren, pero no a los que no tienen ni fuerza ni valor. Las tribulaciones de la vida son pruebas o expiaciones. ¡Bienaventurados los que las padezcan sin murmurar, porque serán recompensados por ello! En cambio, ¡desdichados de aquellos que esperan obtener su salvación de lo que, en su impiedad, llaman el azar o la fortuna! El azar o la fortuna –para servirme de su lenguaje- pueden, en efecto, serles propicios por un momento, pero sólo para hacerles sentir después, y con más crueldad, el vacío de sus palabras…
Reencarnación :
166. ¿Cómo puede acabar de depurarse el alma que no ha alcanzado la perfección durante la vida corporal?
- Sufriendo la prueba de una nueva existencia.
166 a. ¿De qué manera realiza el alma esta nueva existencia? ¿Por su transformación como Espíritu?
- Al depurarse, el alma experimenta sin duda una transformación, pero para ello necesita la prueba de la vida corporal.
167. ¿Cuál es el objetivo de la reencarnación?
- Expiación, mejoramiento progresivo de la humanidad. Sin esto, ¿dónde estaría la justicia?
169. El número de encarnaciones ¿es el mismo para todos los Espíritus?
- No, el que adelanta con rapidez se ahorra pruebas. No obstante, esas encarnaciones sucesivas son siempre muy numerosas, por cuanto el progreso es casi infinito.
Presentimiento :
522. ¿Es siempre el presentimiento una advertencia del Espíritu protector?
- El presentimiento es el consejo íntimo y oculto de un Espíritu que os quiere bien. Está asimismo en la intuición de la elección que se ha hecho. Es la voz del instinto. Antes de encarnar, el Espíritu tiene conocimiento de las principales fases de su existencia, esto es, del género de pruebas a las que se compromete. Cuando éstas poseen un carácter evidente, guarda de ellas en su fuero interno una especie de impresión, y esa impresión, que constituye la voz del instinto, al revelarse cuando se acerca el instante, se convierte en presentimiento.
¡Me apasioné! en fin, se ha perdido mucho a conveniencia del poderío político de las religiones el conocimiento sobre estos aspectos dejando a las personas al margen de sus frustraciones lo que les impide ponerse un plan defensivo a todos estos desequilibrios que les atrasan. Como si no fuese suficiente, entre el género de Espíritus que pueblan la esfera física se encuentran la mayoría de Espíritus malos, eternos fracasados por el abuso en el error incentivando a más desvíos y más errores a los que aceptan el reto de una prueba corpórea.
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.