Mis más sinceros saludos, hermanos y hermanas, que Dios los bendiga y los ampare en la dicha.
Les pido consejo en dos temas.
Aquí el primero:
Abro este tema para que, por favor, me den consejo espiritual. Consejo espiritual no únicamente enfocado al espiritismo Marialioncero, si no enfocado a la realización del alma para con Dios y todas las grandes fuerzas de la luz que trabajan en conjunto, mano a mano con Dios para hacer de éste un mundo lleno de amor, paz, justicia, bondad. Por tanto, les ruego, hermanos, me den consejos que me permitan ser de guía para el crecimiento de la luz interior, de mi alma, y me permita crecer espiritualmente, purificarla y reforzarla para protegerla de las maldades (personas que desean el mal, malas energías, malos espíritus, etc) que muchas veces deambulan por la Tierra.
Aquí el segundo:
Ahora les cuento mi historia para que se sitúen mejor y les sea más fácil aconsejar. Aquí mi historia:
Yo soy de las Islas Canarias, soy canario, de familia canaria sin ningún tipo de vinculación con Venezuela, por lo tanto sin ningún tipo de conocimiento ni vinculación con el espiritismo Marialioncero ni nada de nada en aquel entonces. Aclarado eso, de niño siempre tuve una sensibilidad fuerte por la naturaleza, miraba horas y horas de documentales de animales, la Tierra, tribus, universo, hasta el punto de que mi mamá se enfadaba mucho conmigo porque no hacía los deberes por ver documentales. También tuve una fuerte creencia desde niño que en el mundo había algo más que no podía ver, sentía que había una gran o grandes fuerzas que se manifestaban en el mundo. Siempre creí fuertemente en Dios desde niño y pensaba mucho en todo aquello que parecía paranormal. Siempre mantuve la creencia de que había algo más, a pesar de que todos mis amigos, ya mas grandecitos, en aquel entonces eran y son ateos, me miraban con cara de loco cuando les contaba que para mí el mundo era mágico y que estaba lleno de misterios que desconocíamos, que la muerte no era el fin. Además, la verdad es que de niño siempre me he sentido apartado de mi familia, no marginado ni nada de eso, sino que es como si hubiera roto el orden familiar por así decirlo, porque a mi no me gustaba nada ni me gusta nada de lo que a ellos le gusta porque me parece que tienen una vida muy terrenal o material. También tuve problemas en el colegio, compañeros que se metían conmigo hasta bien entrada la secundaria. En ciertas ocasiones me sentí muy desdichado, marginado por la gente, incluso por mi propia familia. Recuerdo que a la edad de 12 años aproximadamente estaba muy disgustado por la vida y me fui al monte y comencé a llorar abundantemente mientras le hablaba al cielo para que Dios me escuchara, diciéndole por qué me hacía sufrir tanto, por qué me trataba así si creía en él.... y después de un rato de llanto, en un ataque de rabia incentivada por el sufrimiento dije “ya no creeré más en ti, pues”. Eso me duró un día y medio como mucho, terminé arrepintiéndome y pidiendo perdón como un loco.
Como bien dije, siempre he mantenido un sensibilidad considerablemente alta por la naturaleza y por las buenas personas. A veces cuando veo una paisaje, la lluvia o una escena de unos abuelos abrazando a su nieto o alguien ayudando a otro, me emociono, pero no me emociono con lágrimas, sino que noto como cosquillas que nacen dentro de mi pecho y me siento muy bien.
