MAGIA ASTRAL LECCION II
Manejando Espíritus
Decir que las entidades, complejos, o nudos de éter que estructuran nuestras mentes inconscientes son “espíritus” es, lo admito, un convencionalismo, pero es uno que es efectivo, por lo que lo usaré aquí. Es justo cuando los tratamos como espíritus en el sentido mágico, que pueden ser dirigidos usando las técnicas de hechicería, y de esta manera parece prudente hacerlo así, incluso cuando es obvio por sus apariencias astrales que no lo son.
Está bien y adecuado intentar descubrir lo que ellos “realmente” son, pero como Frater U.•. D.•. apuntó en su “Modelos de la Magia”, todo lo que conseguiremos si lo hacemos es otro modelo. Me parece a mí que confiar en los convencionalismos es la mejor salida a este enigma, justo en la medida en que nos centramos en la dinámica de lo que sucede en lugar de las etiquetas que adhiramos sobre los componentes que estructuran el suceso.
Dado el uso del convencionalismo espiritualista, después, lo que hacemos cuando nos proyectamos astralmente es entrar en el reino de los espíritus y encontrarlos cara a cara. Haciéndolo así conseguimos la oportunidad de manipularlos, pero también nos hacemos a nosotros mismos accesibles para ser manipulados por ellos. Para mantener la integridad psíquica, es imperativo que siempre mantengamos una tirada superior.
Tres consideraciones son de primera importancia: mantener a los espíritus separados de nosotros mismos, averiguar sus naturalezas verdaderas, y obligarlos a obedecer. Mantener los espíritus separados de nosotros es una cuestión de guardar las distancias tanto “espacial” como emocionalmente, y del uso de destierros para purgar nuestras auras tanto antes como después del trabajo. Guardar la distancia significa que nunca deberías permitirte familiarizar con ellos. Cuando nos proyectamos estamos entrando en su territorio, y llamando a unos específicos, estamos encontrándolos en un estado fortificado.
Así que debemos estar seguros de que siempre somos los amos, y ellos los sirvientes. Esto implica la calmada asunción de autoridad. La pose imperiosa de un autócrata o un matón ellos la percibirían como sintomática de miedo interior, algo a ser explotado para su solaz, mientras que verlos como “seres sagrados” sería invertir los roles y dar la bienvenida a ser obsesionado por ellos.
El destierro por otra parte, simplemente es una forma de empezar limpio y acabar limpio, aunque puede también ser necesario como defensa durante la proyección en sí misma. Un destierro completo es vital antes de la separación de los cuerpos y justo antes de su reunión. Se debería usar también una breve forma de destierro, después de que se le da licencia para partir a un espíritu invocado, justo para asegurarse de que realmente se va.
Esto podría ser cualquier cosa desde un pentagrama dibujado con la propia daga astral, a la vibración de una apropiada palabra de poder. En todas estas cosas la experiencia suministrará las herramientas, solamente si el progreso propio es deliberado y persistente. Más sutil que cualquier esfuerzo de las entidades por invadir nuestras personas astrales, es el potencial para la decepción por su parte.
Crowley nos advierte de que todo espíritu que encontramos
– desde el más bajo al más alto – intentará persuadirnos de que es más importante de lo que realmente es. En el nivel más fundamental, está la tendencia humana de juzgar la importancia o validez de un espíritu por cómo de vívida la visión del mismo pueda ser. Puede que no sea un gran error, simplemente porque la intensidad de la visión sólo indica cuánta energía tiene detrás, y nada más. Así que la visión de un adolescente de su ansiedad sexual puede ser absolutamente impresionante, terrible de presenciar, pero madura para desinflarse por un buen rollo en el heno. La importancia de esta consideración puede ser ilustrada por cualquiera de los incidentes visionarios de los cánones Judío y Cristianos – desde la visión de Ezequiel del Carro de Dios, al encuentro de Saúl en la carretera de Damasco.
En cada caso la visón fue registrada como absolutamente abrumadora, pero incluso si confiamos en la sinceridad de los testigos, ¿qué parte de la visión fue el producto del propio desahogo de la desesperación del visionario (en el caso de Ezequiel), o la energía enviada por otros a través de ese tipo de conjuración conocida como oración (en el caso de Saúl)? Si Saúl reaccionó realmente a la energía enviada por los Nazarenos a los que estaba persiguiendo, quizá nosotros podríamos concluir que los últimos veinte siglos de fastidiosa pesadilla fueron puestos en movimiento no por una cuna mecida, sino que por la fulminante auto-rectitud de un mojigato auto-aborrecimiento.
Con tales potencialmente desastrosas consecuencias, podemos ver la importancia del conocimiento preciso de lo que un espíritu representa antes de que depositemos nuestra credibilidad en él. En algunos casos, por supuesto, es imposible estar absolutamente seguro. Como Crowley dijo, “el auténtico Nakhiel es indistinguible de la imagen peronsal de Nakhiel del Mago.” (p. 253) Cuanto más poder tengamos, más fácilmente creará el astral espíritus para satisfacer nuestros deseos.
