San Onofre
San Onofre es el protector del trabajo y del dinero, quien vela para que en la casa a nadie le falte un pan. Su festividad es el 12 de junio. El nombre del santo proviene del griego antiguo y significa “el que abre lo bueno”. San Onofre vivió durante los primeros siglos del cristianismo y buscó santificarse por medio de la vida solitaria, es decir, era un ermitaño.
De esta forma, vivió en el desierto durante 60 años orando, pues afirmaba que la plegaria es el medio más seguro para comunicarse con Dios. Las revelaciones divinas lo ayudaron a crecer espiritualmente y a mantenerse vivo aun en las condiciones más precarias. Y, quizá, sea por esta razón que es el santo preferido de aquellos que se hallan desalentados o deprimidos a causa de su situación económica. Hay que recordar que el santo era austero y que dio ejemplo de que, incluso en la pobreza, se puede ser feliz, porque la felicidad no depende solamente de vivir cómodo desde el punto de vista material. Sólo hace falta observar la vida y los sentimientos de algunos de aquellos que parecen ricos para comprobar que, en realidad, son más pobres de lo que aparentan. Para pedirle sus favores, consiga una estampa del santo y coloque a su lado un vasito con caña, aguardiente u ora bebida similar. Ore todos los días así:“San Onofre, que supiste encontrar a Dios en el desierto, mi vida parece desierta de felicidad, pero, si tú me ayudas, recuperaré la fe y la alegría. Te pido… (hacer el pedido) y te prometo renovar mis fuerzas en la fe a Dios para que, por tu intermedio, me libere de todo mal. Amén”.
A San Onofre: Encenderle los días martes una vela color marrón y colocar frente a su imagen un vasito de caña y un cuenco con miel.
Conjuro de San Onofre
Si siente que nada le sucede como espera y que, a pesar del esfuerzo que pone en conseguirlo, se le niega la buena fortuna, pídale al santo que lo ayude a salir delante de todas las adversidades. Para ello, habrá de realizar el siguiente conjuro: Coloque sobre un altar casero un lienzo de color amarillo. Sobre el mismo, ubique la imagen del santo.
Encienda tres velas, dos amarillas y una marrón, formando un triángulo, rodeando la imagen. Tome, a continuación, una bolsita de tela marrón o de cuero y guarde dentro de ella siete monedas doradas y una cucharada de azúcar. Ofrézcasela al santo, diciendo esta plegaria dedicada a él: “San Onofre, por tu sabiduría, permíteme avanzar en la vida sin temores. Que se aleje de mí el desaliento y tu poder se transmita a este amuleto que ahora conjuro. Para que me acompañe en todas mis empresas y no permita que mi fe desfallezca. Amén”. Una vez apagadas las velas, guarde el amuleto entre sus ropas cuando vaya a trabajar o a buscar trabajo.
San Onofre es el protector del trabajo y del dinero, quien vela para que en la casa a nadie le falte un pan. Su festividad es el 12 de junio. El nombre del santo proviene del griego antiguo y significa “el que abre lo bueno”. San Onofre vivió durante los primeros siglos del cristianismo y buscó santificarse por medio de la vida solitaria, es decir, era un ermitaño.
De esta forma, vivió en el desierto durante 60 años orando, pues afirmaba que la plegaria es el medio más seguro para comunicarse con Dios. Las revelaciones divinas lo ayudaron a crecer espiritualmente y a mantenerse vivo aun en las condiciones más precarias. Y, quizá, sea por esta razón que es el santo preferido de aquellos que se hallan desalentados o deprimidos a causa de su situación económica. Hay que recordar que el santo era austero y que dio ejemplo de que, incluso en la pobreza, se puede ser feliz, porque la felicidad no depende solamente de vivir cómodo desde el punto de vista material. Sólo hace falta observar la vida y los sentimientos de algunos de aquellos que parecen ricos para comprobar que, en realidad, son más pobres de lo que aparentan. Para pedirle sus favores, consiga una estampa del santo y coloque a su lado un vasito con caña, aguardiente u ora bebida similar. Ore todos los días así:“San Onofre, que supiste encontrar a Dios en el desierto, mi vida parece desierta de felicidad, pero, si tú me ayudas, recuperaré la fe y la alegría. Te pido… (hacer el pedido) y te prometo renovar mis fuerzas en la fe a Dios para que, por tu intermedio, me libere de todo mal. Amén”.
A San Onofre: Encenderle los días martes una vela color marrón y colocar frente a su imagen un vasito de caña y un cuenco con miel.
Conjuro de San Onofre
Si siente que nada le sucede como espera y que, a pesar del esfuerzo que pone en conseguirlo, se le niega la buena fortuna, pídale al santo que lo ayude a salir delante de todas las adversidades. Para ello, habrá de realizar el siguiente conjuro: Coloque sobre un altar casero un lienzo de color amarillo. Sobre el mismo, ubique la imagen del santo.
Encienda tres velas, dos amarillas y una marrón, formando un triángulo, rodeando la imagen. Tome, a continuación, una bolsita de tela marrón o de cuero y guarde dentro de ella siete monedas doradas y una cucharada de azúcar. Ofrézcasela al santo, diciendo esta plegaria dedicada a él: “San Onofre, por tu sabiduría, permíteme avanzar en la vida sin temores. Que se aleje de mí el desaliento y tu poder se transmita a este amuleto que ahora conjuro. Para que me acompañe en todas mis empresas y no permita que mi fe desfallezca. Amén”. Una vez apagadas las velas, guarde el amuleto entre sus ropas cuando vaya a trabajar o a buscar trabajo.