Ahora viene la parte en la cual conocí este mundo:
Cuando entré en la adolescencia y pasé buena parte de la secundaria, me hice amigo de un chico que al principio, no sé por qué, no llevábamos mal, aunque no nos decíamos palabra alguna pero nos llevábamos mal. Esto cambió cuando empezamos hablar, cuando nos dimos cuenta teníamos muchas cosas en común y nos llevamos muy bien. Los dos teníamos la misma creencia de que el mundo era enigmático y que había algo más. Hasta que varios meses más tarde de amistad, me contó que el tenía vínculos con un espiritismo llamado “marialioncero” y que al principio no me lo quería decir porque quería que pasará más tiempo. Él y su familia no son venezolanos, son canarios, pero el padre de él tuvo vínculos en su juventud con Venezuela (Canarias siempre ha tenido una fuerte vinculación con Venezuela) y el padre es espiritista. Yo no tenía ni idea de lo que me estaba contando de eso del espiritismo y un día me dijo ¿te quieres venir al sitio al que vamos nosotros y los ves por ti mismo?. Acepté rotundamente. Imaginad mi cara de fascinación y respeto cuando llegué aquello lugar y observé 3 grandes altares y un grupo de varias buenas personas fumando tabaco... una odisea para mí. Pues bien, mi amigo me dijo ¿quieres que un día te mire mi padre? Yo no sabía que era eso de mirar, pero le dije que sí. Y después de una serie de largos rezos con tabaco con la mano sobre mi cabeza y yo sentado delante de uno de esos altares, empezó a leer el tabaco y decirme como era yo, que debía darle menos vueltas a la cabeza, que confiara en la vida dada, etc etc y por último me dijo que tenía don para esto. Después de decirme eso pues iba con ellos una vez a la semana y comencé a fumar mis primeros tabacos en honor al altar (mejor dicho, aprender a fumar para el altar). Hasta que llegó el día de la raza y me llevaron, este fue el día que más me impresioné de todos. Cuando vi al padre (un hombre de 57 años) de mi amigo poseído por uno de los indios, gritando con una fuerza nunca vista por mí, moviéndose con gran fuerza, echándose cera y la vela bajo sus palmas, quedé petrificado, pero no de miedo, sino de admiración, de respeto. En aquel momento dentro de mí sentí muchas y fuertes cosquillas de la emoción. Había confirmado por primera vez, que lo que siempre sospeché, que lo visto en las tribus, etnias, religiones etc etc en los documentales era cierto.
Después de varios de 2 años de ir aquel sitio, de aprende a fumar el tabaco bien, a conjurarlo por mi mismo etc. Llegó el día de la raza de ese año y la negra Francisca me preguntó: ¿mi hijo, tu quieres ser espiritista? Le dije que sí. Entonces ella me dijo que debía tener paciencia hasta los 27 años (ahora tengo 23 recién cumplidos), ella y Nicanor, que me emocionaron por el cariño con el que trata a sus hermanos, me dijeron que antes tenía que hacer varias cosas, que en ese periodo de tiempo debía crecer, que fuera creciendo espiritualmente, purificando cuerpo y alma. Al padre de mi amigo le pregunté ¿y a los 27 qué puede suceder? Me contestó: pues que tendrás que ir a Venezuela, y mi hijo también, tal y como hicimos en su día yo y los aquí presentes.
Por problemas personales mi amigo y yo nos distanciamos, tuve que ir a estudiar a España y hace 1 año y medio que no hago nada de espiritismo, ni he fumado tabaco ni nada. Lo que si hago es poner en incienso y quemar palo santo en mi habitación rezándole a Dios y todas los espíritus de la alta luz se los ofrezco, también rezo de vez en cuando.
También quiero comentarles una cosa que me sucede y ruego me ayuden en esto también.
Yo nunca he bajado nada en el tiempo que estuve con mis amigos espiritistas, pues soy un simple iniciado, un novato, ni eso si quiera me atrevería a decir. Pero desde verano desde el año pasado me sucede lo siguiente:
Cuando practico meditación, después de varios minutos de concentración, me empieza a temblar el cuerpo, noto un cosquilleo como si se moviera dentro de mí, me dan espasmos, se me empiezan a contraer y apretar los músculos, a mover los músculos de la cara, etc. Hasta el punto de que en la meditación de ayer, cuando me di cuenta, porque era como si me estuviera dando cuenta de lo que hacía pero a la vez no paraba, me resulta difícil explicarlo... pues estaba con los músculos tensos, apretados, babeando y cogiendo la ceniza del incienso que enciendo para cada meditación y dibujando la cruz de cristo sobre mi frente varias veces con una mano y el resto del cuerpo y los músculos de la cara tensos y con temblores.
También siento cuando medito como los pelos de los brazos se me erizan y alguna parte del pelo de la cabeza.
Por favor, perdonen tan largo texto que les he soltado, pero quería que supieran mi contexto para que me puedan ayudar mejor gracias a los explicado. Recibo vuestro consejos con el corazón abierto.
Muchas bendiciones y amor para ustedes, hermanos y hermanas.