Por supuesto que uno que haya asimilado el sistema Rosacruz, tendrá una imagen de la inteligencia del Sol dentro de su inconsciente, y por lo tanto debe tener una apariencia astral. Lo esencial es mantener la verdad de lo que una inteligencia del Sol debería ser, y no permitirle inflarse a sí misma convirtiéndose en algo demoniaco. Después de todo, las primeras cosas que nosotros encontraremos una vez comencemos a explorar nuestras mentes inconscientes, son espíritus que representan nuestra propia autoimportancia, y si son capaces de elegir espíritus legítimos, y así reclamar nuestra credibilidad y apoyo, crecerán hasta engullirnos completamente.
En su Ritual Magic in England, Francis King ofrece una ilustración de este proceso cuando escribe sobre las actividades de la Stella Matutina, el más mágicamente orientado fragmento sobreviviente de la Golden Dawn después de la partida de W. B. Yeats y Annie Horniman. Dentro de la Etella Matutina hubo un grupo de tres “adeptos” que se entregaron a una adelantada serie de visitas astrales a una organización de los “Mestros Ocultos”.
Estas visiones se suponían que resultaban en grandes iniciaciones con importantes temblores de tierra, pero concluyeron en nada más que la ruptura mental de los participantes. De los tres miembros del grupo, uno murió en un hospital mental mientras la líder, una tal Miss Stoddart, “se convirtió en una especie de patriótica protofascista.” Empezó escribiendo una columna para El Patriota bajo el nombre de “Búsqueda Interior”, convencida de que todas las órdenes mágicas incluyendo a la Stella Matutina, eran parte de una conspiración judía para dominar el mundo, una conspiración que incluía entre otros, a ¡La Plana Mayor General Alemana! La paranoia una vez empieza, puede no tener límites naturales.
King afirma que una causa principal de esta extravagancia astral, fue una aceptación no-crítica de la verdad de las visiones recibidas, tanto Mather como Crowley afirmaban que era necesario imponer una disciplina simbólica a las propias visiones, y esto se hacía mejor imponiendo un esquema simbólico dominante, mapa de poder, o “anatomía del cuerpo de Dios” sobre el propio universo simbólico. Para Mathers y Crowley, éste era el Árbol de la Vida de la Qabalah Hermética con sus diez Sephiroth y los veintidós senderos entre ellos. Un Taoísta por otra parte, tendría su propio esquema basado en las combinaciones del ying y el yang, un Católico Romano tendría la comunión de los Santos, y así con los demás. Crowley insistió en que los componentes simbólicos de cada uno de tales sistemas podrían ser acomodados sobre el Árbol, aunque a veces el observador desinteresado tiene la sospecha de que estuvo forzándolo.
En cualquier caso, antes de comenzar una proyección, uno debería elegir un símbolo específico a explorar y prestar atención a viajar a su lugar específico. Una vez en el astral, podrías empezar tu invocación del símbolo usando el Signo de Rasgando el Velo2 para abrir una puerta blasonada con él, y usando el gesto opuesto inmediatamente para cerrarla una vez hayas pasado a través de ella. Si el sistema de uno está basado en la Qabalah Hermética, se debería invocar con el apropiado nombre de dios y el pentagrama y hexagrama hasta que un espíritu guía aparezca.
Este guía debería estar vestido con los colores del Sephirah apropiado al símbolo, y debería ser puesto a prueba asumiendo los signos del grado de la Sephirah y preguntándole si viene en el nombre del nombre del dios de la Sephirah. Los espíritus legítimos se harán más fuertes; los impostores se desintegrarán. Y lo mismo se aplica a cualquier otro espíritu que uno encuentre mientras se viaja alrededor del símbolo. Otra forma clásica de afirmar autoridad, es asumir la forma del dios que tiene dominio sobre el símbolo en cuestión. La forma del dios es la representación tradicional del poder que el dios representa, una figura ideal, mientras que los espíritus que se encuentran en el astral son entidades reales con sus propias razones particulares para ser, y por lo tanto su propia independencia. Así que la asunción de formas divinas no es arriesgada, como lo sería permitir a un espíritu que ocupara tu aura. La asunción de formas divinas es invocación.
Permitir a un espíritu que ocupe tu aura es una invitación a la obsesión. Por supuesto que el problema con todo esto es, que solamente es apropiado para aquellos que están deseando programar sus mentes inconscientes con una tradición simbólica específica. En el caso de la Golden Dawn, significaba que cada unidad de significado que se deseaba investigar, primero tenía que ser atribuida a una localización específica sobre el Árbol de la Vida, porque de otra manera no se tendría un simbolismo estándar contra el que chequear la visión. Esto es obviamente inaceptable para aquellos que rechazan las suposiciones neoplatónicas en las que está enraizada la ontología Qabalística, o incluso aquellos como yo, que pueden aceptan aspectos del neoplatonismo pero encuentran el Árbol de la Vida demasiado limitado para describir las complejidades de la arquitectura inconsciente y su conexión con el Absoluto indiferenciado. Nuestras mentes inconscientes son únicas de cada uno y para explorarlas competentemente debemos hacerlo sin un mapa. No obstante, debemos dibujar el mapa nosotros mismos mientras las sondeamos, dando nombre a cada localización o habitante con nuestros propios nombres especiales conforme las encontramos.
