La suspensión de la mediumnidad


Puede ocurrir que seamos obligados a suspender temporalmente el ejercicio de nuestra mediumnidad. En ese caso debemos pedir a Dios que nos desobligue de ella, mientras hubiera el impedimento. Para eso, en el momento de nuestras oraciones, haremos ésta oración:

-“Señor, bien ves que debo ahora satisfacer al compromiso de… (Nombrar el compromiso) lo que me impedirá por algún tiempo de cumplir regularmente mis deberes de médium. Yo os ruego que me concedáis esta licencia, prometiendo continuar a prestar mis servicios mediumnicos luego que cese éste impedimento”.

Es bueno tomar nota de éste punto importantísimo: el motivo que llevará a un médium a solicitar una licencia deberá ser muy serio; de lo contrario, la petición no será atendida. Cada uno de nosotros juzgará conscientemente si, de hecho, hay incluso absoluta necesidad de suspensión temporaria de la mediumnidad, tomando en cuenta que un trabajo interrumpido atrasa a quien lo interrumpe. Citaremos algunas razones normales que autorizan a un médium a licenciarse:

Viajes: teniendo que viajar o de ausentarse de la ciudad por algún tiempo.

Servicios: los empleados dependen de sus patrones. Es común trabajar en sus empleos en servicios extras que les roban los instantes en que deberían estar en el Centro. Es necesario rogar a Dios, en constantes oraciones, que los libre de las obligaciones materiales en las horas consagradas a sus obligaciones espirituales, seguros de que el Señor tomará el cargo de darles la recompensa extra.

Estudios: los estudiantes, en las épocas de clases, si el horario de las clases no les permite una frecuencia asidua al Centro.

La gestación: durante el periodo de la gestación es aconsejable que las gestantes se abstengan de practicar la mediumnidad. Frecuentarán, pero, lo más posible, el Centro.

El deber de madre: las madres, cuyos encargos para con los hijos son tan numerosos, principalmente cuando los hijos son pequeños, pueden solicitar, muy justamente, la suspensión provisoria de su mediumnidad. Aunque con su mediumnidad suspendida, el médium no queda libre de ciertos deberes, de cuyos cumplimientos depende su tranquilidad. Así, diariamente, dedicará algunos minutos a la oración para dedicar a los que sufren los beneficios de la oración al Padre; para eso escogerá un momento en que pueda estar despreocupado y se entregará a la oración. Es conveniente que sea todos los días a las mismas horas; hará todo lo posible para asistir a las sesiones del Centro y leerá diariamente un extracto del Evangelio y no se descuidará de su higiene física y mental.

Desapareciendo la causa que motivó la suspensión de la mediumnidad, el médium reiniciará inmediatamente sus funciones mediúmnicas, haciendo esta oración:

-“Gracias, Señor, por haber hecho cesar la causa que impedía mi trabajo de médium; os ruego que me permitáis trabajar nuevamente y recuperar el tiempo perdido.”

Después que hubiera desaparecido la causa que motivó la suspensión, si el médium persiste en continuar apartado, recomenzarán las perturbaciones y las persecuciones de los espíritus inferiores y es fácil para el médium ser cruelmente obsesado.

Puede ocurrir también que el médium tenga su mediumnidad suspendida por orden superior, es decir, los directores espirituales del médium resuelven cancelarle la mediumnidad, provisoriamente. Cuando eso sucede, tenemos que considerar dos razones:

Los directores espirituales suspendieron la mediumnidad para que el médium pase por un periodo de reposo, durante el cual su organización físico-espiritual se reajusta y se fortalece, preparándose así para nuevos y agotadores combates contra las tinieblas y para fecundos trabajos en el futuro.

Por un error del médium. El médium que se desvía del recto camino, entregándose a actos contrarios a la moral, puede tener su mediumnidad cancelada, por piedad de sus directores espirituales, para que de ella no le provengan males mayores. Cuando, independiente de su voluntad, el médium percibe que su mediumnidad está suspendida, debe hacer un riguroso examen de la consciencia. Si no descubre ningún desvío del recto camino, es porque deberá pasar por un periodo de reposo. Caso contrario, apresurarse a corregir el error que motivó su suspensión, para nuevamente merecer los favores de lo Alto.

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«Aparte del Espíritu protector ¿está unido un mal Espíritu a cada individuo, con miras a incitarlo al mal y darle ocasión de luchar entre el bien y el mal? 
- "Unido" no es la palabra exacta. Bien es verdad que los malos Espíritus tratan de desviar del camino recto al hombre cuando se les presenta la oportunidad: pero si uno de ellos se apega a un individuo, lo hace por determinación propia, porque espera que el hombre le haga caso. Entonces se desarrolla una lucha entre el bueno y el malo, y la victoria corresponderá a aquel cuyo dominio el individuo entregue»
Libro de los Espíritus, cuestión 511.