Artículo, o mejor dicho, primera parte de un artículo del periodista y escritor venezolano Ralph Alpizar.
Sencillamente EXCEPCIONAL artículo, que creo poder decir comparto al 100%
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Sencillamente EXCEPCIONAL artículo, que creo poder decir comparto al 100%
En el Palo Monte Mayombe la unganga, prenda, caldero o fundamento es el eje central del culto. En sí mismo el “fundamento” principal de un muna-nso resume como un todo la “personalidad mágica” del nganga-nkisi Padrino. Es ese “fundamento” el depositario de los “poderes” y “atribuciones” que el Padrino recibe en los sucesivos ritos a los que se somete durante su vida y donde se concretizan las potestades que el Padrino le otorga a sus ahijados “nacidos de ese fundamento”.
Cuando un iniciado esta “bajo la sombra” de la unganga del padrino porque aun no posee la suya, todas las potestades y licencias que se le concede “vibran” con está, pero una vez que recibe su unganga todas estas licencias pasan a vibrar con su nuevo gajo. Ninguna unganga nace de sí misma todas tienen que estar “conectadas a la vibración” de un linaje atávico que les otorga legitimidad. Y todo Tata Nganga (Padre de la prenda) nace en su ceremonia vinculado a un linaje religioso y unos antepasados que lo conectan con el Mundo Invisible. Esto es una norma de la Regla Mayombe. Las potestades que se le otorgan a un ahijado pueden parecer simples hechos pero son en realidad actos mágicos muy importantes, son un cumulo de atribuciones y conocimiento que el ahijado adquiere de su padrino, y que no requieren en su mayoría de ceremonias especificas, basta el simple acto de potestad que le otorga un padrino a su ahijado para poder ejercerlas. Cuando por primera vez el padrino dice al ahijado que encienda una vela, rocié aguardiente, le ayude en un sacrificio, queme la pólvora, le recoja unas hierbas, despache un hechizo etc., este acto lleva implícito para el ahijado la autorización de hacerlo en lo sucesivo. Es parte de la relación maestro – aprendiz principio fundamental en el Mayombe de la relación entre padrino y ahijado.
También son potestades y atribuciones rezar a los antepasados de su linaje, dibujar los trazos mágicos, utilizar el machete o el bastón de mando como elementos de poder y dominio, hacer uso del sistema de adivinación, fabricar la pólvora y trabajar con ella, realizar determinados hechizos y utilizar “secretos” propios de su nzo nganga y en general todas aquellas cosas que de una forma u otra en el largo camino del aprendizaje el padrino va otorgándole en conocimiento y licencias al ahijado para que esté construya una personalidad mágica con todas estas facultades. Todo esto lleva implícito la capacidad del ahijado de – “tener licencia” – para poder hacer uso de esa “Potestad” en los ritos mientras exista esa simbiosis Padrino – Ahijado o Unganga – Tata Nganga.
Pero, ¿qué pasa cuando se rompe esa cadena de vibración?
Si el ahijado reniega de su padrino, por el motivo que sea (los espíritus no entienden de motivaciones humanas y se rigen por leyes ancestrales) o viceversa, se rompe ese vinculo mágico e inmediatamente el ahijado pierde todas esas facultadas, su padrino/maestro tiene la potestad de revocar esas licencias. En Cuba un acto de esta naturaleza antaño era mal visto y los muna-nso serios y respetados se abstenían de acoger a un ahijado que estuviera en “guerra” con su padrino ¡por lo que pudiera pasar! y en algunos casos es bien conocidos que hermanos de un mismo muna-nso asesinaban al ahijado traidor. Hoy en día sin embargo es común ver a mayomberos indecisos o poco éticos “saltar la tierra” sin ningún motivo de desavenencia con el padrino, otros por el contrario por motivos justificados rompen la relación con el padrino o viceversa, pero en ambos casos se cumple el mismo principio, la ruptura del vinculo vibratorio. Y el ahijado dependiente siempre de una vinculación con el mundo de los antepasados está obligado a acogerse a otro linaje para reconstruir esa conexión con el “mundo invisible”. Quien no acata esta norma es un Baracutey como dirían los congós afrocubanos un individuo sin tierra “buey suelto” en el argot cubano y sin ninguna licencia, incapacitado para ejercer cualquier acto de Mayombe que haya sido dispensado por el anterior padrino.
¿Qué pasa si la ruptura sucede después que el ahijado tiene su unganga e incluso ahijados?
Continuara…
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Yo vengo de todas partes,
Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
En los montes, monte soy.
Yo sé los nombres extraños
De las yerbas y las flores,
Y de mortales engaños,
Y de sublimes dolores.
(José Martí, 1891, Cuba)
Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
En los montes, monte soy.
Yo sé los nombres extraños
De las yerbas y las flores,
Y de mortales engaños,
Y de sublimes dolores.
(José Martí, 1891, Cuba)