El Espiritismo contempla un gran número de posibilidades. Se han recopilado casos de individuos que han reencarnado en un mismo sexo demasiado y cuando reencarnan en el otro traen consigo los gestos y todo lo que le caracterizaba en el otro género. En otros casos se trata de una prueba para el Espíritu que encarna que desea conocer las experiencias de la vida como un homosexual. En otros casos se impone reencarnar a la persona en otro sexo para así obligarlo a corregir ciertas cosas. Ejemplo: en la sala de Umbanda hay un caso de una mujer que reencarnó y fue prostituta varias veces de manera consecutiva y para romper con ese círculo vicioso la espiritualidad resolvió que naciera como hombre, no habiendo podido evadir su sentir y expresar que como mujer cultivó a lo largo de las encarnaciones anteriores. También se da el caso de la obsesión espiritual que también es popular por perturbar la inclinación sexual de las personas. Ejemplo: muchos de los influenciados por Espíritus de determinada naturaleza tienden a asumir su manera de expresarse y sentir, confundiendo lo ajeno con lo suyo y cae en una confusión. En la obsesión sexual, donde hay vampirismo en los genitales se genera una sobreexcitación genital a tal punto que se registran casos donde las terminaciones nerviosas han aumentado su sensibilidad en otras regiones forzando al individuo a satisfacer su ninfomanía probando otras formas de placer sexual. Ejemplo: un hombre que se expone a una obsesión sexual tiende con el tiempo a sentir estimulo en el ano, eso se debe a la estimulación nerviosa que se desvía a la próstata y que en algunos casos termina por convertirse en la única forma de satisfacción. Están también los traumas de gestación y crecimiento donde los padres del futuro humano tienden a expresar cierto rechazo hacia la nueva vida por ser de un sexo diferente; regresiones de edad reportan que en el periodo de gestación y los primeros años de vida hay una gran receptividad de parte del niño, y el Espiritismo explica que en ese periodo su Alma aún está fuera de su cuerpo que se continua desarrollando una vez afuera, y todo lo que percibe define problemas que éste podría llegar a tener en su conducta en el futuro. No se puede descartar los casos de Almas enamoradas que reencarnan en el mismo sexo y se reencuentran en la misma vida, e inevitablemente como dicen por ahí, “donde hubo fuego cenizas quedan”.
La reencarnación en sí lo único que va a modificar son las condiciones físicas proporcionando otro cuerpo y eventos en el plano material diversos que algunos coinciden con eventos pasados y otros en absoluto. Sin embargo, el Alma que encarna ese cuerpo es la misma, y lleva consigo la misma personalidad, forma de pensar, sentir, hacer las cosas y eso se manifiesta desde los tiernos años de edad. También los puntos débiles de la personalidad sobreviven; en base a eso, si un individuo perverso muere y vuelve a nacer, seguirá siendo igual de perverso que en esa otra vida si es que nada le hizo reflexionar y éste se decidió a reprimir toda esa malicia. El ser humano es un individuo con maldad latente porque en su mayoría los Espíritus que tienen cuerpo hoy en día son Almas que con anterioridad estuvieron en el bajo astral, umbral o como llaman los evangélicos, el infierno.
e¡Saravá!z
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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal?
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.