Pero todavía permanece el riesgo de auto-inflación y decepción, y en cualquier caso debemos tener la habilidad de llamar a lo que queremos. Por lo que necesitamos una manera de invocar entidades específicas y verificar nuestras visiones de ellas. La solución que he adoptado es una variante del método de conjuración elemental de Austin Spare, aplicado al procedimiento de la Golden Dawn para la proyección astral. Para encontrar a cualquier espíritu específico en el astral, puedes comenzar tus preparativos definiendo su función en una sentencia breve. Después deberías eliminar las letras duplicadas para que sólo quede una de cada, y diseñar un monograma de ellas. Deberías empezar a llenar este sigilo con energía, visualizándolo cuando quiera que tengas la libre creencia de que lo has liberado desmembrando las pasiones vía el principio de Neither-Neither (Ni esto Ni lo otro). No debería tomar mucho vivificar tal sigilo para propósitos astrales; unas pocas idas y venidas y un escupitajo con tu afiliado pélvico deberían ser bastante, mucho menos que lo que te requeriría generar un evento físico.
Cuando vas al astral, estás entrando en el propio territorio de los espíritus, no exigiéndoles que actúen en el tuyo, así que los requerimientos energéticos son mucho más bajos.
Una vez has energetizado tu sigilo, deberías empezar a usarlo como un medio para el dibujo automático, como una forma de diseñar una letra sagrada para representar al espíritu en cuestión. Para hacerlo simplemente garabatea a la deriva mientras que miras fijamente el sigilo - hasta que reconozcas una forma o arreglo de líneas que parezca representar el poder dinámico que el espíritu controla. Esto lo deberías abstraer en un carácter discreto.
Una vez tienes uno que parezca apropiado, deberías confirmarlo con una serie de adivinaciones con cualquier oráculo que encuentres de confianza. Finalmente, puedes construir un mantra a través de una degradación fónica de la sentencia que define tu espíritu (y que has usado para construir el sigilo). Esta técnica es descrita por XXXXXXXX en su Libro XXXXXX y consiste en eliminar las letras duplicadas y rearreglar las sílabas para producir un nombre apropiadamente “bárbaro” de evocación. Tal mantra podría también servir como un nombre para el espíritu, o quizá encontrarás otros métodos que servirán mejor. Para mí, primero empecé a construir nombres con el “Orden y Valor del Alfabeto Inglés” de Crowley, después recibiéndolos directamente de mi Santo Ángel Guardián, que me dijo su nombre después de que tuve éxito en invocarla.
Sin embargo tú hazlo, los nombres son necesarios. Necesitas tener un nombre para dirigirte al espíritu cuando lo enlaces. También necesitarás uno para llamar al espíritu o silenciarlo mientras estés en estado normal de consciencia, o para obtener su asistencia o ser librado de él. Una cualificación importante, sin embargo, es que éste necesita ser un “nombre bárbaro” en lugar de una descripción en inglés de lo que piensas que el espíritu representa.
Las descripciones en inglés vienen de la consciencia, y eso puede ser limitador. Lo mejor es darle un “adecuado” nombre sin sentido, y permitirle definir su propia identidad. En cualquier caso, con el mantra, el sigilo alfabético y la letra sagrada, deberías tener bastante simbolismo para llamar y poner a prueba al espíritu en cuestión, permitiéndote proceder en el uso de la técnica de Crowley justo como es descrita, o cualquier conveniente variación de ella. Lo que es, usar el sigilo o ir a través de un sigilo marcado en una puerta, para entrar al reino del espíritu, y llamarlo con el mantra, después usar el mantra con el sigilo y la letra sagrada para chequear lo que venga.
Los impostores se desintegrarán donde los espíritus verdaderos se harán más fuertes, quizá tan fuertes que la confrontación se volverá desagradable, por ejemplo si el espíritu es un demonio cuyo más grande estímulo para crecer era alguna debilidad personal o inmadurez. Pero esto no quiere decir que este método esté libre de dificultades técnicas. De hecho, en la práctica es increíblemente complicado. Cada espíritu requiere un sigilo propio para ser llamado; es medianamente imposible averiguar la verdadera naturaleza de los espíritus que puedas encontrar “por casualidad” durante las proyecciones; y por lo tanto no hay forma de acotar los resultados de las exploraciones deliberadamente desenfocadas del paisaje astral. Francamente, si vamos a explorar el astral sin un mapa tradicional como el Árbol de la Vida, necesitaremos guía.
