No hace falta que me cuente, si hiciera eso terminaría por influenciar en mi percepción de los hechos y sería tomado como un intento de conmoverme quitando la imparcialidad que torna subjetiva la toma de decisiones. En ese instante, los sentimientos son inútiles, el calculo frío es un regalo bendito ya que a mis ojos usted puede ser victimo de una injusticia, pero a los ojos de algo más grande otras variables se pesan y generalmente, la victima suele ser responsable inconsciente de todo.
¿Qué le recomiendo yo? primero no tomar decisiones en base a desespero, odio, venganza y resentimiento ya que en ese momento otras consciencias se suman a la suya para hacerla errar; esas otras consciencias son conocidas como obsesores o Espíritus inferiores que gustan de filtrar la confusión y la discordia para acarrear delitos espirituales a una persona. Luego, en relación al trabajo que ya montó, ya se ligó a esos Espíritus por tanto, si sufrió ahora sufrirá más por no asegurarse primero de saber manipular energías y Espíritus altamente peligrosos. Para echarse para atrás usted debe revocar eso y sufrir en silencio los tormentos ya que esos Espíritus por su llanto no se van a conmover y tampoco le permitirán tener paz con nadie, ellos atacan donde duele. Luego debe limpiarse, abrirse caminos, recurrir a la terapia psicológica y una vez estable, si quiere proceder por vías espirituales para retomar la armonía afectiva, que exigen un equilibrio psíquico y emotivo, usted va a acudir a alguien que compruebe que de verdad sabe dónde está parado ya que a usted solo la lanzaron a negociar con mafiosos sin contarle los contras del oficio.
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.