¿Cuál es la razón de que algunas personas sean calmadas y otras ser agitadas?
A pesar de ser amigos, siempre existió una gran disputa entre Orunmilá y Èsù, para saber quién tenía más poder. Èsù con su dinamismo terminó sabiendo de una guerra en una ciudad, avisando a Orunimlá, que terminó con rabia, pues incluso siendo el Dios de la adivinación, todavía no sabía de lo ocurrido.
Ambos fueron a la ciudad, con el objetivo de ayudar a las personas de aquella tierra. Èsù, sin embargo, dijo a Orunmilá que, a su regreso, finalmente sabrían quién tenía más poder, él u Orunmilá.
A camino de la ciudad, ellos pararon en un poblado muy pobre, pidiendo para dormir en una pequeña casa. En medio de la noche, Èsù fue al lugar donde estaban las gallinas, mató un gallo y lo comió. Al volver para la habitación, despertó Orunmilá y dijo que ya se deberían ir. Orunmilá concordó con Èsù y se fueron juntos.
Al amanecer, los moradores de la casa donde los dos habían dormido, se dieron cuenta de la muerte del gallo y resolvieron ir a la caza de los dos, por lo ocurrido.
Tras algún tiempo caminando, Èsù vio a las personas de la ciudad y dijo a Orunmilá: ahora veremos quién tiene más poder.
Orunmilá siempre calmado respondió: yo tengo más poder, nadie me va a agarrar, yo ya sé que usted comió el gallo de aquellas personas.
Èsù, rápidamente subió en un árbol, Orunmilá hizo lo mismo. Los moradores, revueltos, comenzaron a cortar el árbol, para agarrar a los dos. Èsù, riendo mucho dijo: ahora yo quiero ver quien tiene más poder Orunmilá, ellos te van a agarrar.
Los moradores consiguieron derribar el árbol, pero Orunmilá inmediatamente se transformó en un río y Èsù en una gran piedra. Los hombres que cortaron el árbol procuraron, procuraron, pero no encontraron a nadie.
Algunos hombres con mucha sed, bebieron del agua del río en que Orunmilá se transformó. Como Orunmilá es una divinidad muy calmada y serena, aquellos hombres adquirieron la característica y serenidad.
Por otro lado, otros hombres se sentaron en la piedra en que Èsù se había transformado. Esos hombres adquirieron las características de esa divinidad, agitadas, juguetonas y desafiantes.
Por esa razón es que, hasta hoy, existen personas calmadas (las que tomaron del agua del río en que Orunmilá se transformó) y las personas agitadas (las que se sentaron en la piedra en que Èsù se transformó).
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.