Por esta razón, y no por cualquier aspiración hacia lo Más
Alto Transcendente, frecuentemente he reiterado la necesidad de adquirir el Conocimiento y Conversación del Santo Ángel Guardián, esa entidad que fue introducida dentro de la tradición mágica inglesa por El Libro de la Magia Sagrada de Abramelin el Mago, traducido por S. L. MacGregor Mathers. Ahora bien, los caoistas dogmáticos dicen que mi reiteración en este caso ha sido hecha ad nauseam, pero como cualquier ideólogo, los caoistas dogmáticos son invariablemente ignorantes, a diferencia de las iluminadas personas de mente abierta, que están leyendo este ensayo. Y teniendo yo mismo la mente abierta, voy a intentar mantener mis suposiciones prácticas concernientes al SAG tan no-dogmáticas como me sea posible, incluso aunque mis sentimientos personales sobre ello tiendan hacia lo neoplatónico.
Pero estoy intentando ser implacablemente práctico, así que confesaré que lógicamente no hay forma de saber si la conjuración del Ángel llama a un espíritu preexistente desde los más altos aspectos de la personalidad (como Crowley y yo lo tendríamos), o si nosotros manufacturamos al Ángel de materia psíquica informe a través de largos meses de reiteración de la conjuración. Solamente una verdaderamente objetiva perspectiva podría decirnos cuál es la alternativa correcta, una perspectiva que no puede existir, o no en este universo. Indiferentemente de dónde creamos que viene, la forma más inexorablemente práctica de ver al SAG es como un tipo de director personal, secretario ejecutivo o capataz que tiene el conocimiento y la autoridad sobre todos los elementos del propio enjambre espiritual, pero ninguna otra función en absoluto. Así que puede decirte qué espíritus son responsables de una función dada, cuáles son sus nombres, cómo evocarlos y si sería sabio para ti evocarlos, pero no si tú todavía serías santo si compraras un coche nuevo.
Al centrarnos así en la operación del Ángel, lo hacemos más poderoso que cualquier generalizado portador de buenos consejos, y también lo guardamos de ser contaminado por espíritus con ideas propias que podrían desear apropiarse de la autoridad de la función del Ángel para sacarle punta. Incidentalmente, esta restricción de la función del Ángel está completamente de acuerdo con el tratamiento de Abramelin del mismo. Para él, el buen consejo vino del Señor Dios, los Profetas y la Ley, con el Ángel teniendo autoridad solamente sobre los espíritus y cómo podemos usarlos apropiadamente.
La manera de familiarizarse con el propio Ángel de cada uno, fue originalmente la reclusión durante seis meses prescrita por Abramelin el Mago. Una versión más moderna es los diez meses de repeticiones de incrementada frecuencia del Liber Samekh sugerida por Aleister Crowley. Pero de hecho el método de usar sigilos y letras sagradas es también efectivo, y toma menos tiempo, aunque puede requerir varias semanas de rellenar tu sigilo con libre creencia antes de que tu Ángel aparezca en tu visón astral. Y debería añadir que después de que encontré a mi Ángel por el uso de este método, usé varias docenas de repeticiones del Samekh para cimentar la relación. Sin embargo tú hazlo, el punto crucial es aprender el nombre del Ángel, porque después puedes llamarlo con facilidad – sea para aconsejarte en los detalles de tu trabajo espiritual o para ayudarte a manejar alguna situación astral que esté en peligro de írsete de las manos.
Para cerrar esta sección sobre el manejo de espíritus, enfatizaría que antes de que trabajes con cualquier espíritu, desde el más bajo demonio hasta tu Santo Ángel, es necesario atarlo a tu voluntad. La manera de hacer esto es congregarlo frente a ti, dentro de tu visión astral y entonces recitar una carga ritual sobre él. Las cargas tradicionales de los antiguos grimorios funcionan muy bien aquí, pero si usas una de ellas o no, la carga que uses debería ser lo bastante larga como para que su recitación sea algo elaborado. Decir simplemente: “¡Obedéceme en todas las cosas!” sería un incompetente escabullirse, y puedes estar seguro de que sería totalmente inefectivo. Yo mismo uso la carga de Crowley adaptada de su “Invocación Preliminar” para el Goecia, que dice:
Escúchame; y haz que todos los Espíritus estén sujetos a Mí: así que cada Espíritu del Firmamento y del Éter; sobre la Tierra y debajo de la Tierra; sobre Tierra seca y en el Agua; de Remolineante Aire, y de Dinámico Fuego; y todo Hechizo y Azote de Dios puedan serme obedientes.
Dichas con concentración total e intención, estas palabras serán difíciles de pronunciar, como si el movimiento de tu mandíbula fuera el que estuviera efectuando la atadura. Deberías repetir la carga hasta que su pronunciación se vuelva fácil, en cuyo punto puedes estar seguro de que el espíritu te obedecerá dentro de los límites de su poder, sólo si tienes la presencia de mente para ordenar su obediencia.
