A diferencia del Mayombe y la Brillumba, la Regla Kimbisa del Santo Cristo del Buen Viaje fue fundada en La Habana (1843) a mediados del siglo XIX por Andrés Facundo de los Dolores Petit, Terciario de la Orden de San Francisco en Guanabacoa, Isué de Bakokó Efor de la Sociedad Secreta Abakuá, y Padre Nkisi de la Regla fundada por él mismo. Esta regla se distingue de las anteriores, además, porque abraza todas las creencias y prácticas de las manifestaciones religiosas africanas enraizadas en Cuba, así como del catolicismo y el espiritismo. Es decir, que se adora a los nkisi, a los orishas, al santoral de la Iglesia Católica y a los espíritus que no han cumplido su misión en la tierra. Sus ceremonias más importantes son las siguientes: iniciación o jubileo de Padres, que se celebra el 5 de septiembre, coincidiendo con la fiesta del Santo Cristo del Buen Viaje; las fiestas de su patrono y guía, San Luís Beltrán, el 9 de octubre; la despedida del Año Viejo y el advenimiento del Año Nuevo, ocasión en la cual se da a comer a los difuntos que han pertenecido a la casa y al fundador de la Regla, Andrés Petit.El 5 de septiembre, los Padres y Madres Maestros, que es así como se llama a los mayores de la Regla Kimbisa, toman sus crucifijos, que tienen una carga mágica según lo estableciera Petit, y los entierran al pie de una Ceiba - árbol sagrado en todas las religiones afrocubanas, que sustituye en la liturgia al baobabs africano - por espacio de siete días. Después de desenterrarlos, los creyentes se limpian con hojas de paraíso, planta que posee grandes poderes depurativos. A media noche se hace un sacrificio a Zarabanda y se procede a efectuar una cena ritual dentro del templo, presidida por 12 Padres y Madres Maestros, rememorando así la Última Cena de Cristo con sus discípulos. A continuación, se efectúa una gran cena en la que participan todos los creyentes adscritos al templo. Por último, se circula entre los asistentes un recipiente para lavarse las manos mientras cantan: "Quitemos la mesa, quitémosla..."La comida más importante que ofrece la Regla Kimbisa es la Comida de los Muertos, el 31 de diciembre. Se expone entonces el fundamento, se encienden velas, se canta y se reza durante horas a los antepasados fallecidos; la Ceiba y la nganga reciben los sacrificios de sangre. Se traza en un lado del templo un círculo de tiza y se coloca una cazuela con arroz, frijoles y carne de puerco. Todos bailan y cantan alrededor de este círculo, e introducen los dedos en la cazuela, comiendo de su contenido hasta que quede vacía. Esta ceremonia indica la íntima comunión con los muertos.