Manejando Espíritus
Decir que las entidades, complejos, o nudos de éter que estructuran nuestras mentes inconscientes son “espíritus” es, lo admito, un convencionalismo, pero es uno que es efectivo, por lo que lo usaré aquí. Es justo cuando los tratamos como espíritus en el sentido mágico, que pueden ser dirigidos usando las técnicas de hechicería, y de esta manera parece prudente hacerlo así, incluso cuando es obvio por sus apariencias astrales que no lo son.
Está bien y adecuado intentar descubrir lo que ellos “realmente” son, pero como Frater U.•. D.•. apuntó en su “Modelos de la Magia”, todo lo que conseguiremos si lo hacemos es otro modelo. Me parece a mí que confiar en los convencionalismos es la mejor salida a este enigma, justo en la medida en que nos centramos en la dinámica de lo que sucede en lugar de las etiquetas que adhiramos sobre los componentes que estructuran el suceso.
Dado el uso del convencionalismo espiritualista, después, lo que hacemos cuando nos proyectamos astralmente es entrar en el reino de los espíritus y encontrarlos cara a cara. Haciéndolo así conseguimos la oportunidad de manipularlos, pero también nos hacemos a nosotros mismos accesibles para ser manipulados por ellos. Para mantener la integridad psíquica, es imperativo que siempre mantengamos una tirada superior.
Tres consideraciones son de primera importancia: mantener a los espíritus separados de nosotros mismos, averiguar sus naturalezas verdaderas, y obligarlos a obedecer. Mantener los espíritus separados de nosotros es una cuestión de guardar las distancias tanto “espacial” como emocionalmente, y del uso de destierros para purgar nuestras auras tanto antes como después del trabajo. Guardar la distancia significa que nunca deberías permitirte familiarizar con ellos. Cuando nos proyectamos estamos entrando en su territorio, y llamando a unos específicos, estamos encontrándolos en un estado fortificado.
Así que debemos estar seguros de que siempre somos los amos, y ellos los sirvientes. Esto implica la calmada asunción de autoridad. La pose imperiosa de un autócrata o un matón ellos la percibirían como sintomática de miedo interior, algo a ser explotado para su solaz, mientras que verlos como “seres sagrados” sería invertir los roles y dar la bienvenida a ser obsesionado por ellos.
El destierro por otra parte, simplemente es una forma de empezar limpio y acabar limpio, aunque puede también ser necesario como defensa durante la proyección en sí misma. Un destierro completo es vital antes de la separación de los cuerpos y justo antes de su reunión. Se debería usar también una breve forma de destierro, después de que se le da licencia para partir a un espíritu invocado, justo para asegurarse de que realmente se va.
Esto podría ser cualquier cosa desde un pentagrama dibujado con la propia daga astral, a la vibración de una apropiada palabra de poder. En todas estas cosas la experiencia suministrará las herramientas, solamente si el progreso propio es deliberado y persistente. Más sutil que cualquier esfuerzo de las entidades por invadir nuestras personas astrales, es el potencial para la decepción por su parte.
Crowley nos advierte de que todo espíritu que encontramos
– desde el más bajo al más alto – intentará persuadirnos de que es más importante de lo que realmente es. En el nivel más fundamental, está la tendencia humana de juzgar la importancia o validez de un espíritu por cómo de vívida la visión del mismo pueda ser. Puede que no sea un gran error, simplemente porque la intensidad de la visión sólo indica cuánta energía tiene detrás, y nada más. Así que la visión de un adolescente de su ansiedad sexual puede ser absolutamente impresionante, terrible de presenciar, pero madura para desinflarse por un buen rollo en el heno. La importancia de esta consideración puede ser ilustrada por cualquiera de los incidentes visionarios de los cánones Judío y Cristianos – desde la visión de Ezequiel del Carro de Dios, al encuentro de Saúl en la carretera de Damasco.
En cada caso la visón fue registrada como absolutamente abrumadora, pero incluso si confiamos en la sinceridad de los testigos, ¿qué parte de la visión fue el producto del propio desahogo de la desesperación del visionario (en el caso de Ezequiel), o la energía enviada por otros a través de ese tipo de conjuración conocida como oración (en el caso de Saúl)? Si Saúl reaccionó realmente a la energía enviada por los Nazarenos a los que estaba persiguiendo, quizá nosotros podríamos concluir que los últimos veinte siglos de fastidiosa pesadilla fueron puestos en movimiento no por una cuna mecida, sino que por la fulminante auto-rectitud de un mojigato auto-aborrecimiento.
Con tales potencialmente desastrosas consecuencias, podemos ver la importancia del conocimiento preciso de lo que un espíritu representa antes de que depositemos nuestra credibilidad en él. En algunos casos, por supuesto, es imposible estar absolutamente seguro. Como Crowley dijo, “el auténtico Nakhiel es indistinguible de la imagen peronsal de Nakhiel del Mago.” (p. 253) Cuanto más poder tengamos, más fácilmente creará el astral espíritus para satisfacer nuestros deseos.
Por supuesto que uno que haya asimilado el sistema Rosacruz, tendrá una imagen de la inteligencia del Sol dentro de su inconsciente, y por lo tanto debe tener una apariencia astral. Lo esencial es mantener la verdad de lo que una inteligencia del Sol debería ser, y no permitirle inflarse a sí misma convirtiéndose en algo demoniaco. Después de todo, las primeras cosas que nosotros encontraremos una vez comencemos a explorar nuestras mentes inconscientes, son espíritus que representan nuestra propia autoimportancia, y si son capaces de elegir espíritus legítimos, y así reclamar nuestra credibilidad y apoyo, crecerán hasta engullirnos completamente.
En su Ritual Magic in England, Francis King ofrece una ilustración de este proceso cuando escribe sobre las actividades de la Stella Matutina, el más mágicamente orientado fragmento sobreviviente de la Golden Dawn después de la partida de W. B. Yeats y Annie Horniman. Dentro de la Etella Matutina hubo un grupo de tres “adeptos” que se entregaron a una adelantada serie de visitas astrales a una organización de los “Mestros Ocultos”.
Estas visiones se suponían que resultaban en grandes iniciaciones con importantes temblores de tierra, pero concluyeron en nada más que la ruptura mental de los participantes. De los tres miembros del grupo, uno murió en un hospital mental mientras la líder, una tal Miss Stoddart, “se convirtió en una especie de patriótica protofascista.” Empezó escribiendo una columna para El Patriota bajo el nombre de “Búsqueda Interior”, convencida de que todas las órdenes mágicas incluyendo a la Stella Matutina, eran parte de una conspiración judía para dominar el mundo, una conspiración que incluía entre otros, a ¡La Plana Mayor General Alemana! La paranoia una vez empieza, puede no tener límites naturales.
King afirma que una causa principal de esta extravagancia astral, fue una aceptación no-crítica de la verdad de las visiones recibidas, tanto Mather como Crowley afirmaban que era necesario imponer una disciplina simbólica a las propias visiones, y esto se hacía mejor imponiendo un esquema simbólico dominante, mapa de poder, o “anatomía del cuerpo de Dios” sobre el propio universo simbólico. Para Mathers y Crowley, éste era el Árbol de la Vida de la Qabalah Hermética con sus diez Sephiroth y los veintidós senderos entre ellos. Un Taoísta por otra parte, tendría su propio esquema basado en las combinaciones del ying y el yang, un Católico Romano tendría la comunión de los Santos, y así con los demás. Crowley insistió en que los componentes simbólicos de cada uno de tales sistemas podrían ser acomodados sobre el Árbol, aunque a veces el observador desinteresado tiene la sospecha de que estuvo forzándolo.
En cualquier caso, antes de comenzar una proyección, uno debería elegir un símbolo específico a explorar y prestar atención a viajar a su lugar específico. Una vez en el astral, podrías empezar tu invocación del símbolo usando el Signo de Rasgando el Velo2 para abrir una puerta blasonada con él, y usando el gesto opuesto inmediatamente para cerrarla una vez hayas pasado a través de ella. Si el sistema de uno está basado en la Qabalah Hermética, se debería invocar con el apropiado nombre de dios y el pentagrama y hexagrama hasta que un espíritu guía aparezca.
Este guía debería estar vestido con los colores del Sephirah apropiado al símbolo, y debería ser puesto a prueba asumiendo los signos del grado de la Sephirah y preguntándole si viene en el nombre del nombre del dios de la Sephirah. Los espíritus legítimos se harán más fuertes; los impostores se desintegrarán. Y lo mismo se aplica a cualquier otro espíritu que uno encuentre mientras se viaja alrededor del símbolo. Otra forma clásica de afirmar autoridad, es asumir la forma del dios que tiene dominio sobre el símbolo en cuestión. La forma del dios es la representación tradicional del poder que el dios representa, una figura ideal, mientras que los espíritus que se encuentran en el astral son entidades reales con sus propias razones particulares para ser, y por lo tanto su propia independencia. Así que la asunción de formas divinas no es arriesgada, como lo sería permitir a un espíritu que ocupara tu aura. La asunción de formas divinas es invocación.
Permitir a un espíritu que ocupe tu aura es una invitación a la obsesión. Por supuesto que el problema con todo esto es, que solamente es apropiado para aquellos que están deseando programar sus mentes inconscientes con una tradición simbólica específica. En el caso de la Golden Dawn, significaba que cada unidad de significado que se deseaba investigar, primero tenía que ser atribuida a una localización específica sobre el Árbol de la Vida, porque de otra manera no se tendría un simbolismo estándar contra el que chequear la visión. Esto es obviamente inaceptable para aquellos que rechazan las suposiciones neoplatónicas en las que está enraizada la ontología Qabalística, o incluso aquellos como yo, que pueden aceptan aspectos del neoplatonismo pero encuentran el Árbol de la Vida demasiado limitado para describir las complejidades de la arquitectura inconsciente y su conexión con el Absoluto indiferenciado. Nuestras mentes inconscientes son únicas de cada uno y para explorarlas competentemente debemos hacerlo sin un mapa. No obstante, debemos dibujar el mapa nosotros mismos mientras las sondeamos, dando nombre a cada localización o habitante con nuestros propios nombres especiales conforme las encontramos.
Pero todavía permanece el riesgo de auto-inflación y decepción, y en cualquier caso debemos tener la habilidad de llamar a lo que queremos. Por lo que necesitamos una manera de invocar entidades específicas y verificar nuestras visiones de ellas. La solución que he adoptado es una variante del método de conjuración elemental de Austin Spare, aplicado al procedimiento de la Golden Dawn para la proyección astral. Para encontrar a cualquier espíritu específico en el astral, puedes comenzar tus preparativos definiendo su función en una sentencia breve. Después deberías eliminar las letras duplicadas para que sólo quede una de cada, y diseñar un monograma de ellas. Deberías empezar a llenar este sigilo con energía, visualizándolo cuando quiera que tengas la libre creencia de que lo has liberado desmembrando las pasiones vía el principio de Neither-Neither (Ni esto Ni lo otro). No debería tomar mucho vivificar tal sigilo para propósitos astrales; unas pocas idas y venidas y un escupitajo con tu afiliado pélvico deberían ser bastante, mucho menos que lo que te requeriría generar un evento físico.
Cuando vas al astral, estás entrando en el propio territorio de los espíritus, no exigiéndoles que actúen en el tuyo, así que los requerimientos energéticos son mucho más bajos.
Una vez has energetizado tu sigilo, deberías empezar a usarlo como un medio para el dibujo automático, como una forma de diseñar una letra sagrada para representar al espíritu en cuestión. Para hacerlo simplemente garabatea a la deriva mientras que miras fijamente el sigilo - hasta que reconozcas una forma o arreglo de líneas que parezca representar el poder dinámico que el espíritu controla. Esto lo deberías abstraer en un carácter discreto.
Una vez tienes uno que parezca apropiado, deberías confirmarlo con una serie de adivinaciones con cualquier oráculo que encuentres de confianza. Finalmente, puedes construir un mantra a través de una degradación fónica de la sentencia que define tu espíritu (y que has usado para construir el sigilo). Esta técnica es descrita por XXXXXXXX en su Libro XXXXXX y consiste en eliminar las letras duplicadas y rearreglar las sílabas para producir un nombre apropiadamente “bárbaro” de evocación. Tal mantra podría también servir como un nombre para el espíritu, o quizá encontrarás otros métodos que servirán mejor. Para mí, primero empecé a construir nombres con el “Orden y Valor del Alfabeto Inglés” de Crowley, después recibiéndolos directamente de mi Santo Ángel Guardián, que me dijo su nombre después de que tuve éxito en invocarla.
Sin embargo tú hazlo, los nombres son necesarios. Necesitas tener un nombre para dirigirte al espíritu cuando lo enlaces. También necesitarás uno para llamar al espíritu o silenciarlo mientras estés en estado normal de consciencia, o para obtener su asistencia o ser librado de él. Una cualificación importante, sin embargo, es que éste necesita ser un “nombre bárbaro” en lugar de una descripción en inglés de lo que piensas que el espíritu representa.
Las descripciones en inglés vienen de la consciencia, y eso puede ser limitador. Lo mejor es darle un “adecuado” nombre sin sentido, y permitirle definir su propia identidad. En cualquier caso, con el mantra, el sigilo alfabético y la letra sagrada, deberías tener bastante simbolismo para llamar y poner a prueba al espíritu en cuestión, permitiéndote proceder en el uso de la técnica de Crowley justo como es descrita, o cualquier conveniente variación de ella. Lo que es, usar el sigilo o ir a través de un sigilo marcado en una puerta, para entrar al reino del espíritu, y llamarlo con el mantra, después usar el mantra con el sigilo y la letra sagrada para chequear lo que venga.
Los impostores se desintegrarán donde los espíritus verdaderos se harán más fuertes, quizá tan fuertes que la confrontación se volverá desagradable, por ejemplo si el espíritu es un demonio cuyo más grande estímulo para crecer era alguna debilidad personal o inmadurez. Pero esto no quiere decir que este método esté libre de dificultades técnicas. De hecho, en la práctica es increíblemente complicado. Cada espíritu requiere un sigilo propio para ser llamado; es medianamente imposible averiguar la verdadera naturaleza de los espíritus que puedas encontrar “por casualidad” durante las proyecciones; y por lo tanto no hay forma de acotar los resultados de las exploraciones deliberadamente desenfocadas del paisaje astral. Francamente, si vamos a explorar el astral sin un mapa tradicional como el Árbol de la Vida, necesitaremos guía.
Por esta razón, y no por cualquier aspiración hacia lo Más
Alto Transcendente, frecuentemente he reiterado la necesidad de adquirir el Conocimiento y Conversación del Santo Ángel Guardián, esa entidad que fue introducida dentro de la tradición mágica inglesa por El Libro de la Magia Sagrada de Abramelin el Mago, traducido por S. L. MacGregor Mathers. Ahora bien, los caoistas dogmáticos dicen que mi reiteración en este caso ha sido hecha ad nauseam, pero como cualquier ideólogo, los caoistas dogmáticos son invariablemente ignorantes, a diferencia de las iluminadas personas de mente abierta, que están leyendo este ensayo. Y teniendo yo mismo la mente abierta, voy a intentar mantener mis suposiciones prácticas concernientes al SAG tan no-dogmáticas como me sea posible, incluso aunque mis sentimientos personales sobre ello tiendan hacia lo neoplatónico.
Pero estoy intentando ser implacablemente práctico, así que confesaré que lógicamente no hay forma de saber si la conjuración del Ángel llama a un espíritu preexistente desde los más altos aspectos de la personalidad (como Crowley y yo lo tendríamos), o si nosotros manufacturamos al Ángel de materia psíquica informe a través de largos meses de reiteración de la conjuración. Solamente una verdaderamente objetiva perspectiva podría decirnos cuál es la alternativa correcta, una perspectiva que no puede existir, o no en este universo. Indiferentemente de dónde creamos que viene, la forma más inexorablemente práctica de ver al SAG es como un tipo de director personal, secretario ejecutivo o capataz que tiene el conocimiento y la autoridad sobre todos los elementos del propio enjambre espiritual, pero ninguna otra función en absoluto. Así que puede decirte qué espíritus son responsables de una función dada, cuáles son sus nombres, cómo evocarlos y si sería sabio para ti evocarlos, pero no si tú todavía serías santo si compraras un coche nuevo.
Al centrarnos así en la operación del Ángel, lo hacemos más poderoso que cualquier generalizado portador de buenos consejos, y también lo guardamos de ser contaminado por espíritus con ideas propias que podrían desear apropiarse de la autoridad de la función del Ángel para sacarle punta. Incidentalmente, esta restricción de la función del Ángel está completamente de acuerdo con el tratamiento de Abramelin del mismo. Para él, el buen consejo vino del Señor Dios, los Profetas y la Ley, con el Ángel teniendo autoridad solamente sobre los espíritus y cómo podemos usarlos apropiadamente.
La manera de familiarizarse con el propio Ángel de cada uno, fue originalmente la reclusión durante seis meses prescrita por Abramelin el Mago. Una versión más moderna es los diez meses de repeticiones de incrementada frecuencia del Liber Samekh sugerida por Aleister Crowley. Pero de hecho el método de usar sigilos y letras sagradas es también efectivo, y toma menos tiempo, aunque puede requerir varias semanas de rellenar tu sigilo con libre creencia antes de que tu Ángel aparezca en tu visón astral. Y debería añadir que después de que encontré a mi Ángel por el uso de este método, usé varias docenas de repeticiones del Samekh para cimentar la relación. Sin embargo tú hazlo, el punto crucial es aprender el nombre del Ángel, porque después puedes llamarlo con facilidad – sea para aconsejarte en los detalles de tu trabajo espiritual o para ayudarte a manejar alguna situación astral que esté en peligro de írsete de las manos.
Para cerrar esta sección sobre el manejo de espíritus, enfatizaría que antes de que trabajes con cualquier espíritu, desde el más bajo demonio hasta tu Santo Ángel, es necesario atarlo a tu voluntad. La manera de hacer esto es congregarlo frente a ti, dentro de tu visión astral y entonces recitar una carga ritual sobre él. Las cargas tradicionales de los antiguos grimorios funcionan muy bien aquí, pero si usas una de ellas o no, la carga que uses debería ser lo bastante larga como para que su recitación sea algo elaborado. Decir simplemente: “¡Obedéceme en todas las cosas!” sería un incompetente escabullirse, y puedes estar seguro de que sería totalmente inefectivo. Yo mismo uso la carga de Crowley adaptada de su “Invocación Preliminar” para el Goecia, que dice:
Escúchame; y haz que todos los Espíritus estén sujetos a Mí: así que cada Espíritu del Firmamento y del Éter; sobre la Tierra y debajo de la Tierra; sobre Tierra seca y en el Agua; de Remolineante Aire, y de Dinámico Fuego; y todo Hechizo y Azote de Dios puedan serme obedientes.
Dichas con concentración total e intención, estas palabras serán difíciles de pronunciar, como si el movimiento de tu mandíbula fuera el que estuviera efectuando la atadura. Deberías repetir la carga hasta que su pronunciación se vuelva fácil, en cuyo punto puedes estar seguro de que el espíritu te obedecerá dentro de los límites de su poder, sólo si tienes la presencia de mente para ordenar su obediencia.